martes, 13 de marzo de 2018

BEBER DE LAS FUENTES




Aún recuerdo como  cuando era un adolescente algo gamberro, me gustaba sacar de sus casillas a nuestro viejo profesor de religión :

-- Don Rosendo, ¿ puedo hacerle una pregunta ?
-- Como no, hijo mio, ¿ que quieres saber ?.
-- ¿ Podría explicarme otra vez eso de la Santísima Trinidad, lo de Dios Uno y Trino ?. Es que no consigo acabar de entenderlo muy bien.
-- ¡¡ Rodrigo, es usted un alcornoque y un ca.. ( Piiiiiiiiip ) !!. Déjese de cachondeo, ¡¡,co...( Piiiiip ) !!.

Y es que en el fondo, el buenazo de Don Rosendo tampoco tenia muy claro aquello de un solo Dios y tres personas diferentes. Y yo, lo habia notado.

 Otro de los consejos que Don Rosendo nos dió, y que me ha sido de mucha utilidad, es que si quería conocer de verdad la realidad de algo, tenia que acudir a su origen, beber del conocimiento en su fuentes.

Estas semanas atrás, un cierto ánimo sombrío me ha hecho buscar el sosiego de lecturas interesantes y algo trascendentes. Hacia algún tiempo que el libro que os recomiendo hoy dormía el sueño de los justos en mis estanterías, hasta que hace unos dias, decidí saciar la curiosidad que me impulsó a comprarlo.

Si, sentía curiosidad por los orígenes de eso que hoy conocemos como Cristianismo, y que ha marcado la historia de medio mundo desde hace bastantes siglos.

Sobre todo, sobre las primeras escisiones en lo que ahora aparece como una fé monolítica, todo aquello que siglos después hemos conocido como "herejías"  que se apartaron del dogma oficial de la Iglesia Católica.

De mis clases de historia en mi adolescencia aún resonaban en mi mente nombres como "arrianismo", "maniqueismo", "donatismo" o "priscilianismo", exhalando el aroma de lo desconocido, lo prohibido y lo olvidado.

El autor, Antonio Piñero Sáenz tiene la solvencia suficiente como para afrontar una obra esclarecedora, sin dogmatismos y desapasionada que nos lleva desde el primer concilio de Jerusalén, hasta el arranque de la reforma de Lutero.

Descubrimos como los primeros cristianos eran un movimiento reformador dentro del judaísmo clásico, sin ninguna voluntad de convertirse en una religión separada, y como en el transcurso del tiempo, se fué levantando toda una teología y una liturgia que ya nada tenia que ver con sus orígenes primitivos.

De como se rechazaron evangelios, y se aceptaron otros, que a su vez, se fueron corrigiendo en el tiempo según la voluntad de los jerarcas eclesiásticos del momento.

De como se establecieron dogmas de fé como la ya mencionada Trinidad ( motivo de auténticas guerras civiles entre partidarios y detractores ), o la virginidad de Maria, la naturaleza divina de Jesucristo, y de como se resolvió su supuesto origen ( engendrado, NO creado ) intemporal.

De como se persiguió a sangre y fuego a todos aquellos que no comulgaban con los dogmas oficiales, y aspiraban a vivir su fe de otra manera difeente

El autor, experto en griego clásico y en arameo, no pone ni quita ni una sola coma a los escritos analizados, tan solo nos expone la cronología de la evolución de la fé y la teología cristiana.

Y al final, el lector crítico es consciente del soberano, y a veces burdo montaje sobre el que se asienta la doctrina oficial de la Iglesia Católica, y del Cristianismo en general : mitos, leyendas, invenciones, algunas afortunada y otras mas "pedestres".

Con una visión desapasionada y crítica, cuesta mucho trabajo creer que en nombre de la fé se hayan cometido tantas injusticias, crímenes y tropelias sin cuento. De que se haya utilizado la fé como una herramienta de control y sumisión durante siglos y por la fuerza.

