viernes, 23 de abril de 2010

DRAGONES Y ROSAS

                                                                       No lo puedo evitár. Cuando llega este dia, tenga o nó mucho trabajo, me escaqueo en un momento ú otro del dia al ensanche Barcelonés para comprár algúnas rosas a mis mujeres amadas y a revolvér los mostradores que los libreros instalan este dia en las aceras frente a sús tiendas, haciendo más comodo y accesible el ojeár las obras que tienen a la venta.                                                                                     
Este impulso irresistible arranca en mí niñéz. Por entonces vivia en una calle pegada a la Rambla de las Flores, y en aquél tiempo gris, el 23 de abríl era un dia especiál. Si normalmente las Ramblas eran en un espectaculo por sí mismas, aquél dia se superaban. Las floristas inudaban el paseo centrál con miles de rosas de diferentes tonalidades, y los kioskeros y libreros instalaban mostradores llenos de libros en ediciones de bolsillo y rústica, que por aquella época era lo más comerciál y asequible.
Era la llegada de la primavera, del buén tiempo y de dias de sól más largos, lo que me permítia estár hasta más tarde en la calle jugando al sempiterno balón con la pandilla. Era una época en la que el tráfico de coches por aquellas calles era prácticamente inexistente, y eramos los amos y señores del espacio público en las largas tardes de verano, con el permiso de la señora Antonia, la vecina de primér piso del numero cinco, que harta de nuestro vocerio infantíl, de véz en cuando nos "obsequiaba" con un cubo de agua para enfriar nuestro impetu futbolero. Tampoco nos venia mál, después de un buén rato corriendo trás la pelota, hasta agradeciamos el remojón.
La ciudad sigue siendo tan bella como entonces en las tardes de primavera, las flores alegran el aire, y gracias a Diós, la variedad de la oferta de libros ahora es infinitamente mas amplia que en aquella época lejana.

Me gustaria que este dia fuera fiesta nacionál, en véz de andár conmemorando una lejana derrota el 11 de Septiembre, porque lo que siempre prevalece es la vida, por encima de las derrotas y de lo regimenes politicos, y a un pueblo y a una cultura, se les puede vencér, pero nó eliminár.

Podria paseár tranquilamente acompañado de ella sin prisas, elegír la rosa que más le gustase, y revolvér el mostradór de mil librerias mientras la tarde se apaga.
Y regresár los dós juntos a casa, cansados de caminár, pero satisfechos de habér compartido tanta belleza y tantas calles.

8 comentarios:

  1. Di que si, nada como la primavera, la ciudad llena de rosas y libros.

    Un beso

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  2. Precioso eso de celebrar la libertad escrita en los libros en vez de los atentados o alzamientos políticos. También lo de que a un pueblo y a una cultura se les vence pero no se les elimina.
    Tremenda tu vecina Antonia, es triste pero hay personas que no soportan a los niños, no soportan su alegría. De todos los ruidos que pueda tener una ciudad, que mira si los tiene, el griterío de los niños que se divierte es el que más me gusta. Espero no cambiar a ninguna edad. Saludos

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  3. Nikita, primavera, flores, belleza y bellas señoras como tú llenando las calles.Podér sentarme en una terraza de la esquina de Aribau y Diputación, y beber una cerveza fresca contemplando toda esa vida pasár ante mí.

    Begoña, tu amas a los niños y no creo que nunca te parezcas a la señora Antonia. En sú defensa tengo que reconocér que eramos muy folloneros, la calle muy estrecha y las tardes de verano muy calurosa y húmedas, aquellas calles están muy cerca del puerto.

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  4. Estoy de acuerdo contigo Rodericus, a mi también me gustaría que este día fuera el de la fiesta nacional de Cataluña.

    ¡Cordiales saludos!

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  5. Qué bonito saber que le tienes tanto cariño a tu ciudad, my love. Eso siempre es de agradecer.

    Te dejo mis mejores vibras y un muy fuerte abrazo desde México :)

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  6. Siberia, siento un especiál cariño por tu tierra, y guardo la esperanza de podér visitár alguna véz un lugar tan bello y en el que tanta gente de aquí levantó un nuevo hogar cuando la vida en libertád se hizo imposible en nuestra tierra.
    Un abrazo muy fuerte para tí también.

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  7. Rodericus, para mi Sant Jordi también es un día muy muy especial, me encanta esta tradición.

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  8. Oh, Rodericus, será todo un honor recibirte. De verdad.
    Y tienes razón: aunque muchos digan lo contrario, nuestros países son como hermanos. Que así perdure por los siglos de los siglos.

    ¡Muchos besos!

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