sábado, 10 de junio de 2017

POSTUREO CULTURAL


"  El término postureo es un neologismo acuñado recientemente y usado especialmente en el contexto de la redes sociales para definir una forma de comportamiento superficial, una pose, que se adopta más por imagen, por apariencia,  que por una verdadera motivación. Aún no tiene registro en los diccionarios ".




Un servidor es un lector voraz desde mi mas tierna infancia. Por peripecias vitales empecé a leer cualquier cosa que caía en mis manos durante mi primera década de vida, desde clásicos de la narrativa juvenil hasta revistas de información general de la época.

Desde entonces he guardado la insana costumbre de leer todo tipo de literatura y de estar bien informado. He leído todo tipo de ejemplos literarios, desde bodrios infumables hasta obras sublimes, desde los clásicos hasta ciencia-ficción de última hornada. Ensayo histórico y poesía tampoco me son extraños.

Pero mi pasión por la literatura tropezó hace unos años con uno de los principios fundamentales de la física : el espacio disponible en una vivienda es finito, si es que uno no vive dentro de un "agujero negro". No soy un lector que se deshaga de los libros que ha ido acumulando durante años.

El alcanzar los límites de capacidad de mi vivienda coincidió hace unos años con la aparición de los primeros libros electrónicos, los e-books. Al principio era algo reacio a esta nueva forma de leer, y lo que empujó a adquirir el primero fué esta situación de saturación de mis despacho, del comedor, de la alcoba con estanterías para almacenar mis libros.

Y digo algo reacio al principio, porque después de los primeros dias para amoldarme el nuevo formato, caí rendido a sus ventajas prácticas. Podía llevar conmigo a todas partes centenares de libros en unos pocos gramos de peso con toda comodidad.

Se acabó el acarrear varios tomos en el equipaje de las vacaciones. Podía viajar en el transporte público devorando alguno de mis  "mamotretos" sobre historia moderna de setecientas páginas sin provocarme una tendinitis en el brazo.

Pero ya desde el principio de mi experiencia con el libro electrónico detecté una actitud hacia él en otros lectores conocido o saludados : un cierto menosprecio hacia la novedad, con un cierto deje de pedantería.

He escuchado en una docena de ocasiones el mismo razonamiento :


" Pues yo creo que como el libro en papel no existe nada que pueda sustituirlo,
esa sensación de oler la tinta fresca, el tacto de las hojas de papel en los dedos,
el poder subrayar párrafos o anotar en los márgenes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ."


Al principio, creí que esta actitud era una cierta resistencia a la novedad. El ser humano, sobre todo a partir de cierta edad. es conservador, muy conservador en cuanto a las costumbres.

Pero pasado algo más de un lustro, sigo viendo la misma "pose" en algunos.

Y he llegado a la conclusión de que los defensores a ultranza de la edición impresa, ¡¡ son los que menos leen !!, pero que quieren pasar por grandes lectores.

Una de las pocas ventajas de hacerse mayor, es que se desarrolla un cierto sentido para detectar a los impostores, o saber distinguir eso que ahora se llama "postureo".

Algo así como nuestra inclita Esperanza Aguirre, que en su etapa de ministra de Educación y Cultura confundió al escritor portugués, y premio Nobel José Saramago, con una inexistente autora llamada "Sara Mago".

En mis viajes en transporte público he detectado que la mayoria de usuarios del libro electrónico son mujeres. Y aquí debo hacer hincapié en el sentido práctico de la vida que tienen las mujeres. Adoptan y hacen habitual cualquier mejora a mucha mayor velocidad que el sexo masculino. "Chapeau" por vosotras, amigas.

Aunque aquí, he perdido una herramienta secreta de seducción : antes podía entablar conversación con algúna desconocida interesante a cuenta del título que ella estaba leyendo.

Ahora tengo que usar como "excusa" el modelo de libro electrónico y sus características técnicas.

El "postureo" intelectual no es nada nuevo. He conocido gente que compraba colecciones enteras de libros solo por su encuadernación y porque quedaban muy aparentes en las estanterías del  salón-comedor, junto a algúna enciclopedia prestigiosa. Aunque apenas leyeron alguno de aquellos tomos tan bién encuadernados.

