"Veritas Liberavit Vos", una expresión latina que traducida quiere decir "La Verdad os hará libres". Nunca como hoy ha sido tan necesaria una verdad que nos libere de las intoxicaciones informativas, de las mentiras, y de lo mas peligroso, las medias verdades.
Estos días tenemos una autentica tormenta mediática alrededor de Wikileaks, y las filtraciones de esta página de múltiples documentos clasificados del Pentágono y del Departamento de Estado norteamericanos. Al escandalo inicial que levantaron los documentos del Pentágono relativos a la campaña de la invasión de Iráq ( sobre todo la grabación de una matanza de civiles desarmados desde un helicóptero artillado Apache ), se han unido los documentos del Departamento de Estado con los informes diplomáticos remitidos a Washington desde todas las embajadas alrededor del mundo, donde se aprecia crudamente la valoración de cada país y sus políticos por el personál consular destacado en cada país.
A todo este revuelo, se ha añadido la reciente detención de Julian Assange, la cara visible de esta organización, en Inglaterra, por presuntos crímenes sexuales cometidos durante sú estancia en Suécia. No entraré a valorar la acusación y detención de Assange, porque todo el asunto es bastante oscuro y vidrioso, y en el se mezclan demasiados intereses ajenos.
Acerca de Wikileaks, desconfío, porque nunca he creído en el altruismo informativo, al menos a una escala tan grande. Y creo que detrás de esta organización, hay algo mas de lo que vemos y lo que declaran sér. Pero he de reconocér que ha contribuido a que tengamos una imagen algo mas clara de todo lo que ha ocurrido en Iráq y Afganistán, y no pongo en duda la autenticidad de la documentación. Tan solo hay que ver la reacción de la administración Norteamericana, pidiendo la cabeza de Assange en una bandeja.
Toda la información procedente de ambos países, ha sido cuidadosamente censurada por el Pentágono y el Departamento de Defensa norteamericanos, y los pocos periodistas que han participado en las operaciones militares han sido cuidadosamente elegidos y tutelados en sus informaciones, eliminándose de ellas cualquier material o información no conveniente.
Los que me sigan y sean aficionados al cine, recordarán el personaje que interpretaba Dennis Hopper en "Apocalipse Now", un reportero gráfico enloquecido por el alcohol y las drogas en medio de la guerra de Vietnám, capáz de seguir tomando instantáneas impasiblemente en mitad de un bombardeo artillero.
Pues bien, como siempre, la realidad supera a la ficción. Los guionistas de la película de Coppola tomaron como modelo para el personaje a un periodista real, un fotógrafo inglés llamado Timothy Page. El y otros fotógrafos, como Sean Flynn, desaparecido en el conflicto, levantaron el mito del reportero suicida capaz de dejarse matar por una buena toma. No era ninguna broma, en Vietnám cayeron 135 periodistas, uno de los primeros fue el mítico fotógrafo Robert Capa, veterano periodista que había cimentado su fama en la Guerra Civil Española y durante la Segunda Guerra Mundial. Una mina acabó con su vida
Tim Page nació el 25 de mayo de 1.944 en Tunbridge Wells, condado de Kent, Inglaterra. A los 16 años sufrió un grave accidente de motocicleta, tras el cuál llegó al hospitál practicamente muerto, ( la primera de las varias veces en que estuvo a punto de morír ).
Aquella experiencia traumática le marcó de por vida. En palabras suyas, "me tomé el resto de mi vida como un tiempo extra". Se marchó de casa para recorrer mundo. Eran los tiempos de la generación Beat, Alan Ginsberg, Jack Kerouác, las primeras protestas políticas de la posguerra y los primeros movimientos de liberación juveníles. Cruzó toda Europa y Asia, hizo algún trapicheo con drogas, y sobre todo, fregó muchos platos en empleos ocasionales. Quería llegar hasta Australia, pasó por Pakistán, India, Thailandia y Laos.
Tuvo la suerte de estar en la capitál de Laos, Vientianne, durante un intento de golpe de estado. Los corresponsales de prensa internacional habían sido expulsados de país. Fue el único que tomo algunas fotografías de los disturbios, que la agencia UPI publicó y le pagó generosamente. Alguien en UPI reparó en el valor que había demostrado Page para conseguir aquel material. Le dieron un adelanto de 100 dolares, una cámara Pentax profesional y lo enviaron a Saigón. Con veinte años se convirtió en reportero de guerra.
Tim Page, junto a los "marines" en un lugar indeterminado de Vietnám, durante la guerra.
Una vez en Saigón, el clima irreal, violento y apocalíptico de aquella guerra sin frente claro de combate, se apoderó de el y de su forma de trabajár.
Trabó amistád con Sean Flynn, hijo de conocido actór Errol Flynn, que también ejercía de corresponsal independiente. Compartieron piso, drogas, alcohol y mujeres. Y sobre todo, la pasión por fotografiar los combates a tiro de piedra del Viet Cong.
