Nos marchamos.
Como en la canción de Battiato, nos convertiremos en nómadas que buscan los ángulos de la tranquilidad. Nos perderemos por carreteras desconocidas que invitan a recorrerlas sin prisas, con algo de parsimonia mientras contemplamos los paisajes que atravesamos.
Seremos viajeros, no turistas de fotografía en las redes sociales. Buscaremos pueblos soleados, en lo bajos fondos de la inmensidad, para dormir sobre las almohadas de la tierra. Recorreremos senderos casi de puntillas, por miedo a romper la magia del lugar, con respeto infinito. Buscaremos la paz en la peña mas alta de los montes, olvidandonos del tiempo, y dejando el móvil apagado en la maleta, mientras contemplamos la noche acercarse, y sentiremos esa sensación insondable que da el silencio de la soledad buscada y anhelada. Rozaremos la eternidad del firmamento con la yema de los dedos, buscando viejas estrellas familiares.
Nos miraremos en el espejo de otro mar, con los recuerdos de otro tiempo y viejas tormentas vividas y superadas allí, con un cierto asombro al evocar lo que fuimos capaces de hacer para sobrevivirlas, y constatar que nos hacemos viejos.
Nos sentaremos a la puerta de un bar en la plaza de un pueblo, bebiendo con calma una cerveza, mientras escuchamos a los viejos del lugar, que de regreso de una romería, entonan viejas canciones de su juventud apoyados en la barra de madera de la taberna.
Contemplaremos el desfilar de un río bajo un puente milenario, y recordaremos aquella vieja máxima que nos advierte que nunca nos bañaremos dos veces en el mismo río. Que ese rio es una metáfora de nuestra vida, siempre cambiante, a veces bravo, otras manso, pero nunca el mismo.
Leeremos viejos y nuevos poemas, espantaremos las molestas moscas de siempre, buscaremos nubes de tormenta en los cielos, y dejaremos pasar las horas lánguidamente, sin propósito alguno, solo por el placer de malgastar el tiempo.
Aprenderemos a vivir de nuevo.
- "Nene", me temo que volvemos a ir de vacaciones a algún poblacho perdido, ¿ o no ?.
- Efectivamente Timoteo, en un lugar tranquilo y bello.
- Hombre, no digo que me lleves de vacaciones a Nueva York, pero por lo menos que sea algún lugar civilizado, con cines, bares musicales, señoras interesantes. . . . .
- Siempre quejándote Timoteo. Aprende a salir del asfalto, atrévete a escuchar el silencio de las noches, el canto de los pájaros al amanecer y el ruido de los cencerros de las vacas. Anda, haz la maleta con poco equipaje, lo estrictamente necesario. Y deja la pistola en el armero, lo más peligroso que te puede suceder es que te den una paliza jugando al dominó, que esos abuelos saben contar muy bien las fichas.
Que seais muy felices y que volvais pronto.
ResponderEliminarUn inmenso placer leer estas preciosas palabras.
Sed buenos.....como decía ET...
Un beso grande del Florestán.
Las vacaciones son necesarias para descansar y cambiar de ambiente, para relajarse o cansarse de otra manera, las vacaciones son como una medicina, se necesita durante unos días.
ResponderEliminarAsí que os deseo unas muy felices vacaciones, pero aquí estamos, pendiente del regreso y de nuevas publicaciones.
Un besazo.
Viajar es eso: salir de la rutina, ponerte en la piel de otras gentes y de otros paisajes, paladear otros horizontes, retomar sensaciones olvidadas... Vivir, en definitiva.
ResponderEliminarUn saludo.
Soloe pido tres favores (como los duendes de las botellas). Que vuelvas cuando desees para volver a explicar historias. Que donde vayas puedas oler a tierra mojada y tercera olor a hierba recien segada. El resto es cada vez más parecido al lugar donde uno reside.
ResponderEliminarFeliz verano.
Una abrazo.
bonitas palabras y fantásticas las intenciones!
ResponderEliminarFelices vacaciones.
El pueblo,la ciudad, la playa o la montaña, cualquier viaje es apetecible si conseguimos regresar salvos y con un añadido emocional que lo convierta en memorable.
ResponderEliminarUn abrazo