Colecciones enteras de los premios "Planeta" encuadernadas en cuero rojo y con tipografía dorada en las cubiertas que acumulaban polvo en estanterías bien visibles.

Lo que realmente importa, es la obra y no su continente, ya sea pergamino, papiro, papel o  una pantalla de cristal.

Lo importante, es el mensaje y no el medio en el que reposa.

Para los que estén interesados en "pasarse" al libro electrónico, dejo aquí unos consejos como usuario veterano.

- Utilizar un aparato con pantalla blanca tipo "perla" mate. Son las que tienen un buen contraste, y facilitan una lectura cómoda sin fatiga.

- Por el mismo motivo, NO utilizar pantallas con retroiluminación, similares a las tablet, ya que ocasionan fatiga ocular en tiempos prolongados de lectura.

- Disponer de un disco duro externo para realizar copias de seguridad de los archivos periódicamente. Así, en caso de "desastre" informático, se puede acceder a la biblioteca desde cualquier otro ordenador. En mi caso, acabo de actualizar mi copia de seguridad. Cuatro  gigas de memoria solo han tardado cuatro minutos en duplicarse.




Una imagen parcial de mi "cueva", mi despacho.
Las estanterías cubren otras dos paredes mas desde
el suelo hasta el techo. Comedor y dormitorio
también están ocupados por estanterías,
bien cargadas hasta el límite de resistencia.


En fin, supongo que en los tiempos de Johannes Gutenberg,  alguien despotricaría contra el nuevo invento de la imprenta de tipos móviles, argumentando que las biblias auténticas eran las escritas a mano con un cálamo sobre pergamino de oveja castellana.

La primera escritura conocida, es la cuneiforme, usada en Sumeria hace algo más de dos mil cuatrocientos años. Básicamente, eran registros por escrito de la recogida de impuestos, inventarios de recursos del estado y anotaciones de los funcionarios reales. 

Su soporte eran tablillas de terracota, y gracias a eso han perdurado hasta nuestros dias.

Estaríamos apañados si tuviésemos que andar hoy en dia por ahí con un par de tablillas de cerámica cocida bajo el brazo o en el bolso, ¡¡ y pobres funcionarios !!.

18 comentarios:

  1. No se me ha ocurrido probar el libro electrónico, ergo, tengo montones de libros por todas partes, estanterías llenas de ellos, armarios e incluso en cajas.

    salut

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    1. Pues por la fotografía, ya puedes imaginar como está el resto de la casa, Francesc.

      Fué una solución obligada, y después me he vuelto un firma partidario del libor electrónico, aunque reconozco que tiene sus limitaciones, y que nunca va a sustituir del todo a las ediciones impresas.

      También tiene algúna ventaja en el lado económico : las ediciones en formato digital son mas baratas que las físicas, y si no es una novedad editorial, los son BASTANTE más.

      Un abrazo.

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  2. Lo pensaré.
    Me pasa igual que a vosotros y mi mujer me está obligando a desprenderme de algún ejemplar al que le tengo cariño.

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    1. Miquel, es bastante mas simple de lo que parece, y una vez te habitúas, no notas la diferencia entre el papel y la pantalla.

      Un abrazo.

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  3. Que la vida y las circunstancias no te obliguen a tener que hacer una mudanza a toda prisa perseguido por los bancos y el sastre.

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    1. ¡¡ Valgame Dios !!. Ya he sufrido dos mudanzas y un traslado de empresa, y es algo que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Ya estoy algo viejo para eso.

      Un abrazo.

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  4. Disculpa, la escritura cuneiforme es más antigua que eso que dices.

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    1. Tienes razón, realmente son cuatro mil años. Me había "comido" dos mil años por lo bajo.

      La cuneiforme era común a los asirios y los acadios, y después fué adoptada por lo elamitas, extendiéndose también hacia el oeste.

      Es un placer contar con seguidores cultos como tú.

      Un abrazo.

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  5. Qué te voy a contar. Mi tableta es mi biblioteca más preciada. Claro que leo en papel, pero cada vez menos porque casi todos los libros que leo son electrónicos.Entiendo que la gente sea reacia a la novedad, porque la costumbre nos ata. Para mí, es indiferente el soporte si la lectura me gusta. Además, la comodidad es incomparable. Se acabó arrastrar libros cuando salgo de viaje.

