miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL GENERÁL FRANCO, SÚ CHÓFER Y UN ESTAFADÓR AUSTRO-HUNGARO

Vehículo equipado con equipo de gasificación en los años cuarenta, también conocido como "gasogeno".


Año 1.940. Hace apenas un año que España ha salido de la guerra civíl más cruenta que ha conocido en toda su historia. El generál Franco ha alcanzado la victoria, pero una véz acabada la contienda, tiene ante sí un país arruinado y devastado. La situación economica es caótica, y el nuevo estado se enfrenta a una bancarrota técnica. La República ha consumido casi todas las reservas de divisas y de oro buscando suministros militares y de todo tipo en él último año del conflicto. Situación a la que se añaden las deudas contraidas por el bando franquista con los regiménes fascistas de Alemania e Italia por la ayuda militár prestada por estos paises, sin la cuál, dificilmente los militares sublevados hubieran podido imponerse a lá República y sú ejército. Para hacernos una idea del peso de la deuda, hasta bién entrados los años sesenta el Estado Españól no acabó de cancelár sus deudas con la República Federál Alemana y con la República Italiana, estados herederos de los regimenes fascistas con los que se habia contraido esta deuda, y que NUNCA renunciaron al cobro de la misma.

España siempre ha sido un país deficitario en recursos energéticos, salvo en el apartado del carbón. Hacia falta petróleo para movér la maquinaria necesaria para reconstruír el país, y las dificultades para conseguirlo, eran casi insalvables. Aquél año, la Segunda Guerra Mundiál ya sacudia los cimientos de Europa. El petróleo de origen británico habia desaparecido del mercado, Inglaterra luchaba por su supervivencia y no estaba en condiciones de suministrár un solo barríl, a pesár de poseér las inmensas reservas árabes.

España dependia casi exclusivamente de los suministros procedentes de Estados Unidos, y Franco, a pesár de habér derrotado a un régimen político próximo a la Unión Soviética, no era del agrado de la administración Roosvélt por varios motívos.
El régimen de Franco habia "nacionalizado" por la via de la expropiación algúna empresa norteamericana, como fué le caso de Ford España, que no volveria a España hasta una véz desaparecido el dictadór, en 1.977. También Roosvélt veia con preocupación los acontecimientos en Európa y habia comprendido algo tárde que quizás el régimen franquista no era una buena opción para una Európa dominada por los fascismos.

Todo esto propiciaba que el petróleo llegase a nuestro país con cuentagotas, incluso a pesár de los esfuerzos de financieros como Juán March, con amplios e influyentes contactos con las compañias petroleras norteamericanas. El poco petroleo que se recibia, debia sér pagado al CONTADO con divisas fuértes como el Dólar ó la Líbra Esterlina, y la balanza comerciál española era terriblemente deficitaria.

Así estaban las cosas en 1.940. Todo aquél que disponia de un vehículo a motór, estaba sometido a un racionamento de combustible claramente insuficiente, haciendo casi imposible actividades como el transporte de mercancias por carretera. Los viejos carros con tracción animál, que habian ido desapareciendo en la decada de los años treinta, volvieron a sér los reyes de las carreteras y caminos, arrastrados por caballos, asnos, mulas y hasta bueyes. En el caso de los automóviles de turismo, la situación era peór si cabe. Algunos optaron por modificarlos añadiendo el sistema de gasificación de combustibles solídos, también conocidos como gasogeno, que era susceptible de alimentarse con cualquiér material que pudiese ardér, en el mejór de los cásos carbón o madera, y en el peór hasta con basúras. No hay ni que decír que apenas suministraba potencia al motór, y que para emprendér la marcha con estos vehículos habia que encendér la caldera de combustible una hora antes de ponerse en movimiento.

En estos dias, apareció por Madríd un tipo pintoresco. Decia llamarse, ( tampoco está contrastado ) Albert Elder "Von" Fílek, sér de origen Austro-Hungaro, de origen noble y exiliado trás la derrota del Imperio  Centrál en la Primera Guerra Mundiál. Decia simpatizár con el régimen de Franco por sú victoria contra el comunismo, del que se declaraba enemigo acérrimo y poseér la solución para sacár a España de la miseria del momento : la "fórmula secreta" de la gasolina  "sin petroleo".

No está documentado como este hombre consiguio acercarse al entorno de Franco, pero consiguió hacerle una "demostración" práctica de aquella exótica gasolina en polvo al generál en connivencia con sú conductór de confianza, sú chófer. Disolvió un enigmático polvo en un bidón de agua vulgár, que vació el el depósito de combustible de un coche. El motór arrancó al primér intento con aparente normalidád.

Fílek aseguraba que su fórmula estaba compuesta por extractos vegetales, un ingrediente "secreto" de orígén minerál y agua corriente.

