TIEMPOS DE MISERIA

Desde hace unos días mi barrio ha sido "invadido" por una cuadrilla de operarios que están cableando el barrio con una nueva red de fibra óptica que se extiende por las fachadas de los edificios, añadiéndose a la ya existente. Aún no se exactamente a que compañía operadora pertenece la nueva instalación, pero por la extensión del trabajo, sospecho que debe ser la antigua Telefónica, ahora conocida como Movistar.

Los trabajos empezaron hace una par de semanas, y ya casi la totalidad de las calles de la zona cuentan con la nueva instalación. Es una buena noticia para los usuarios, el nuevo sistema dispone de mucha mas capacidad de transmisión de datos y de voz que el antiguo de cable de cobre.

Durante unos días, ha sido habitual ver rollos de cable de fibra colgando de las paredes a medida que progresaba la instalación.

Hoy me ha sorprendido el ver una cartel pegado con cinta aislante a uno de los rollos colgantes a falta de completar el cableado, es el de la fotografía que ilustra el "post" :

" FIBRA"

"NO COBRE"

"NO VALE"

"NO COMPRAR"

Tal y como están las cosas por aquí, imagino que alguna mañana al volver al "tajo", los instaladores se habrán encontrado con la desagradable sorpresa de la desaparición de algunos de los rollos que habían dejado emplazados el día anterior para continuar con las instalaciones.

No es la primera vez que los ladrones confunden el cable de fibra óptica con el de cobre eléctrico. Meses atrás, el último tramo de la autopista B-23 quedó sin servicio de señalización electrónica durante unos días. Los "cacos" del cobre cortaron el cable de fibra óptica que alimentaba la información de los paneles luminosos, al confundirlo con un cable de alimentación eléctrica.

El robo de metales se ha convertido en una pesadilla en los últimos tiempos en Cataluña. He podido contemplar como en una tramo de calle en Sant Adriá del Besos habían "desaparecido" todas las tapas de registro de aguas, dejando al descubierto todas las arquetas en un tramo de doscientos metros de acera, con el consiguiente riesgo de accidente para algún transeúnte despistado. La solución del ayuntamiento fue radical. Trozos de chapa de hierro anti-deslizante soldados a las arquetas de agua, con las consiguientes complicaciones en caso de algún avería. Habría que cortar la tapa soldada con una sierra radial para acceder a la  instalación.

Las tapas robadas de las arquetas son fácilmente identificables. El nombre de la compañía de aguas o del ayuntamiento de turno están grabados claramente en ellas, y los chatarreros que las compran a los ladrones las pueden ver claramente. Delincuente es quién las roba, pero delincuente también es quién conociendo su procedencia, las compra a bajo precio a los ladrones.

Me consta que la policía, los Mozos de Escuadra, revisan periódicamente las chatarrerías legales buscando materiales robados, pero las incautaciones de materiales "dudosos" son bastante escasas en comparación con los volúmenes de material robado.

Habrá que tener cuidado al pasear.

Lo dicho, tiempos de miseria.