    Abrazo

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    1. Je, je, Amaltea, es un placer hacer un equipaje sin tener que cargar con dos o tres tomos de cuatrocientas-seiscientas páginas.

      Y la bateria de mi libro soporta tres o cuatro semanas de uso intensivo.

      Un abrazo.

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  6. "Los defensores a ultranza de la edición impresa, ¡¡ son los que menos leen !!, pero que quieren pasar por grandes lectores."
    Siento que mi caso contradiga esa aseveración. No tengo libro electrónico,pero me apasiona leer ediciones impresas. Y sí, lo siento,me apasiona el olor y el tacto del papel. Debe ser que, en un ejercicio de rememoración proustiana, conecte el encuentro placentero de coger un libro con hechos felices del pasado. Leer en libro electrónico -útil sin duda para muchísima gente- me sigue pareciendo frío, como hacer el amor con un robot. En esto estoy "chapado a la antigua". Aunque, como bien dices, lo que importa es el contenido y no el continente.
    Un saludo.

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    1. Bueno Cayetano, es que en mi caso creo que debo a empezar a replantearme algúna de mis relaciones personales, porque según quien con los años se ha convertido en un pedante de tomo y lomo, y nunca mejor dicho.

      Con cincuenta y tantos de edad, no he perdido el afán de seguir aprendiendo algo cada dia que pasa, sigo conservando esa inquietud. Y hay algúnos que se han rendido, y se han pasado al lado oscuro de la televisión, con sus programas rellenos de aire y sus series que no aportan nada.

      Y a mí, no me ha quedado otro remedio que pasarme a la pantalla, ya has visto la fotografía. Sigo teniendo mis ediciones en papel, que releo a veces por el placer de hacerlo, y otras consultando algún dato para profundizar en algún tema de interés.

      Lo importante, es leer para colmar ese vacío que sentimos la gente como tú y como yo.

      Un abrazo

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  7. He intentado leer en tableta electrónica, de hecho, tengo algún libro para emergencias pero no me resulta cómodo.Jamás he escrito en márgenes ni el olor de un libro me pone.Quizás cuando ya no me quede ni un hueco para libros me lo replantee.Ahora vuelvo a tirar de la biblioteca municipal como cuando era niña y no tenía presupuesto, incluso pido prestados(poco porque no comparto gustos literarios con mis más allegados)pero sigo comprándome un par al mes.

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    1. Lo de la biblioteca pública es un buen recurso que creo que tenemos poco aprovechado, y tengo que plantearme hacer donación del fondo que tengo acumulado en caso de que me sucediese algo fatal. No creo que mis allegados tengan demasiado interés en los libros que acumulo en casa.

      Sigo comprando cada mes, pero ahora casi todo en digital. Salvo algúna excepción porque el libro electrónico tiene sus limitaciones en el caso de fotografías e ilustraciones. Para eso, el papel me sigue siendo imprescindible.

      Un abrazo.

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  8. Hace muchos años que por los mismo motivos me pasé a la lectura en digital y sí, me molesta ese aire a perdonavidas de quienes nos miran por encima del hombro porque son de papel, siempre de papel.
    Yo ahora leo tanto como siempre, gasto mucho menos (y eso que siempre, siempre legal) y sólo compro en papel alguna cosa muy muy especial.
    Me encanta encontrarte a este lado del espejo.
    Un beso

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    1. Je, je, veo que no soy el único que soporta a los pedantes. Coincido contigo en que gasto menos, las ediciones digitales salen por algo menos de la mitad.

      Ya dije en el "post" que las mujeres teneis mucho mas sentido práctico que nosotros.

      Espero que te encuentres mejór.

      Un besazo.

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  9. Qué interesante esta entrada, Rodericus, y tienes razón, lo importante es la obra, aunque todo tiene sus ventajas e inconvenientes, y en el libro digital puedes tener un montón de ellos sin que te pesen, aunque yo no lo tengo, porque de momento prefiero tocar las hojas y olerlas.

    Besazos.

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    1. Gracias Maria. Lo mio ha sido impuesto por la falta de espacio.

      Un besazo.

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