EL DRAMA DE MADRID-ARENA Y LOS NEGOCIOS A LA SOMBRA DEL PODER

  Altar espontaneo a la memorias de las victimas levantado en las inmediaciones del pabellón Madrid-Arena

El pasado jueves, día uno de Noviembre, todo el país se desayunó con una noticia trágica. Durante un concierto de música tecno celebrado en el pabellón Madrid-Arena, una avalancha humana en uno de los accesos a la pista se había cobrado tres victimas mortales, tres muchachas de edades entre los diecisiete y veinte años : Katia Esteban, Rocio Oña y Cristina Arce.

Dos mas, Belén Langdon y Maria Teresa Alonso, permanecían  en estado grave. El sábado día tres, falleció Belén, como consecuencia de las lesiones que sufrió a causa del aplastamiento  en aquél pasillo. 

A día de hoy, Maria Teresa está estable dentro de la gravedad de sus lesiones.

La empresa promotora de espectáculos "Diviertt", propiedad del empresario Jose Mª Flores, había organizado un concierto de música tecno para la noche de Halloween, cuyo plato fuerte era la actuación al filo de las tres de la madrugada del "pinchadiscos" norteamericano Steve Aoki, una de la figuras del momento. Para este evento, alquiló el pabellón deportivo "Madrid-Arena" a la empresa municipal que gestiona este tipo de instalaciones en Madrid. El aforo máximo permitido para este efecto de las instalaciones, apenas llegaba a las 10.000 personas de capacidad.

Las declaraciones de algunos de los jóvenes que asistieron al acto, son escalofriantes. Se vendieron presuntamente muchas mas entradas del 
aforo máximo  que permitía el local. Por otra parte,  el control de accesos se ejerció de una manera insuficiente, tanto en el registro de los asistentes, como en el control de entradas. Parece ser que que se produjo una invasión por parte de público sin entrada, coincidiendo con el principio de la actuación de Aoki.

Todo eso, sumado al presunto lanzamiento de alguna bengala desde las gradas, produjo una aglomeración en uno de los pasillos de acceso a la pista central, con el trágico resultado de una avalancha sin control que se ha cobrado cuatro victimas por aplastamiento.

A medida que han pasado los días, van saliendo datos a la luz sobre esta tragedia. De inmediato, el primer teniente de alcalde de Madrid, declaró con un cierto nerviosismo, que la empresa organizadora, tenia todas las certificaciones y permisos en regla.

"Rascando" un poco en la empresa organizadora, nos aparece una entidad mercantil que tiene la friolera de cincuenta y una sanciones administrativas, por impagos a la Tesorería de la Seguridad Social, y a la Agencia Tributaria.

Este hecho, invalidaría a esta empresa para cualquier contratación oficial o gubernamental. Pero, en el caso del alquiler del Madrid-Arena, el local es gestionado por una empresa municipal, lo cual, "facilita" el esquivar el "pequeño inconveniente" de no tener al día sus deudas con el Estado.

También llama la atención el detalle, de que hasta Agosto de este año, Diviertt tuviese un capital social declarado de 3.000 Euros, que fué ampliado ese mes a 210.000.

Por lo que parece, "Diviertt" subcontrató con otras empresas el control de accesos, y la vigilancia interior del local. La vigilancia interior, se cubrió con personal NO CUALIFICADO para estas labores, reclutado entre porteros de discotecas, a cambio de ocho Euros por hora trabajada, y en un numero inferior al necesario para el acto que se desarrollaba. También, la falta de preparación del personal de vigilancia, posiblemente agravó el accidente, al no saber gestionar con rapidez y diligencia la avalancha. Alguno de los supervivientes, ha declarado que el "tapón", la masa de gente aplastada, tardó cerca de veinte minutos en poder ser despejada. 

La muerte por asfixia, sobreviene en cuestión de tres o cuatro minutos, dependiendo de la complexión física

Los servicios médicos que debían velar por los posibles incidentes en el local, también eran claramente insuficientes. Tan solo dos médicos, uno de ellos mayor de setenta años, para atender los incidentes sanitarios de una multitud de casi diez mil personas.

Por otra parte, parece que el edifico del complejo Madrid-Arena, no dispone de los medios de seguridad, y la disposición arquitectónica para hacer frente a un acontecimiento como el mencionado concierto, y a una saturación de público como la que se dio la pasada noche del 31 de Octubre. No es lo mismo un torneo de tenis, o un partido de baloncesto,  con el público acomodado en sus asientos, que una sesión de música tecno que incluye una multitud de jóvenes que pretenden bailar y desplazarse por todo el complejo.

Los aficionados a la aeronáutica, sabemos bién que cuando se produce un accidente en el ámbito de la aviación civil, no hay una sola causa. Suele ser un encadenado de diferentes motivos, que dan como resultado un desastre. Como en el caso que nos ocupa.

Y por otra parte, mi experiencia en el mundo de la empresa, es que una certificación de calidad, hoy por hoy en España, no es garantía de nada. Solo significa que la empresa que la ostenta, tan solo ha pagado a la compañía certificadora, y que uno solo se puede fiar de la buena fe de esta empresa al prestar sus servicios. Nada más 

Sumemos un local inadecuado para el fin que se busca, un concierto-baile masificado.

 Añadamos una empresa promotora preocupada por recaudar el máximo beneficio, con unos costes muy, muy, reducidos. Sigamos añadiendo a un empresario, Jose Maria Flores, que tiene muy buenas amistades en la cúpula del Ayuntamiento de Madrid.

Tenemos el cóctel perfecto para un desastre, en mayor o menor grado.

Esta desgracia, es un perfecto ejemplo de la porquería que se acumula en los oscuros pliegues del poder. Donde medran la aberraciones, que como los champiñones,  necesitan oscuridad y materia en descomposición para crecer

Empresarios que hacen buenos negocios a costa de sus buenas relaciones con los poderosos. Favores que se conceden a cambio de vete a saber que, si una buena cesta de navidad, o unas vacaciones pagadas en un lugar exótico.

Esto es una muestra de los males que están minando nuestra democracia día tras día. Una clase política, que con sus aliados del mundo de los negocios, ven a los ciudadanos como al ganado que se puede ordeñar, esquilar y esquilmar.

Necesitamos con urgencia volver a los postulados de Rousseau, la separación de poderes. 

Porque hasta que un juez no envíe a la cárcel a un político por responsabilidad subsidiaria en un triste hecho como este, nuestra democracia no es mas que papel mojado, una bonita teoría sin aplicación práctica.

Estamos en manos de una mezcla de incompetentes, sinvergüenzas, irresponsables y avariciosos.