De que la razón se haya sometido a la superstición, el oscurantismo y la ignorancia. Por medio de la violencia y de la fuerza del temor.

Una lectura muy recomendable para todos aquellos que quieran explorar la profundidad de la religión que triunfó en Occidente

Mientras escribo estas lineas, escucho en las noticias que el equipo de cirugía renal del Hospital del Mar de Barcelona ha desarrollado una nueva técnica para trasplantes renales que no necesita de transfusiones de sangre para realizarla.

¿ El motivo ?, pues la negativa de los miembros de una "determinada" secta religiosa a que sus miembros reciban transfusiones de sangre bajo ningún concepto, ni siquiera en caso de vida o muerte del enfermo.

¿ Puede ser justa una fe, una religión que le niega cuidados médicos vitales a sus seguidores ?.

Honradamente, si me dan a elegir entre mi fé, y la vida de un ser amado, elijo la vida sin pensarlo dos veces.

Días atrás, en la página de un "blog" amigo andábamos reflexionando sobre la existencia de un ente "supremo" mas allá de nuestra capacidad humana.

Me reiteré en mis ideas, de que somos los descendientes de una bacteria "peleona" que decidió reproducirse a toda costa, adaptándose a los cambios en el medio, y desarrollándose contra todo pronóstico en un mundo hostíl, hasta llegar a nosotros.

Hubo quién sintió su fé ofendida, y me pidió respeto a la fé de los creyentes.

Puedo respetar a los creyentes. No vivimos en un mundo idílico y fácil, Este es un lugar difícil, y puedo entender las ansias de trascendencia de quien cree que existe otro mundo mejor, donde habrá una compensación a las penalidades que el ser humano sufre en su vida material.

Pero que no me pidan que respete a instituciones que basan su poder en la mentira y en el sometimiento absoluto de sus fieles. Instituciones que siempre han estado al servicio del poder de turno, y se han enriquecido a su amparo.

Solo hay una frase de las Escrituras que tiene verdadera importancia para mí : "la verdad os hará libres".....

Y creo que la tomaron prestada de la filosofía griega clásica.


16 comentarios:

  1. Amén. La verdad és que el palomo de la Santísima Trinidad era un soldado romano disfrazado de paloma por los carnavales y se ve que fornicó con la Maria y se armó el Belén, nunca mejor dicho.

    salut

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    1. Bueno, lo del centurión apodado "Pantera" habrá que considerarlo una maledicencia de la época, pero lo que está claro es que Yeshua no era hijo de un humilde carpintero como nos quieren hacer creer. El dominio que tenia el mozo de las escrituras denota haberlas estudiado a fondo, y eso, el hijo de un carpintero no se lo podía permitir.

      Así que como mínimo, era de clase media bienestante.

      Salut.

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  2. La religión es eso, cuestión de fe.
    ¿Porqué el cristianismo que fue fundado hace 2.000 años en un desierto y bajo el parámetro de 200 personas, todas ascetas, que no hablaban hebreo ni latín , sino arameo (idioma minoritario), y que además vivían recluidos en las cuevas ha triunfado hasta ahora y llegan a tener una cuota de 1.200 millones de seguidores?

    ¿Porqué hizo temblar todo un Imperio y hasta tuvo que apuntarse lo legal (el emperador Constantino) al carro de la idea porque sino se desmoronaba su poder ?

    La respuesta es simple, no es tan compleja como nos quieren hacer ceer. Porque se promete algo intangible. Algo incomprobable. Algo superior, algo que no está en eel saber nuestro y que jamás podremos averiguar...pero por si acaso. Se promete la vida eterna. ese es el resultado final. Y como es cuestión de fe, uno se lo cree o no.

