"Jamas seria socio de un club que admita como miembros a gentuza como yo". ( Groucho Marx )
sábado, 7 de abril de 2012
LA GENESIS DE UN AGNOSTICO ( II )
"Rezaré" Adriano Celentano
Bien amigos míos. Para cerrar el capitulo sobre la Semana Santa, la religión, mis dudas sobre ella, y alguna cosa mas, he decidido redactar este "post" que viene a ser una prolongación, un epillogo del anterior.
Algo que siempre me ha fascinado de la religión católica, es el asunto de la confesión de los pecados. Cuando era un crío, la idea de confesarle mis ingenuas faltas a un sacerdote, era algo que me inquietaba bastante. Veía a esos tipos vestidos con sotana negra como unos hombres terribles. Eran los guardianes del cielo, los representantes de Dios en la tierra, los dueños de las llaves del Edén. Pero no me hacia gracia explicarle a nadie mis pensamientos mas íntimos, y mis pequeñas miserias. Durante el proceso de catequesis preparatorio a mi primera comunión, el apartado de la confesión, me quitaba el sueño.
Recuerdo que lo resolví por la vía rápida, acusándome de haber caído en el pecado de la envidia, y poco más.
Algo mas crecidito, ya sobre los once-doce años, mi despertar a la sexualidad, y a la consciencia de mi propio cuerpo, acabó de complicar aún mas las cosas. En la España del franquismo mas rancio, el pecado de la carne era el mas repugnante y condenable. Pecado mortal , y uno de los siete pecados capitales era la lujuria, según la iglesia de aquél tiempo. Esto hizo que en aquella época, no me acercase a un confesionario ni siquiera en riesgo de muerte inminente. Preferia arder en el infierno eternamente.
Durante los años setenta y ochenta, descubrí que no todos los sacerdotes eran de aquella clase terrible y siempre dispuesta a reñirte que había conocido en mi infancia. Encontré sacerdotes comprometidos con la realidad social de aquellos tiempos. Gente que aparte de trabajar en su parroquia, se empleaba en la construcción para repartir el humilde salario que ganaban con los mas necesitados del barrio. Hombres que se enfrentaban a sus obispos, nada amigos de las ideas progresistas, para hacer llegar la caridad cristiana a los que la necesitaban. gente que devolvió con mayusculas la palabra "dignidad" a los evangelios.
Pero para entonces, uno ya era un agnóstico sin remedio. Admiré y ayudé en lo que pude a estos párrocos "obreros" a realizar su labor. Pero manteniendome al margen de participar en la actividad eclesiástica.
Ya maduro, el concepto de la confesión y la remisión de los pecados, es una idea que siempre me ha fascinado. Uno puede ser un golfo sin remedio, un delincuente, un asesino. Pero si confiesas tus faltas, y cumples tu penitencia, tienes un lugár asegurado en el paraíso.
Siempre me pareció "barato" semejante pasaporte hacia el cielo.
Hay que recordar que el emperador Constantino, el emperador que elevó el cristianismo a la categoría de religión de estado, solo se bautizó "in articulo mortis", cuando estaba en su lecho de muerte. Supongo que fue su manera de asegurarse estar en gracia divina para llegar al paraiso.
Aunque al lado de la fe de los "yihadistas" islámicos, que están convencidos de ir al paraíso para estar disfrutando de la compañía y las atenciones de 72 mujeres vírgenes si mueren llevándose por delante a un infiel, lo de la confesión es una tontería.
Mi pregunta es, ¿ una mujer, buena musulmana, también tiene asegurados 72 mozos guapos y sin "estrenar" cuando llegue al paraíso ?.
En fin, todo este asunto me ha traído a la memoria una vieja historia de como a veces, confesar las faltas y pecados, tiene recompensas inesperadas :
En un pueblo del interior de Cataluña, un joven veinteañero y soltero, se confiesa con el párroco de la localidad.
- Bienvenido, hijo mio. Comencemos, ¿ de que te acusas ?.
- Padre, me acuso de haber mantenido relaciones pecaminosas con un mujer fácil del pueblo.
- ¿ Con quién ha sido ?.
- No puedo decírselo, padre, quizás ella decida confesarse también.
- Ha sido con la Maria, seguro.
- No padre, con ella no ha sido.
- Pues habrá sido con la Eulalia, con esa seguro que sí.
- No con la Eulalia tampoco. Pero no insista padre, no puedo decirle con quién.
- ¿ Tienes algo mas que confesarme, hijo mio ?.
- No padre, nada más.