Michael Herr, un colega de profesión, describe así al Michael Page de aquella época :
" Una de las cosas que todo el mundo decia de Page era que
por entonces no era nada del otro mundo como fotógrafo,
pero que iba a sacar fotos a los lugares a los que iban muy
pocos fotógrafos"
La aventura vietnamita acabó mal para Sean y Tim. Sean desapareció sin dejar rastro junto a otro colega en Camboya, probablemente ejecutados por los Jemeres Rojos. A Tim le perdió la proximidád a los combates, un trozo de metralla incrustado en el cerebro le envió a un hospital de Hawai mas muerto que vivo, aunque después de varias operaciones, consiguió llevar una vida normal. La amistad y la camaradería de aquella época entre estos dos hombres ha sobrevivido al tiempo y la muerte. Tim sigue viajando regularmente a Camboya, tratando de encontrar alguna pista de lo sucedido a Sean, y localizar sus restos.
Page definió su experiencia como corresponsal de guerra en Vietnam con estas palabras :
"Vietnam fue una guerra extraña. Quizás la primera y la última que se cubrió
sin censura, sin contról. Solo había un poco de auto censura ética para evitar
publicar fotos de muertos. Fue la primera guerra en color. La primera en que la
opinión pública fue fuertemente influida por la imagen. Aunque los fotógrafos
eramos mercenarios, estábamos editorializando contra la guerra. Vietnam, para
mí, fue el primer clavo del ataúd del imperio americano, el siguiente quizás haya
sido la guerra del Golfo, aunque quizá, McDonald´s también podría tener algo que
ver, tanto da...... He vuelto treinta y dos veces allí. Soy muy amigo de los vietnamitas.
Mientras duró la guerra, estando allí, siempre creí que ellos tenían la razón.
Y finalmente fue así. Es reconfortante pensar que no me equivocaba."
El trabajo de todos aquellos reporteros como Page, contribuyó al final de aquella guerra. La opinión pública norteamericana desayunaba, almorzaba y cenaba con las imagenes desgarradas de aquella guerra en la pantalla de televisión, y Norteamerica perdió aquella guerra en el frente domestico, cuando la voz popular empezó a cuestionar el sentido de aquella carnicería que estaba consumiendo vidas humanas y recursos materiales sin una salida clara al conflicto.
Las campañas militares de Iráq y de Afganistán están sometidas a una férrea censura militar, tan solo nos llegan partes de guerra editados por el estado mayor. Hoy en dia, es impensable que los periodistas se aventuren por su cuenta en los frentes de combate, y sobre todo, que envíen desde allí información sin censurar.
Harían falta unas docenas de periodistas como Timothy Page para conocer la realidad de lo que esta sucediendo allí. Para saber si realmente es una guerra necesaria, si es una guerra justa, y sobre todo, para saber que piensa realmente la población Afgana de esta situación, mas allá de las declaraciones oficiales de su gobierno.
La primera víctima de una guerra, siempre es la verdad.
Yo una vez estuve de novia con un agente secreto del Pentágono y me contó decenas de anécdotas y secretos de Vietnam, Irak y de China. Nunca supe si la información era de Wikileaks, de la Wikipedia o eran cuentos chinos... ;-)
ResponderEliminarun beso secreto
Lucrecia, nunca hagas demasiado caso de un hombre enamorado, o que simplemente quiera llevarte al catre. En esas situaciones, somos todos unos mentirosos compulsivos.
ResponderEliminarUn beso.
Mi hijo sigue muy de cerca lo de wikileaks y se pasa la vida sacando conjeturas de ello. Es MUY interesante que alguien te resuma la información que te da pereza buscar, encontrar, o leer.
ResponderEliminarHace tiempo leí ( alguna parte me la salté porque leer sobre guerras me angustia infinitamente sobre todo porque son verdad) Ninguna guerra se parece a otra de Jon Sistiaga, y ponía mucho énfasis en el modo en que emborrachaban al censor que les enviaban para poder hacer una crónica de lo que pasaba allí, y eso un tanto velada.
Eso de la primera víctima de una guerra es la verdad, me lo anoto, que lo sepas.
Saludos
Begoña, sospecho que detrás de Wikileaks hay unos intereses que nada tienen que ver con la libertád de informacion y de prensa. Pero que el material que estan publicando es autentico, de eso no hay la menor duda. La filmacion que cito pone los pelos de punta, porque se dispara premeditadamente contra civiles desarmados. He leido algunas cosas de Sistiaga, y son bastante interesantes.
ResponderEliminarTodas las guerras tienen y han tenido motivaciones economicas en su trasfondo.
El incidente del golfo de Tonkin, que dió origen a la intervencion norteamericana en Vietnam, es un ejemplo de manipulación y mentiras a partes iguales. Pero con el, se justificó la entrada en guerra. La verdád, solo la supimos treinta años mas tarde. Nadie disparó contra el destructór "Maddox", fué una mezcla de las malas condiciones meteorologicas en la zona, y el nerviosismo de la tripulacion, que tenian el "gatillo fácil". Dispararon contra sombras inexistentes. Por eso digo que la primera victima siempre es la verdád.
Y dile al chico que tampoco le de muchas vueltas a la información de Wikileaks. Lo que estan publicando, hace tiempo que muchos lo imaginabamos por otros indicios sueltos. Son las consecuencias del gran juego de la politica, en el que tristemente, paises enteros son peones de ajedréz en el monstruoso ajedréz mundiál.
Un saludo.