    Ya ves, Rodrigo, lo que sucede con los Testigos de Jehová. Ellos se apalancan en el Levítico 23:12 y en el Deuteronomio, creo que es el 18:7 (ahora no recuerdo), pero fíjate que incongruencia, tanto el Levitico como el Deuteronomio forman parte de la Torá , los cinco primeros libros judíos (Genésis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), y los que leen actualmente en las Sinagogas. Esos libros están escritos hace unos 3.500 años. Bien, sigamos; a la venida de Iesús, (el Ungido en latín) o Cristo, (el esperado, en griego), de eso hace 2.000 años, se hizo un Nuevo Pacto, y se lanzó una nueva esperanza, rompiéndose el pacto anterior. Hubo un Nuevo Testamento que abolió el Viejo.
    Los T d Jehová no lo han dado por abolido, y lo cogen al pie de la letra cuando ni los judíos lo hacen y eso que reconocen a Iesus como profeta mayor(estilo Daniel o Ezequiel).
    Los TdJ son una religión inventada al ritmo americano tipo Mormones, o Adventistas. Toda una industria está detrás. pero de esto hablaremos en otra ocasión.
    Un abrazo

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  3. Una vez más coincido contigo punto por punto. Imposible estar más de acuerdo con lo que dices.
    La cosa esa del cristianismo primigenio se truncó en cuando dos aprovechados lo usaron para beneficio del poder propio. Dos emperadores romanos. El primero fue Constantino el Grande con su edicto de Milán del 313 por el que se daba libertad plena a los cristianos; y el segundo, Teodosio en el 380 con el Edicto de Tesalónica por el que el cristianismo pasaba a ser la religión oficial del imperio. A partir de este momento, hubo mucha gente interesada en medrar personalmente al amparo de un credo concreto. Y del cristianismo primitivo no quedó casi nada. Salvo en algunos cristianos de base que conozco y respeto, veo muy poco cristianismo en muchos católicos confesos de hoy, sobre todo en altos miembros de su jerarquía.
    Un abrazo, Rodericus.

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    1. Un movimiento de rebeldía contra la degeneración del judaísmo, y que pretendía retornar a los orígenes, paradójicamente acabó transformado en aquello que quería combatir.
      Y de paso, embaucandonos a todos veinte siglos mas tarde.

      Un abrazo.

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  4. Es un tema muy interesante, mucho. Y da para intercambio de ideas y conocimiento.
    Uno de los problemas que se encontraban las tribus de pastores en Judea (ojo que había muchas, no solo la judía), era la contaminación de la comida en el desierto por el calor reinante, la falta de medios de conservación y la carencia de higiene.
    Una serie de órdenes que se dieron por los jefes de aquellas tribus (clanes familiares) y escritas en piel de cordero (a las que solo tenían acceso los que sabían leer que eran siempre los poderes fácticos , o sea el sacerdote de la tribu) decían lo que se podía comer y lo que no.
    En medio del desierto, a 50 grados de temperatura y hace 2,500 años, lo más conveniente era no comer ningún producto que tuviera residuos de sangre, por eso se degollaban y se dejaban desangrar. Y por eso el cerdo era declarado animal impuro, por las consecuencias y enfermedades que portaba.
    De ahí hasta nuestros días, quedando como literal lo que era simbólico (cerdo impuro) y trasnochado lo que era literal, al haber neveras y congeladores (la sangre).
    En teología y en el trecer año hay una asignatura que dura cuatro meses solo dedicada a estos parámetros. y que se junta con geografía del Antiguo Testamento.
    Un abrazo.
    salut

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    1. Lo de las prohibiciones "kosher" lo entiendo perfectamente. El hambre es una mala cosa, y explicarle a alguien que un alimento es pernicioso era complicado.

      Se convertía en un tabú religioso, se prohibía por ley divina y en paz. Y supongo que el marisco, al haber peligro de "marea roja" también acabó prohibido " a divinis" por la misma razón.

      Entonces, el hechicero, el sacerdote y el médico de la tribu eran el mismo individuo, que se apoyaba en la tradición escrita que mencionas, y que pocos podían leer por si mismos, ¡¡ y no digo ya poner en cuestión, impensable !!.

