Cataluña concentra una buena parte de esta masa de inmigrados de confesión musúlmana, y en los últimos meses hay sintomas de que algo extraño está fermentando en el seno de esta comunidád. Concretamente dós casos que relataré con detalle y que muestran los síntomas de que los mecanismos de integración establecidos están dando muestras de fatíga, o están fallando estrepitosamente.
Fátima Ghailán tiene treinta y un años, es de origén marroquí. Se estableció en la población costera de Cunít, al norte de la provincia de Tarragona y consiguió un puesto en el Ayuntamiento de mediadora municipál con la comunidád marroquí y musulmana establecida allí.
Fátima ha sido noticia a sú pesár por su enfrentamiento con el imán de la mézquita, Mohammed Benbrahím, y el "lider" de una "asociación culturál" de la comunidád, Abderramán Al Osri. Fátima no es del agrado de estos dós hombres por sús costumbres "occidentalizadas", de carácter láico. Es hija de un imán moderado de Larache, emigró aquí hace diecinueve años. Prácticante del Islám, trabaja, conduce asiduamente y no suele llevár velo que cubra sú cabeza. Un buén ejémplo de integración que deberia sér normál en nuestra sociedád, pero para estos dós personajes que he mencionado antes, un pésimo ejémplo para las mujeres musúlmanas, y una amenaza para el podér que ellos ejércen entre la comunidád marroquí afincada en Cunít.
Antes de la llegada de Fátima al Ayuntamiento, la mediación entre el municipio y la comunidád pasaba por las manos de estos dós hombres, para cualquiér próblema o trámite legál necesario, ellos dós eran la via necesaria. Las dificultades con el idioma, la ignorancia de la legalidád vigente en nuestro país, el desarraigo y la falta de integración fomentaron el podér de estos individuos, que apoyandose en la buena fé y la ignorancia de sús paisanos ganaron un protagonismo que realmente no merecen.
La llegada de Fátima al puesto de mediadora municipál supuso el finál de la influencia de estos dós cacíques, y el ponér en tela de juicio su autoridád.
Su reacción, fué el dificultár el trabájo de Fátima por todos los medios, y cuando esto no dió resultado, recurrieron a las amenazas verbales y físícas, contra ella y sú marído, con frases como : "no vereis crecér a vuestros hijos"y a descalificár a Fátima tachandola de "mala musulmana", y a fomentár el aislamiento de la mediadora aplicando la ley del silencio, tan própia de las "máfias" de todo tipo.
Fátima ha llevado el caso a los tribunáles, bajo la acusación de acoso morál, amenazas y coacciones, donde se verá para sentencia, que incluso ha salpicádo a la Alcaldesa de la ciudád , Judíth Alberích, por presunta connivencia con el acóso. Al parecér, a la señora Alberích le interesa más la ausencia de conflíctos que la claridád y transparencia en estos asuntos.
También están procesadas con idénticos cargos la esposa y la hija del imán Benbrahím.
Mohammed Benbrahím, en sú declaración ante el tribunál, ha manifestado ser solo "un humilde albañíl que tan solo reza con sús hermanos en la fé", y Abderramán Al Osri ha negado tenér ningún tipo de influencia entre sús paisanos. Por supuesto que los dós, se han declarado inocentes de los cargos que se le impútan.
Quizás todo acabe como el proceso contra Al Capóne, y solo se les pueda acusár de fráude a la Agencia Tributaria por ingresos no declararados.
Pobreza, ignorancia, analfabetismo, desconocimiento del idióma de la tierra de adopción, miedo a los desconocido, desarraigo, paro. Un cóctel peligroso y manipulable, propicio para sér manejado por un desequilibrado fanático, o tan solo un despabilado que aproveche esta situación en provecho própio lucrándose a costa de la buena fé y las limosnas de su rebaño.
Európa, orgullosa de sú estado del bienestár, del laicismo, de sús libertades civíles, que tanta sangre y lágrimas nos han costado conquistár, exhibe orgullosa el jardín de sú progreso. Pero quizás debajo de las piedras de nuestro jardín, empiecen a anidár los escorpiones con aguijones cargados de odio y resentimiento.
Que nadie malinterprete este "post". Los áuténticos musulmanes y su religión se merecen todo mi respeto. Los auténticos creyentes viven su fé plénamente a la vista de todo el mundo, sin esconderse trás grúpos oscuros ni predicár el odio a lo que desconocen, practicando sú religión de una manera ejemplár. Exísten, yo los he conocido.
Otra cosa es el fanatísmo, la manipulación de la fé y el odio irracionál contra todo lo que significa la cultura y la forna de vida occidentál por parte de estos radicáles.
En breve, el segundo ejemplo.