- Bien, pues me rezas el acto de contrición, diez avemarías y diez padres nuestros. Ego te absolvo in nomine pater, fillis et espirictus sanctus, amén.
Una vez acabada la penitencia, el joven sale a la plaza de pueblo, donde le espera un amigo.
- ¿ Que tal Jaume, como ha ido la confesión ?.
- El mosén me ha tenido rezando media hora, pero a cambio, me ha dado muy buena información.
Hasta aquí, mis diatribas contra la fe y la religión mal entendidas. Con todo esto, quiero brindaros mi visión sobre la religión, y la fe. Como algo que trasciende los ritos, las liturgias y las religiones. Que está mas allá de lo que quieren inculcarnos al rebaño aquellos que se han declarado los representantes de Dios en la tierra, sean sacerdotes, ulemas, rabinos o hechiceros del Amazonas.
La fe, es lago intimo y personal, que no podemos imponerle a nadie, tan solo cabe nuestra reflexión interior propia. Tenemos que seguir nuestra propia iluminación.
- "Nene", tu eres un agnóstico muy "disolvente", muy peligroso. Voy a tener que rezar mucho por la salvación de tú alma.
- Te lo agradeceré eternamente, Timoteo. ¿ Pero de que me acusas tú, si siempre has estado en contra del estamento católico ?.
- Que yo les critique, está justificado, yo soy un hombre tocado por la "gracia" de Diós, ¡¡ pero que los critique un ateo como tú, no me hace ninguna gracia !!.
- Discúlpame, profeta de pacotilla.
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Lo primero decir que me ha encantado la canción.
ResponderEliminarCelentano, Azurro
No me gusta la confesión, pero siempre he sido muy rara.
Fui a un colegio de monjas y siendo pequeñita nos explicaban lo horrible que es el infierno porque no se ve a Dios.
Me gané un severo castigo al decir que no podía ser tan horrible porque yo no lo había visto y estaba la mar de contenta.
Ya ves, religiones...
¡¡ Ahhh !!. Veo que no soy un bicho raro del todo. Me encanta el Celentano de la primera epoca. !! Azzurro !!.
EliminarMuy buena tu respuesta. A las monjas se les olvidó decirte que la visión católica del infierno es una mala traducción de un evangelio redactado en arameo antiguo.
Soy de los que opina que si San Pablo se hubiese roto el cuello al caerse del caballo, nos habríamos ahorrado soportar una religión redactada por sádicos.
Tu lo has dicho, ¡¡ religiones !!, algo muy diferente de la fé.
Saludos.
He notado que hay una especie de rechazo de la religion catolica por aquellos que fueron a colegios de curas y monjas, o a quienes le metiron la religion por ojo, boca y nariz Me parece esta rebeldia muy normal. Si me hubiese pasado haria lo mismo. Igual que tu creo que la fe es algo personal,intimo, a la que se llega despues de haber leido mucho y analizado las diversas religiones. Estoy en una etapa investigativa, me ha gustado mucho tus posts de Semana Santa.
ResponderEliminarGracias Marilyn. Soy de una generación, que pasó su infancia en la ultima época de la dictadura. Por entonces, la iglesia tenia prácticamente la exclusividad de la enseñanza. Puedes imaginarte como se comportaban.
EliminarCuarenta años mas tarde, tienen muchos problemas para formar a nuevos sacerdotes que sustituyan a los que van desapareciendo. No hay apenas jóvenes que quieran ser sacerdotes. La iglesia católica, tiene que reinventarse si quiere sobrevivir.
Saludos, amiga mia.
entretenido , divertido e instructivo esta entrada de hoy , me encanta como escribes, lo cuentas y relatas !besosss
ResponderEliminarGracias Rosa. La clave de conservar la cordura en nuestro mundo de hoy, es no tomarse nada demasiado en serio. Ni siquiera las religiones.
EliminarOtro beso a tí.
jag sameaj !!
ResponderEliminarנשיקות
Lucrecia, lo siento, con el arameo antiguo nno estoy puesto.
ResponderEliminarSaludos.
No tengo la inteligencia suficiente como para no creer.Las formas no son importantes. Hab 3/2.
ResponderEliminarEspero que hayas tenido unas buenas vacaciones. Un abrazo, Carmen.
Carmen, puedo creer en Dios, pero NO en los hombres. Pues si, han sido unas vacaiones tranquilas y placidas, que falta hacia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Porfa... no te enfades. Echa un vistazo a Habakkuk 3:2. Bs, Carmen
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