El generál vió el cielo abierto y solucionados una buena parte de sús problémas.España podia pasár a sér un exportador neto de gasolinas en un mercado mundiál "sediento" de combustible, y acabár con las deudas generadas con sús aliados.

A Filek le fueron concedidos diéz millones de pesetas de lá época, una autentica fortúna, y unos terrenos a orillas del rio Jarama, donde se debia construír la fabrica para la elaboración del combustible, cuyas águas, convenientemente "analizadas" por Filek, parecian ser áptas para el proceso de producción.

Llegados a este punto de la historia, Fílek tendria que haber aplicado la vieja técnica de "coge el dinero y corre". Se desconoce si no pudo echár mano de los fondos, o se confió demasiado en la supercheria que habia montado, pero la verdád es que él y sú complice dieron con sús huesos en la cárcel al descubrirse el engaño prematuramente.

A partír de este momento, se pierde la pista de los dós dentro de las cárceles de la España de Franco. Teniendo en cuenta que en aquellos momentos el sistema penitenciario españól era una auténtica trituradora de hombres, y la gravedád del "delito" cometido por él y sú complice, nada menos que intentár estafár a Franco, un hombre para el que una vida humana en aquellos dias no tenia ningún valór, podemos imaginár el destino de los dós, un pelotón de fusilamiento al amanecér y una tumba anónima. Con un secréto totál, la imagen de Franco, no podia sér empañada por un vulgár timadór que estuvo a punto de embaucarle.

Este rocambolesco episodio tuvo un inesperado "rebrote" y epílogo a la véz unos años más tarde de la mano de otro protagonista allá por los años sesenta del pasado siglo.

Arturo Estévez Varela era un pintoresco ingeniero extremeño residente en Sevilla, que aseguraba habér descubierto y patentado, un sistema químico para descomponér la estructura moleculár del água en sús componentes básicos : hidrogeno y agua,  y alimentár un motór de explosión con el hidrógeno resultante.

Estévez empezó a hacér demostraciones públicas de sú "invento" al más puro estilo de feria por las plázas públicas de varios puéblos. Los medios de comunicación, de una manera inexplicable, empezaron a darle resonancia a la "invención", e incluso la televisión española dedicó algún espacio al inventór y sú creación, y las instancias oficiles del momento se interesaron por el "milagro".

Franco, desengañado por la experiencia vivida con Fílek, encargó al Colegio de Ingenieros de Madríd un informe sobre la viabilidád del asunto, y ante el resultado negativo del informe, decidió silenciár aquél espectáculo arguyendo que "ya se ha hecho demasiado el ridículo".

Las leyes de la termodinámica son implacables, y sabemos que el agua solo se puede descomponér mediante un proceso de electrolísis, proceso que consume más energia que la resultante de quemár el hidrógeno producido.

Lo que está claro es que Franco era un militár, mediócre según algúnos detractóres, y de ciencia física y quimica, no tenia ni idea.









6 comentarios:

  1. Cuentan algunos mayores sobre el gasógeno y con cierta sorna que el poder calorífico, esto es, la energía que podía obtenerse con aquel sistema era tan pobre que, al encarar un vehículo una cuesta de pendiente no demasiado grande, el conductor debía abrir la espita de la nodriza para superar el obstáculo. Tal nodriza no era más que un pequeño reservorio de gasolina que se comunicaba con el motor del vehículo.

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  2. Hay que echarle morro para intentar estafar a un caudillo ; )

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  3. Señora Lucrecia, veo que usted conoce bién el sistema del gasogeno de marras. Efectivamente, cuando se llegaba a una pendiente minimamente pronunciada habia que echár mano de la poca gasolina disponible. Trabajé unos años en el ramo del automóvil, y se recordaban unas historias bastante rocambolescas de modificaciones en los motores para aprovechár cualquiér combustible. Eduardo Barreiros comenzó su negocio modificando motores de gasolina a combustión de diesel, algo que parece hoy impensable. Cuando veo la situación hoy en Cuba de la automoción, me vienen a la memoria esas historias que escuché sobre la posguerra. En Cataluña se hicieron autenticas fortunas recogiendo vehículos destrozados y aprovechando hasta el último tornillo útil

    Bandero, este hombre hizo caso del eslogan fascísta que decia que "hay que vivír peligrosamente". casi lo consigue.

    Saludos a los dós.

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  4. Tristes historias de las miserias de post-guerra.

    ¡Saludos Rodéricus!

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  5. WWW.INFOCONTINENTAL.COM

    Gracias por compartir este post, estaría bien poder llegar a más personas para poder transmitir lo dicho aqui, te deseo suerte con tu blog.

    Un saludo!!

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  6. El traidorisimo solo se hizo cargo de la deuda del bando golpista, no de la del bando Republicano.

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