sábado, 1 de septiembre de 2018

BLOC DE NOTAS



Epilogo.


Amanece la mañana en que nos despedimos de Cantabria. La naturaleza nos hace un ultimo regalo, un banco de nieblas matinales que embellece aún mas los montes y el verdor de esta tierra.

Cruzo las marismas de Santoña camino de la autovía, y mientras la niebla se desvanece al contacto de los primeros rayos del sol. Los primeros pescadores han tomado posiciones sobre los puentes aprovechando la pleamar de la marea, y las aves marinas también aprovechan para desayunarse algúnos peces despistados. Me despido silenciosamente de tanta belleza cuando alcanzamos la otra orilla, deseando regresar en mejores condiciones físicas para sumergirme otra vez en esa naturaleza casi salvaje y eterna.  O para pedir plaza en el Convento de Montehano, con los padres capuchinos.



Horror al vacío.

Al dia siguiente, la "señora estupenda" decide colmar el vacío de nuestra nevera, rellenandola adecuadamente. Me propone ir al Mercado de San Antonio para cubrir nuestras necesidades alimenticias de nuestros últimos dias de vacaciones. Poco antes de marcharnos, ya curioseamos en el para ver que tal había quedado el mercado tras la larga, larga reforma.

Así que al grito de "primum vivere, deinde philosofare"  ( primero llenar el estomago y después ya hablaremos ), cogemos nuestro sufrido vehículo y allá que vamos.

Decido no complicarme la vida, y aparcar en el parking subterráneo del mismo mercado. Cuando llegamos y accedo por la rampa al aparcamiento, creo que hemos entrado en otra dimensión, o en el limbo del triangulo de las Bermudas.

Bromas aparte, la señalización de entrada al aparcamiento, es escasa y confusa, y la señalización interior del mismo es aún mas confusa y extraña, como prueba, la fotografía superior.  Uno es algo aficionado a la ciencia de las señales, y las señales de tráfico deben ser de por si universales en todas partes, desde Vladivostock a Barcelona, pasando por Kansas City.

Pero aquí, apenas se distinguen las indicaciones de sentido de circulación, y la decoración del suelo es preciosa estéticamente, pero claramente no sirve adecuadamente para delimitar las diferentes plazas en un golpe de vista.

Así que cuando aparqué en un hueco aparente, tuve que bajarme del vehículo y cercionarme de que había aparcado correctamente, y no lo había hecho en alguno de los corredores entre hileras.

Habida cuenta de que con la señalización normal,  a base de lineas blancas hay conductores que no se aclaran, aquí no me extrañaria nada ver un vehículo estacionado en diagonal. 

Lo dicho, estéticamente precioso, merece un premio FAD de arquitectura, pero es muy poco práctico y ergonómico.

No recuerdo muy bién quien fué el que dijo que " a los catalanes nos pierde la estética ", pero creo que le sobraba razón. En ciertos asuntos, las "modernidades" no funcionan.

Eso si, a la hora de pagar, la maquina automática es de la mejor tecnología posible con códigos "QR". La "pela es la pela".




"Chinatown".

Una véz que emergemos de la "pinacoteca" del parking a la superficie, la "señora estupenda" decide quitarseme de encima y hacer las compras tranquilamente a solas. No la culpo, no se me dan muy bién las aglomeraciones, y el caminar con tres piernas ha acentuado últimamente mi lado cascarrabias.

Así que quedamos citados algo mas tarde en el mismo lugar, y decido dirigirme al kiosco de prensa mas cercano a mi ritmo tiqui-taca para comprar una de esas indigestas revistas de historia que me gustan, y despues leerla tranquilamente saboreando una cerveza.  


Sorpresa, el kiosco está cerrado por vacaciones. Pienso unos segundos, y recuerdo que en la calle de Manso, a escasos cien metros, hay otro kiosco. 

Camino en aquella dirección acompañado de los crujidos de la muleta y a mi ritmo. Aprovecho la ocasión para pasar revista a los bares de la zona que recorro. Los dos que contemplo están regentados por ciudadanos chinos. 

Aprovecho para aclarar que no soy racista, ni tengo nada en contra de los chinos, pero en uno de los que contemplo la limpieza brilla por su ausencia.

Alcanzo por fín el kiosco de la Calle de Manso, que para mi desolación, también esta cerrado por vacaciones. Cuando lo rebaso, una cartel en la vidriera lateral llama mi atención :  un aviso para ladrones desesperados.  La dueña, antes de marcharse de vacaciones, vació el kiosko de elementos de valor, y dejó el cartel que aparece en la fotografía.

Quien avisa no es traidor, y ademas evita desperfectos en la cerradura y la puerta de acceso.
Que en el barrio la delincuencia tristemente campa a sus anchas no es para mí desconocido, en seis meses han intentado robarme en estas calles en un par de ocasiones, al confundirme los "cacos" con un turista despistado.

Pero resulta que un servidor es un "indígena" bastante cauto y con experiencia en estos asuntos, no en vano nací en el corazón de lo que en su dia era el "barrio chino", rodeado de carteristas profesionales, navajeros, chulos y señoras que practicaban el oficio mas antiguo de la historia. Eran la aristocracia del barrio.

Alcanzo la esquina de Manso con Viladomat, y constato que el bar que hay allí, un local pequeño y coqueto con una hermosa terraza, también está regentado por asiáticos, pero el local está perfectamente limpio.  Una estrofa de una canción de Ismael Serrano surge de repente en mi memoria :


"Barres en los que la calma y la cerveza,
salvan nuestra vida y mi cabeza, soñando estar bajo tu ropa".