      Lo malo es que no nos hemos librado del hechicero, ni del sacerdote en todo este tiempo, y son muy refractarios a renunciar al poder.

      Te recomiendo en libro, disfrutarás con las discusiones teológicas que retrata, y en como se fue conformando el credo oficial de la iglesia católica que conocemos, a golpe de concilios.

      Desde el punto de vista antropológico, es fascinante.

      Salut.

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  5. OJO ¡¡¡¡RODERICUS..¡¡
    resulta que hablamos de la Biblia y me sale en tu final a la entrada, en donde insertan propaganda, y a todo color ¡¡¡


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    Joder....como está el patio...nos siguen por todas partes ¡¡¡¡

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    1. Cosas del algoritmo de Google, citas dos palabras, y acaban pasándote la lista de ofertas en la sección pertinente del Corte Inglés.

      Socorro....

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  6. Y yo me quedo con esta frase "la verdad os hará libres".

    Un placer volver a leerte.

    Un besazo.

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    1. Gracias Maria. La frase estoy seguro de que ya la usaban los filósofos pre-socráticos. Y alguien, la "tomó" prestada.

      Un beso

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  7. Una estupenda reflexión que también invita a reflexionar sobre la fe y la razón, el creérselo, el verlo para creer y él lo pienso luego...¿existe? Personalmente estoy a medio camino entre la razón y la espiritualidad y por ende lejos de la religión. Que tengas una feliz tarde de domingo 😘😘

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  8. Grácias Neuri. Una buena reflexión.

    Un abrazo.

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  9. La cuestión es que hay gente dentro de las instituciones muy respetable, pero quienes están dirigiéndolas se han investido de un poder divino que es un engaño y una ofensa contra los valores que dicen defender.
    Las creencias religiosas son una opción individual, de la esfera privada, el resto de la parafernalia religiosa sobra. Para hacer el bien no se necesitan príncipes de la iglesia ni una estructura de poder que maneja miles de millones de euros.

    Abrazo

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  10. La organización jerárquica de la iglesia nunca ha sido otra cosa que una maquinaria de poder, defendiendo a los poderes terrenales para defenderse a si misma a la vez.

    La fé es otra cosa, personal como dices, y que quien la tenga tiene que vivirla íntimamente.

    Un abrazo.

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  11. Qué interesante post y comentarios!!!!!!

    Cuando era niña fui a un colegio de monjas, mi madre es católica. Pero tuve la gran suerte de tener una abuela "Evangelista del Séptimo Día". Eso me hizo ver desde muy pequeña que no hay una sola religión "verdadera". Las vacaciones las pasábamos en Hospitalet. Los sábados nos tocaba ir a la iglesia. La recuerdo sin imágenes. Ellos creen sólo en el Nuevo Testamento.
    En el colegio teníamos iglesia y una vez a la semana tocaba misa. Nunca me gustó la religión católica, ni sus iglesias. Podía comparar.
    Así que cuando me tocó hacer la comunión, con un par, le pedí a mi madre de no hacerla y me respetó la decisión. Eso se lo agradezco de veras.
    A los veinte, tuve la necesidad de aprender sobre otras religiones, quizás para poder "creer" en ese algo en el que todos creían.

    La "fe" realmente, es algo que se tiene o no se tiene. Y yo no tengo. Así que si he de ponerme una etiqueta, es la de agnóstica. No necesito creer en nada. Ese ha sido un buen motivo de conversación muchas veces con amigas mías, que no logran entenderlo. Porque aunque la gente no sea "practicante" la gran mayoría cree en "algo".
    Quizás las injusticias y todas las desgracias que pasan en este mundo,(las mías incluídas) me sirvieron para recordarme continuamente, que poca gente "creyente" hace más o simplemente hace algo para mejorar la vida de otros.
    Respeto sinceramente a la gente que cree, pero se me hace difícil respetar instituciones o cualquier religión que crea más daño que beneficio.
    Te mando un súper abrazo...
    continúo en la parra...jejeeje!

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