UNA CIERTA SENSACION DE DESANIMO

                                         

                      Banda sonora a este post : "Bienaventurados", Joan Manuel Serrát. 1.987



Fue el pasado sábado, al ir a comprar un paquete de tabaco en el estanco del barrio, cuando una conversacion trivial entre uno de los clientes y la dependienta, me hizo reflexionár sobre la visión que tenemos todos en general en este país sobre los tiempos que estamos atravesando.

- ¿ Pero no habías dejado de fumar ?
- Estoy intentándolo, Timoteo, lo intento.
- ¡¡ Pero si es malisimo para salud !!, y además, ¡¡ es pecado !!.
- Mira Timoteo, no me vengas "pontificando", porque tu solito te has fumado una par de cosechas completas de esa hierba que cultivan tan primorosamente en Ketama.
- ¡¡ Eso fue antes de ver la luz del Señor !!, ¡¡ cuando era un pecador !!, ahora , ¡¡ ya no lo hago !!.
- ¿ Estas seguro ?, porque hay algunos días, que yo juraría que vas algo fumao.
- Solamente me sumerjo en mis reflexiones interiores, ¡¡ nada de drogas !!.
- Si tu lo dices ...

En fin, interrupciones aparte, vuelvo al asunto que nos ocupa. La breve conversación que escuché la transcribo literalmente.

- Buenos dias, un paquete de Ducados, por favor.
- ¿ Ducados negro ?.
- Si, negro, como nuestro futuro.

A este intercambio de frases, siguió un intercambio de risitas nerviosas entre la dependienta y el cliente "graciosillo".

Cada vez noto mas extendido este estado de animo, entre un cierto conformismo y un derrotismo tremendo. Me da la impresión de que esta forma negativa de ver el presente y el porvenír, es bastante contagiosa. Incluso escucho expresarse de forma parecida a personas que atraviesan por una situación relativamente normal, tanto en lo económico como en lo personal. Tengo la impresión de que la sociedad española se ha "instalado" al completo en el "lamento permanente".

Personalmente, la crisis me ha afectado en mi vida profesional, y en mi bolsillo, a nivel económico. Tras unos diez años trabajando en el departamento comercial de una empresa metalúrgica, la crisis se llevó por delante mi puesto de trabajo, y casi arruina a la empresa que me empleaba. Actualmente, aún subsiste haciendo equilibrios para evitar cerrar sus puertas, reducida su estructura al mínimo posible de empleados, y apenas con recursos económicos.

Negocié un acuerdo de despido con la dirección, el mejor posible para el momento, y empecé inmediatamente a buscar otro puesto de trabajo. No fue fácil, y tres años después, he pasado por dos empresas diferentes. La empresa que me emplea actualmente, hace nueve meses que comenzó su actividad. No puedo decir que mi trabajo sea fácil, levantar una cartera de clientes partiendo desde cero, está siendo mas complicado de lo que yo había previsto. Pero a base de trabajo duro, y mis conocimientos del ramo industrial, la empresa y yo salimos adelante poco a poco. Pero las condiciones económicas de mi contrato, y mi sueldo, se han reducido sensiblemente.

No puedo comparar mi situación personál con la de otras personas que han pasado por el mal trago de quedar desempleados.
No tenia deudas como hipotecas o prestamos en aquél momento, ni tampoco responsabilidades familiares complicadas, lo cuál me permitia mantener una cierta serenidad, y concentrar mis esfuerzos en buscar un trabajo adecuado a mi preparación y experiencia. También aproveché el parón forzoso en poner al día mis conocimientos técnicos, y en hacer un curso acelerado, y con provecho de informática a nivel de usuario.

Comparado con otros casos de desempleo mas sangrantes, quizás pueda considerarme un privilegiado que ha tenido la suerte de encontrar otro empleo, peor pagado que el anterior, pero pagado al fin y al cabo.

No soporto este estado de desanimo general que se mastica en el ambiente. Soy de los que piensan que no se debe "llorar por la leche derramada", por los pasados buenos tiempos de antes de la crisis, sencillamente, porque no hay otro tiempo mas que el que nos ha tocado vivir.

Dicen que cada generación, tiene una guerra a vivir, y esta es nuestra "guerra". Lo es, porque aunque no haya sonado ni un solo cañonazo, la sangre ya ha corrido, y como de costumbre, ha sido la sangre de los inocentes.

La palabra "guerra", suena dura, pero quizás la post-guerra puede resultar aún mas cruel que un conflicto armado. La devastación y la falta de absolutamente todo lo necesario, pueden acabar con los supervivientes.

Mi abuelo paterno, era un humilde campesino andaluz que en plena post-guerra, fue capaz de dar lo imprescindible a sus ocho hijos. Tenia un pequeño puesto de frutas y verduras en el mercado central de Jaén. Se levantaba seis días a la semana antes del primer canto del gallo, para comprar la mercancía del día en el mercado central de abastos, y acto seguido, abrir su puesto de venta. Por la tarde, tras la comida y una breve cabezada, salia a trabajar al campo, a cultivar y cuidar sus olivos acompañado de un burro sobre el que transportaba sus herramientas. A sus hijos y esposa, nunca les falto todo lo necesario durante aquellos años de hambre y calamidades.

Fue un tipo peculiar, con una vitalidad tremenda y un carácter endiablado, que creo que también he heredado de él. Y cuando pienso en su ejemplo, reconozco que no tengo derecho a emitir la mas mínima queja por los pequeños problemas que yo atravieso ahora.

Cuando empecé a practicar deporte amateur, mis entrenadores me enseñaron a no dar por perdido un solo partido hasta agotar el ultimo cuarto de juego, a pelear hasta el ultimo minuto. Y funcionaba. En algunos partidos le dimos la vuelta a algún marcador adverso en los últimos cinco minutos de juego, y en otros, conseguir minimizar una derrota escandalosa. Eso sí, poniendo pasión en lo que hacíamos, y a veces dejandonos jirones de piel sobre el terreno.

Deberíamos cambiar todos la actitud que mantenemos, cerrar el "duelo" por todo lo que se ha perdido, y armarnos de voluntad y esperanza, porque si no mantenemos una actitud positiva, dificilmente saldremos de los problemas. Nadie vendrá a ayudarnos, tan solo contamos con nuestro sudor, nuestras manos y ganas de sobreponernos. A base de trabajo callado y serio, llegara un día en que empecemos a ver la luz.

Y dejar de buscar responsables de esta situación, porque creo que en el fondo, todos hemos contribuido un poco a este desastre.

Como canta el maestro Serrát

                            Bien aventurados los adictos a emociones fuertes
                            porque corren buenos tiempos para la gente "marchosa"

                            Bien aventurados los que están en el fondo del pozo,
                            porque de ahí en adelante solo cabe ir mejorando.

                            Bien aventurados los que presumen de sus redaños,
                            porque tendrán ocasiones de demostrarlos.