jueves, 18 de octubre de 2018

NOCHE SOBRE LOS MARES ( ENEMIGOS DE AYER 4ª PARTE )





Submarino modelo 641 "Foxtrot" de la Armada Cubana.
(  Fuente : Wikipedia )



      Jueves cuatro de Octubre del año dos mil dieciocho.  Mi viejo destructor, el "Marques", hace décadas que fue achatarrado y convertido en clips para papeles. 

       Los submarinos de la serie 641 "Foxtrot" que tripuló Vasile son ya casi historia, y no es ninguna metáfora :  existen varios repartidos por medio mundo convertidos en museos vivos sobre la Guerra Fría, dos de ellos incluso en San  Diego y Long Beach, California,  en Estados Unidos.

       Tan solo ha sobrevivido alguno en la Armada Cubana, y vete a saber si está en condiciones de navegar siquiera, no digamos ya de operar con normalidad

       Intento combatir el aburrimiento leyendo, sin resultado. Mi capacidad de concentración está alterada por la morfina, y me es imposible centrarme en lo que leo. Igual me sucede con la música del reproductor MP3, y eso que hay cuatro "gigas" de música variada.

      Con un "costurón" de quince centímetros en mi cadera derecha, dificultades para moverme  y con mi vejiga sondada, no estoy en condiciones de deambular demasiado ni siquiera con las muletas. Me siento como si fuera un bebé otra vez, al que de vez en cuando hay que vigilarle los pañales

      Estoy sentado en un tronado sillón de hospital, contemplando la ventana de la habitación.  Desde la décima planta del hospital las vistas sobre el Bajo Llobregat son magníficas. La ventana está orientada al sureste, y tengo una visión parcial del puerto de Barcelona.

      Tras los muelles y las grúas, una parte de la canal dragada, la "calle segura" de entrada y salida del puerto. Si, en los mares también existen calles y caminos, aunque no lo parezca.
No están trazados sobre el mar, pero si en las cartas de navegación, y son la garantía de un paso seguro y sin sorpresas sumergidas para los buques

      De vez en cuando, veo entrar o salir algún carguero, e incluso algunos de esos "megacruceros" de veinte cubiertas que recalan en Barcelona.

     Vasile está tumbado boca arriba en su cama, con la vista puesta en el techo, la operación de su columna vertebral exige una cierta inmovilidad, y también está  atiborrado de morfina, como yo.

-- Vasile, ¿ has echado en falta el mar algúna vez ?.

-- No demasiado, pero algúna vez recuerdo aquellas noches bellísimas, cuando había buen tiempo. Echo en falta aquella sensación de. . . ., no se como decirlo.

-- ¿ De paz, de tranquilidad ?.

-- Sí, es eso, algo así, medianoche en el mar. . . .  era algo increíble.

      Descubro otra afinidad entre nosotros, el éxtasis ante la belleza.

     Cuando ya era un marino veterano, las noches en que la climatología lo permitía, sacrificaba algunas horas de sueño para pasarlas en cubierta, contemplando un espectaculo  tan bello y trascendente que hace enmudecer a cualquiera con un mínimo de sensibilidad : un firmamento claro y puro como raramente se puede ver sin contaminación lumínica, mil millones de soles brillando sobre un mar oscuro y plano como un cristal.

    Al final, acabé por costumbre trepando por el mástil principal y subiendo hasta la plataforma del radar de tiro. Una vez allí, sentado, conectaba un viejo "walkman" de la Sony, el primer modelo que se fabricó y que era un devorador de baterías AA, y escuchaba música al mismo tiempo que sentía en mi cara el viento de la velocidad del buque, la leve vibración de las turbinas bajo mi trasero, y la magnificencia de los cielos sobre mi cabeza.

    Me sentía como el único ser vivo en la tierra, y me parecía estar cruzando el universo.

    Por unos instantes, me sentía inmortal, me sentía libre, y allí tuve la sensación de rozar la eternidad.

    Solo por algo así, todas las incomodidades, todos los esfuerzos valían la pena.

    Después, la vuelta a la prosaica realidad, intentar descabezar un sueño rodeado por treinta tipos durmiendo en un espacio de cuatro por ocho metros, con lo que ello conlleva : ronquidos de diversa intensidad, ventosidades atronadoras, y aromas no demasiado agradables. A pesar de que disponíamos de unas magnificas duchas con una provisión inagotable de agua caliente, había quien tenia un particular sentido de la higiene personal.

    No tengo derecho a quejarme, Vasile en su viejo "Foxtrot" compartía cama con otros dos tripulantes, y las duchas estaban racionadas estrictamente a una vez cada semana.

( Continuará )





8 comentarios:

  1. Explica eso de las duchas con la provisión inagotable de agua caliente.
    ¿el agua no era salada?, y sino era así ¿cómo se desalaba? ¿para calentarla pasaba por los generadores ?
    Salut

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    1. Había unos sistemas depuradores que potabilizaban el agua salada por ósmosis, como en la planta desaladora de El Prat, y con un caudal potente que mantenía siempre llenos los tanques de agua potable, y los de servicio para las cocinas y duchas.

      No es una tecnología nueva, ya se empleaba allá por los años cuarenta.

      En cuanto al agua caliente, el Marqués estaba impulsado por dos calderas de fuel oil pesado, con lo cual disponíamos de agua caliente constante a través del circuito de máquinas.

      Algunas comodidades si que teníamos.

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  2. el Marques tenia sus detallitos pues., cuando hice la Mili en Palma de Mallorca habia unos barquitos del ejército en el puerto amarrados, que el casco era de madera y no salian nunca del puerto porque les entraba agua y habia que bombear siempre para que no se hundieran.

    Salut y a mejorarse.

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    1. Ya, dragaminas. Por esa razón tenían el casco de madera, para no activar las espoletas magnéticas de las minas. Si no recuerdo mal, tenían nombres de ríos, "Nervión" etc.

      Lo del agua, era debido a que nos se realizaba lo que técnicamente se conoce como "calafateado", que consiste en repasar la unión de las tablas del casco con cáñamo y brea en dique seco, una operación que hay que hacer de tanto en tanto en los barcos con casco de madera para hacerlos herméticos.

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  3. El agua y el fuego siempre nos llevan a estados primitivos o esenciales (no se definirlos bien), donde las personas dejando lo secundario nos encontramos con lo fundamental, a mi me pasaba cuando dormía solo en el monte, en bosques no repoblados, digamos que entraba en comunión con la Naturaleza. Yo nunca he tenido walkman, ni nada parecido... siempre me gusto escuchar los sonidos que me rodean..

    Un saludo

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  4. Por cierto, práctica el visualizarte en buen estado, imaginate recuperado en un ambiente agradable, no es fácil, pero es un sistema que ayuda...

    Un saludo

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    1. Lo hago, una parte de la rápida recuperación que he tenido ha sido que me he tomado con bastante optimismo la cirugia y el proceso posterior.

      Hoy es el primer dia en que prescindo de casi toda la batería de fármacos que he estado tomando durante quince dias, a ver que tal lo llevo sin tanta química. Me he estado "desayunando" estos dias media docena de pastillas diferentes antes del café.

      Un abrazo daniél.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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