Hoy voy a relataros una pequeña "leyenda urbana" que ha circulado durante muchos años por los pasillos de la sede centrál de la NASA. No puedo certificár al cién por cién su verosimilitúd, pero la fuente que me la contó me merece toda la credibilidád, dada su ubicación dentro del mecanismo de contról que la NASA tenia establecido para el seguimiento de las misiones Apolo desde nuestro país.
El 21 de Julio de 1969, el modulo lunár Eagle tomó contacto con el suelo lunár en la zona del Már de la Tranquilidád. Pocos minutos después, en contra de la opinión del centro de contról en Húston,. Neíl Armstrong decidió dár el primér paseo lunár de la historia, eran las 02,56 de la madrugada.
Todos conocemos las palabras que Arstrong pronunció trás saltár al suelo desde la escalerilla de la nave :
"Este es un pequeño paso para mí, pero un gran..........". Trás esta frase lapidaria, bajando el tono de voz, pronunció unas palabras que a duras penas pudieron descifrár en el centro de contól de la misión : " Y ahora, Sr. Bórsky, ha llegado su dia, aproveche el momento y saboreélo ". El resto del mundo, no reparó en aquél murmullo, pero los del contról centrál tomaron buena nota. ¿ Quién era el tál Bórsky ?, nadie en Huston ni en toda la agencia lo conocia.
Al regreso de la misión, y trás la cuarentena y las celebraciones por todo el país, varios miembros del contól centrál interrogaron a Armstrong sobre el significado de aquella frase enigmatica. Neíl se negó a aclarár el significado, lo achacó a una conversación nerviosa debida a la tensión del momento.
Hubo que esperár a 1.994. La NASA celebró el veinticinco aniversario de la llegada a la luna reuniendo en las celebraciones del aniversario a los veteranos sobrevivientes de la misión Apolo XI, incluyendo al personál de las estaciones de seguimiento de España y Austrália. En la cena privada que cerró las celebraciones, a Arsmtrong los del contról le volvieron a interrogár sobre aquella casi olvidada y enigmatica frase.
Neil reflexionó unos minutos y empezó a hablár sobre aquello :
- Bueno, ahora ya no queda nadie vivo al que pueda perjudicár con la verdád sobre el asunto.
Armstrong retrocedió alos lejanos dias de sú niñéz en un pequeño pueblo de Ohio, Wapakoneta.
Una calurosa tarde de domingo, jugaba a fútbol americano con otros niños de la vecindád.
Un pase demasiado largo, envió el balón por encima de la valla al jardín de los vecinos, aterrizando en medio de un macizo de plantas al pié de una ventana.
La esposa del vecino, el Sr. Bórsky, tenia mál carácter y el pequeño Neil entró en el jardín sigilosamente, dispuesto a recobrár el balón procurando no llamár la atención.
Cuando estaba recogiendo la pelota, al pié de la ventana abiérta, el pequeño pudo escuchár una conversación entre el matrimonio vecino :
- Jimmy, ¡¡ te he dicho que no quiero, no me apetece !!.
- Por favór, cariñito mio, hazlo, ya sabes que me encanta.
- No me gusta, ya sabes que me dá asco, no insistas.
- Es un capricho, cariño mio, por favor........
- ¡¡ Jimmy Borsky !!, solo te chuparé la polla cuando ese crio atontado de los vecinos llegue a la Luna, ¿ de acuerdo?.
Lo que también ignoro es si el Sr Borsky, el 21 de Julio de 1.969 le exigió a sú esposa que cumpliese sú palabra.
Pero puedo entendér la ironia y el desahogo de Neíl Armstrong, nuestra auténtica pátria, es nuestra infancia.
Así me lo contaron.
Ya conocía la historia, y la verdad es que me pareció muy simpática. De todos modos no sé si el señor Borsky se acordaría de lo que le dijo su mujer tras pasar tantos años, si fuera al revés no lo dudaría :p
ResponderEliminarUn bico
No conocía la historia, realmente simpática.
ResponderEliminarCreo que después de tantos años, con el Sr. Borsky con alzheimer y la Sra. Borsky con amnesia, ni siquiera se enteraron que un hombre pisó la Luna. ;-)
ResponderEliminarLucrecia, veintinueve años separan un momento del otro, dependiendo de la edád de los Borsky, podemos imaginár un posible dialogo entre los dós :
ResponderEliminar- Querida, quitate la dentadura postiza, tenemos un asunto pediente.
- ¡¡ Jimmy, eres un guarro!!,¡¡ guardate eso bajo los pantalones !!.
Tuxina, no infravalores la memoria de un viejo verde. Je, Je. Otro beso para tí.
Bandero, es el "factór humano", detrás de cada momento solemmne, siempre hay una historia graciosa o cachonda.
Gracias por vuestra compañia y fidelidád
Hola: vengo de blog en blog y me ha gustado tu relato. Realmente gracioso y bien llevado. Moraleja: ¡nunca condiciones tus promesas jajajjjaa! Se pueden cumplir! Saludos y volveré por aquí.
ResponderEliminarJa, Ja, ¡Pobre Sr. Borsky!
ResponderEliminarJaviér, bienvenido. esta es tú casa.
ResponderEliminarCarlos, USA es un grán país, pero tiene rincones muy raros : hay algún estado donde el sexo orál, aún en privado y entre dós adultos, está considerado delito. Con lo cuál, el cacao mentál de alguno de los residentes, está asegurado.
El Sr. Borsky le dice a su señora: - Cariño, me dejas que te meta la polla por la oreja? -
ResponderEliminarY la señora le contesta:
-Estás loco Jimmy, quieres dejarme sorda ? -
Pero Mary, hace años que te la meto por la boca y no te has quedado muda !
Lucrecia :
ResponderEliminarEl Sr Borsky regresa a casa altas horas de la madrugada ligeramente ébrio y se encuentra a la Sra Mary esperandole despierta en el salón.
- ¡¡ Jimmy !!, ¿de donde vienes así a estas horas?.
El Sr Borsky duda unos momentos, respira hondo para hacer acopio de fuerzas, y responde :
- Vengo de hacér el amór con una mujér maravillosa.
- ¡¡ Muy bién, só golfo !!.¿ Y que harias tú si volvieses a casa y me encontrases con otro hombre en la cama?.
El rostro de Jimmy se ilumina con una sonrisilla pícara.
- Tiraria el bastón y el perro por la ventana, vida mia.
- ¿Que tienen que vér un bastón y un perro para que yo te ponga los cuernos, idiota?.
-Es que para acostarse contigo hay que estár totalmente ciego, nena.
El Sr. Borsky durmió la mona en la mecedora del porche.