El teniente coronel tejero, en la tribuna del Congreso de los Diputados la tarde del 23 de Febrero de 1.981
Parafraseando el tango "Volver" de Carlos Gardel, "treinta años no es nada". Dentro de unos días se cumple el treinta aniversario del intento de golpe de estado que perpetraron un grupo de altos oficiales de las fuerzas armadas contra la joven democracia española.
Aún tengo frescos los recuerdos de aquél día en mi memoria. Era un lunes, y un servidor debía incorporarse el siguiente domingo, día 1 de Marzo, al Cuartel de Instrucción de Marinería en Cartagena. Estaba a punto de comenzar mi largo servicio militar de 18 meses en la Armada Española. Que no cunda el pánico, NO pienso largaros ningún "rollo" sobre mis experiencias militares.
Aquella tarde la pasé en un cine acompañado de mi novia de entonces, y a la salida, empezamos a escuchar rumores sobre la irrupción del teniente coronel Tejero a la cabeza de sus guardias civiles en el Congreso, aunque la normalidad dominaba en las calles de Barcelona. Tras acompañar a la muchacha a su domicilio y cenar juntos, regresé a mi casa.No había demasiada información sobre lo que sucedía en Madrid, ni en Valencia, donde los tanques de la dimisión acorazada al mando del general Miláns del Bosch habían tomado la ciudad, convirtiéndola en un inmenso campo de maniobras militares.
Un detallé me alarmó bastante antes de llegar a mi casa. Pasé frente a la delegación local del PSOE en Hospitalét del LLobregat a tiempo de contemplar como unos cuantos militantes cargaban unos archivadores metalicos en una destartalada furgoneta. Trasladaban la documentación y las fichas de los afiliados. Hasta ese momento, no le había dado demasiada importancia al asunto, y aquella demostración de nerviosismo por parte de los socialistas se me contagió. Aquello parecía ir en serio.
Tras escuchar el discurso del Rey transmitido a través de Televisión Española, me pasé la noche con el oído pegado a los auriculares de una radio de onda corta que por entonces poseía. Trataba de escuchar cualquier información. El resultado fue negativo. A pesar de que el aquellos años existía una multitud de radio-aficionados en nuestro país, el silencio era absoluto. El miedo actuaba como una eficaz mordaza.
Las multitudes que un par de días después se echaron a las calles proclamando su apoyo a la democracia, aquella noche permanecieron en sus casas, encogidas y atemorizadas.
Al día siguiente, como todos sabemos, se desmontó la asonada. No por méritos propios de nuestra sociedad civil, no. Sencillamente es que aquél golpe de estado era una chapuza de tal magnitúd, mal planeada y peor ejecutada, que era casi imposible que tuviese éxito.
Durante mi estancia en la Armada, escuché varias historias extrañas sobre la implicación de varias unidades militares en aquél asunto. Algunas la he podido verificár tiempo mas tarde, otras pueden quedar en la categoría de "leyendas urbanas".
De todas formas, será muy difícil que algún día lleguemos a conocer toda la realidad que se escondía tras los hechos de aquella tarde del 23-F. Una manera de tener una visión amplia de la situación política y militar que desembocó en el asalto al congreso de los diputados, es leer la obra del escritor Javiér Cercas, "Anatomía de un instante".
Editorial Mondadori. 1ª edición : Abríl 2009
Javier Cercas nos brinda un ensayo minucioso y sesudo, un relato novelado sobre aquél momento de la política española, con una mirada escrutadora sobre los últimos meses de Adolfo Suárez en la presidencia del Estado. Una mirada que nos descubre un ambiente enrarecido y crispado, tanto en el interior de la Unión de Centro Democrático, el desaparecido partido político de Suárez, como en la relación del gobierno con las fuerzas de la oposición y con la Casa Real. Un momento de inpass político que estuvo a punto de llevarse por delante la joven democracia española.
No es una obra fácil de leer. Pero a cambio nos ofrece una visión caleidoscópica y en amplia perspectiva de la situación que llevó a unos cuantos militares a tratar de imponer un gobierno tutelado y controlado por ellos.
La obra nos descubre una situación política crispada, en la que políticos e instituciones jugaron con fuego, ofreciéndole su alma al diablo a cambio de echar a Suárez del poder. Y el diablo, les escuchó.
Los blindados de Milans del Bosch, circulando por las desiertas calles de Valencia.
Recomiendo vivamente la lectura de esta obra para quienes quieran tener un visión de conjunto sobre los hechos de aquella noche, y la situación política que condujo a la dimisión de Adolfo Suárez como presidente del gobierno, dimisión que precipito el intento de golpe de estado, intentando aprovechar el cambio de gobierno para "presentarlo" como un vacío de poder.
Fuera ya del foco de esta obra literaria, treinta años mas tarde de los hechos, encuentro a faltár una explicación mas amplia a aquellos sucesos, y la verdad sobre la implicación de varias fuerzas políticas y económicas.
El juicio abierto, el consejo de guerra, se limitó a las "caras visibles" de la rebelión. Los militares mas implicados con la intentona, y tan solo un civil encausado : Juán Garcia Carrés, conocido ultra-derechista que colaboró en la elaboración logística del golpe.
Se trató de pasar página rápidamente con el juicio sin hacer demasiado ruido. Quedó muy poco claro el papel de los servicios de información militar, el CESID, en el cuartelazo. Ya fuera por acción u omisión, esta implicación iba mas allá de lo demostrado durante el consejo de guerra. Nada ni nadie se movía en los cuarteles militares sin su conocimiento.
Tampoco esta clara la trama "civil" del golpe. Habia indicios que apuntaban a la implicación de un par de bancos de aquella época, y a unos pocos empresarios muy conocidos.
Hay mas puntos extraños en los sucesos de aquél día :
- Aquella mañana, se había averiado "inexplicablemente" el servicio de Control de Emisiones Radioelectricas, el servicio de vigilancia radioelectrica del ejército.
- Sobrevolaba aquella noche nuestro territorio un avión AWACS de inteligencia electrónica, perteneciente al 86º escuadrón de comunicaciones de la USAF, procedente de la base aérea de Ramstein, ( República Federál de Alemania ). Alguien tuvo que autorizar su presencia en nuestro cielo. ¿ Quién lo hizo?. ¿ Que "escuchaba" aquél avión ?.
- Varias unidades de la U.S. Navy patrullaban " inocentemente" frente a nuestras costas, sin motivo aparente.
Supongo que aún tendremos que esperar alguna década más para saber toda la verdad sobre el tema.
Menos mal, Rodéricus, que en ESTESPAÍS somos unos cachondos.
ResponderEliminarSaludos.
Si, después hicimos bromas, pero no estoy muy seguro de que en el fondo, el "golpe" consiguiese sus propositos. Aún recuerdo como cuando el destructor donde yo servia, pasaba frente al castillo de la Palma, se rendian honores militares y nunca sabia si era a la bandera que ondeaba en el mástil, o al teniente corronel Tejero, que desde la terraza contemplaba el tráfico maritimo de la ria. Por cierto, durante su reclusión allí, eran legendarias sus "mariscadas". Menudo "régimen carcelario" seguia entonces el susodicho.
ResponderEliminarUn saludo Carlos.