martes, 31 de mayo de 2011

UNA EPIDEMIA DE SENTIDO COMÚN









La Vilella Alta es un pequeño municipio de la comarca del Priorato, en la provincia de Tarragona. Situado al pié de la Sierra del Montsant, y cerca de la Cartuja de Scala Dei, el pueblo tiene su principal recurso en el cultivo de las viñas. Viñas que crecen en una tierra áspera y dura, con un clima extremo, caluroso en verano y gélido en invierno.

El vino que se cosecha en la zona, el Priorato, hereda de esta tierra su fuerza. Es un vino tinto, espeso y con cuerpo, ideal para acompañar platos contundentes.
En los últimos años, unas adecuadas inversiones de los bodegueros de la zona y de algunos foráneos, junto con un cuidadoso trabajo de los enólogos, ha rescatado al vino de la zona del olvido y lo ha situado en las mejores guias de vinos europeos.

Dicen que el carácter de la tierra moldea a los hombres y mujeres que la habitan, y viendo lo ocurrido en esta población el día 22 de Mayo, lo creo.

El pasado día 22 de Mayo, jornada electoral, ninguno de los ciento treinta y seis habitantes censados con derecho a voto, ejerció su derecho en las elecciones municipales. Ni tan siquiera el alcalde actual, los concejales, ni siquiera los tres miembros de la única mesa electoral constituida en el pueblo. La abstención  fue del cien por cien, y el pequeño municipio saltó a las primeras páginas de los periódicos locales, ¿ que había ocurrido para desatarse la "fiebre" abstencionista entre sus habitantes ?.

Todo empezó unos meses antes, con rumores sobre las posible listas electorales a la alcaldía. Se presentaban dos fuerzas políticas :  "Progreso Municipal", ( una marca electoral del Partido Socialista de Cataluña ) y el partido Popular. Debido a algunos desacuerdos entre los residentes y la dirección provinciál de ambos partidos, ninguno de los habitantes fue seleccionado para las listas electorales, y el día 20 de Abril, el Boletín Oficial de la Provincia publicaba las dos listas oficiales a la alcaldía de Vilella. Ninguno de los dos candidatos era residente en la población, ni tan siquiera eran conocidos en ella.

Es un sistema que practican los dos grandes partidos en todo el territorio nacional : cuando no disponen de candidatos residentes en las poblaciones, designan a cualquiera de sus militantes a "dedo" para ocupar las vacantes. En función de las alcaldías obtenidas, los partidos reciben subvenciones económicas proporcionales a cuenta de los resultados .

El alcalde actual, a la vista del desproposito, decidió que no se podía quedar de brazos cruzados, y convocó a una reunión informativa a los vecinos, a la cuál invitó a técnicos de la Consejeria de Gobernación de la Generalidad.

En su informe, planteó tres posibilidades :
- Primera, votar con normalidad.
- Segunda, conseguir que Socialistas y Populares retirasen las listas "fantasmas", con lo que se volverían a convocar elecciones con unos meses de retraso.
- Tercera, abstención plena, y que una junta gestora se hiciese cargo del municipio tras declararse desiertas las elecciones a la alcaldía.

Uno de los concejales salientes, contactó con los jefes de campaña del Partido Socialista y del Partido Popular, para solicitarles la retirada momentánea de las listas "oficiales". Solo el Partido Socialista tuvo la delicadeza y la vergüenza de retirar su lista "fantasma". Los lideres del Partido Popular en Tarragona, escucharon la solicitúd, pero no retiraron su lista.

El Partido Papilar fue la única lista presentada a las elecciones municipales.

Llegó la jornada electoral, se constituyó la mesa, se desempaquetaron las papeletas electorales y la urna.
Doce horas mas tarde, se levantó acta del resultado, y se volvió a embalar la urna, tan vacía como al principio del día.

Hay que reseñar que en el pueblo, la participación electoral en otras elecciones, rara vez ha bajado del sesenta por ciento, y el pueblo, a pesar de tener poco más de un centenar de habitantes, tiene una animada vida asociativa : asociación de jubilados, asociación de vecinos, y un Centro de Estudios.

En palabras de un concejal que prefiere seguir en el anonimato :

                                       " Tampoco es nada raro, es de sentido común,
                                          ¿ quién votaría aquí por alguien a quién no
                                          has visto en tu vida y de quién no sabes nada ?"

La alcaldía quedará en manos de una junta gestora constituida por vecinos de la población.

Creo que los de ciudad, tenemos muchas cosas a aprender aún de las gentes de pueblo

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo.

    Muy buena entrada, que explica como hay lugares en los que la gente no se deja gobernar por desconocidos que quieran hacer con su pueblo lo que quieran, cuando ni siquiera pertenecen a él.

    ¿Cómo van a gobernar un pueblo si no lo conocen?

    Hay que tener cara dura y seguir adelante con la lista fantasma...en fin...

    Un saludo,

    Rebeca.

    ResponderEliminar
  2. Rebeca, es el vergonzoso sistema que tenemos. Estamos a su servicio, no está al servicio de los ciudadanos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Es una gran lección, en esos pueblitos es donde normalmente se tienen bien puestos, claro que es más facil ponerse de acuerdo, en esos momentos actuan como una gran familia para cuidar de unos intereses conjuntos.
    Muxus guapo

    ResponderEliminar
  4. Pués sí Rosa, y en el fondo, olvidamos que las ciudades son un pueblo grande. Donde yo vivo, en Hospitalet, la campaña electorál pasó sin pena ni gloria. No se escuchó a ningún candidato exponer su programa o sus razones. Se limitaron al buzoneo publicitario. En el fondo, para mi eran tan desconocidos como los de las listas de La Vilella.

    Un beso a tí también, y gracias por tu recetas, simples, fáciles pero deliciosas y efectivas.

    ResponderEliminar

Si has leído mis desvaríos y tienes algo que aportar, hazlo aquí.