O al menos un taburete alivia mi dolor de cadera. En el local, unos pocos jubilados almuerzan plácidamente. Un "carcamal" mas como yó, no se hace notar aquí. Consigo hacerme con el periódico de cortesía de la casa, y me pongo al dia con las noticias de casa mientras enfrío la garganta con una cerveza fría. 

Las noticias locales giran alrededor, como no, de nuestro eterno "procés", del camino a ninguna parte, de gente que pone lazos amarillos por todas partes, de otra gente que los retira, de políticos que hablan de "ataques-de-fascistas",  o de "delincuentes-que-merodean-en-la-noche-con-la-cara-cubierta y armas-blancas".

Suelto una carcajada tonta y solitaria, y el chino del bar me mira enarcando una ceja, y pensando seguramente que este "hombre-blanco-de-tres-patas" está como una cabra.

Y me río porque pienso que Torra no distinguiría un delincuente con navaja aunque tuviese a uno apuntandole directamente a las costillas.

Se acerca la hora acordada con la "señora estupenda", pago la consumición, y advierto que el ordenador-caja registradora opera con una copia china ( y sin licencia, supongo ) del viejo Windows "XP". Los textos aparecen en los dos idiomas, mandarín y castellano, lo que les facilita bastante el trabajo a la hora de cobrar y llevar la contabilidad.

Salgo del bar admirando la eficacia y el pragmatismo de estos chinos. Son bastante inteligentes.

Es una paradoja. En este momento en que la sociedad catalana, agotada y esclerotizada se ensimisma mirandose el ombligo, el futuro de nuestra tierra es multi-racial. 

Serán los hijos de estos chinos, árabes, pakistaníes e hispano-americanos los ciudadanos que en futuro tomaran las riendas de nuestra sociedad, y voten en las diferentes elecciones.

¿ Tratarán de "venderles" también a ellos la  "superioridad moral catalana", frente a la "malvada dictadura centralista y fascista" ?.

Lo dudo mucho, porque a los hijos de la inmigración, lo primero que les preocupará será ganarse la vida, progresar, y vivir dignamente, sin hacer caso a las "gaitas nacionalistas-supremacistas".

Demográficamente los separatistas están condenados al ostracismo a la vuelta de diez o quince años. El recambio generacional no les beneficia. Y quizás lo saben y de aquí esa urgencia para constituir un república a toda prisa y de la manera que sea, antes de que el tsunami de la historia se los trague y solo sean una nota a pié de página.

Me encuentro con la "señora estupenda", y despues de cargar las "delicatessen"  en el maletero, enfilamos hacia la ronda.

Sin darme cuenta, empiezo a entonar la canción de Ismael Serrano

-- ¿ Cuantas cervezas te has "soplado"  ?.

--  Una, solo una cariño. Localizar algo que leer y un bar decente ha sido arduo.

-- ¿ Seguro ?, mira que no vayamos a tener un disgusto con la policía de tráfico.

-- ¡¡ Que noooo  !!.


Como en el horizonte se vuelven a escuchar los tambores que reclaman referendos, consultas populares, y democracia a la mediada, en este enlace os dejo una acertada reflexión sobre estos asuntos.

Con los referemdums y consultas hay que tener mucho cuidado, si se hacen bién, a veces el resultado no es el que esperan quienes los convocan.

Me siento felíz de estar de vuelta.





















12 comentarios:

  1. unos regresan y otros nos vamos. Más que un epílogo ha escrito usted un fresco estival reconfortante, con chinos incluidos.

    Salut

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    1. No se muy bién si es un bodegón ( con anchoas ) o una naturaleza muerta. Los chinos, eso si, muy vivos.

      Disfrute usted del ocio y el dulce "no pegar sello", que este otoño va a ser movidito.

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  2. jejeje..¿problemaas con el parquing?
    Pues ya has visto el ruido que hacen los extractores de las cámaras. No han contado con el vecindario.
    Aparte...NI UNA PUTA PLACA SOLAR ¡¡¡ Muy ecologistas, muy sabrosones, muy de las fiestas y el despiporre..Ni una sola placa solar.
    Ahora en Tot , como he tenido que ir a ver a un señor cerca de allí, he puesto lo de la tomas eléctricas y las líneas de teléfono de Urgell, Tamarit y Borrell...
    Pa 80 millones creo que se han desfasao.
    Una abrazo y bienvenido.
    salut

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    1. Si, lo del parking ha sido toda una "genialidad" decorativa. Atractivo a la vista, pero el caótico para aparcar.

      Ochenta millones me parece una barbaridad, no me extraña que las constructoras sean el verdadero poder fáctico en este país.

      Grácias Miquel

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  3. Buena crónica del fin de las vacaciones, con chinos, bares e hipermercado incluidos.
    Un saludo, Rodericus.

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    1. Barcelona es una jungla, y creo que no exagero.

      Un abrazo

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  4. Siempre es un placer ir de vacaciones, pero también el regresar.

    Me alegra de tu vuelta.

    Besazos.

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    1. Regresar es el ultimo placer de los dias de vacaciones.

      Grácias, y un beso.

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  5. Por lo visto esas rayas en el suelo es para dejar sitio para abrir las puertas, cosa que no esta nada mal, además abre pasillos donde no los había. Santander esta muy bien, es la zona norte de Burgos y en estas épocas seguro que hay más gente de Burgos que de alli...
    Un saludo

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  6. Pues si, estaba bastante lleno de foráneos, mucha gente de Bilbao, que con eso de que están a tres cuartos de hora, han convertido aquello casi en una colonia.

    Un abrazo.

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  7. Todavía no he ido al san Antonio remodelado, a ver si éste domingo.

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    1. La restauración de la vieja estructura ha sido bastante fiel.
      Algún "parche" si que han cometido.

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