miércoles, 8 de febrero de 2012

HIELO MILENARIO E IDIOTAS CONTEMPORÁNEOS

              Glaciar Jorge Montt, en el parque nacional Bernardo O´Higgins, sur de Chile


                              
                                  " Agua de Beber", Sergio Mendes & Brasil 66








Días atrás, las fuerzas de seguridad chilenas detuvieron a unos curiosos traficantes en el parque nacional Bernardo O´Higgins. No traficaban con drogas, ni con metales preciosos. Ni siquiera, con dinero de dudoso origen. El "botín" consistía en 5.200 kilogramos de hielo recogido en el glaciar Jorge Montt, un espacio natural protegido por las leyes del país contra toda intrusión "depredadora".


La noticia en sí, puede ser sorprendente, ¿ contrabando de hielo ?. Pues sí, parece ser que se ha puesto de moda en los locales selectos de copas de Santiago de Chile el servir los combinados y el whisky enfriados con hielo milenario. Parece ser que los extraños traficantes de hielo robado, pensaban sacarle a su frío botín un rendimiento de alrededor de 14.000 dolares. Los presuntos delincuentes, han alegado en su descargo que el hielo procede de los bloques desprendidos del glaciar que flotan por la bahía. Pero la fiscalía encargada del caso, piensa procesarles de todas maneras.


Todo el asunto, da para pensar, y reírse bastante. ¿ Hielo milenario ?, ¿ agua milenaria ?. Parece ser que los "sibaritas" chilenos, los clientes de estos bares de copas, han olvidado la lección  que cualquier estudiante de enseñanza primaria tiene bien aprendida : el ciclo eterno del agua.


Toda el agua que contiene nuestro planeta, procede del origen del mismo en la noche de los tiempos. Es un elemento que circula por el planeta en "circuito cerrado". 


La que ahora fluye por nuestros grifos domésticos, es la misma en la que nacieron los primeros seres vivos de nuestro planeta, las amebas. La misma en la que nadaron los grandes dinosaurios. La misma que vieron caer del cielo en forma de lluvia los primeros homo sapiens. La misma que bebieron las legiones de Roma para refrescarse tras una batalla cruenta. La misma que cruzaron las naves de Cristobal Colón buscando las costas de América.


El agua, es la eternidad, y es la misma en todas partes. Dos átomos de hidrógeno y uno de oxigeno, con diferente carga de minerales disueltos, eso sí, y con posible contaminación bacteriana, también. 


Pero toda nuestra agua, tiene millones de años, y su origen está en el mismo nacimiento del sistema solar.


Hay en el centro de mi ciudad, Barcelona, una tienda de alimentación, el "Colmado Quilez" un local dedicado a la alimentación con algo mas de cincuenta años de antigüedad. Está en la esquina de la Rambla de Catalunya con la calle Aragón. Siempre ha sido un templo para los sibaritas "gourmets". 


Hace bastante tiempo, cuando encontré mi primer empleo como aprendiz, allá por el cuaternario, el propietario de la empresa para la que trabajaba, solía enviarme a esa tienda a comprarle la mermelada para el desayuno, de una marca ahora ampliamente distribuida y de calidad, pero que por entonces escaseaba. Cumplía el encargo con gusto. No me molestaba en absoluto pasear por la Rambla de Catalunya hasta aquél local, era y es un lugar agradable.


Mi jefe de entonces, era todo un caballero. Un tipo de la alta burguesía barcelonesa,  químico titulado, con una vieja fortuna familiar y que sabia cuidarse y vivir bastante bien. De trato afable y educado con sus empleados. Un autentico caballero de la vieja escuela e irrepetible. 


Con un pasado algo turbio. Durante los primeros días de la guerra incivil, tuvo que poner pies en polvorosa. El sector mas lúmpen y sanguinario de la C.N.T andaba secuestrando y asesinando a la clase alta de la ciudad, para "incautar" su patrimonio. Estaba en sus listas, y se exilió en la Alemania nazi. Allí acabó trabajando para la empresa química IG Farben.


Algo tuvo que ver con la destilación de la gasolina sintética ( de escasa calidad ) a partir del carbón, que ayudo a mover las divisiones Panzer y a mantener en el aire a la Luftwaffe en el último año de la segunda guerra mundial.


Cuando los bombardeos aliados estaban reduciendo a Alemania a una ruina humeante, decidió volver a su ciudad natal, y gestionar el patrimonio familiar recuperado tras el fin de la guerra.


Falleció con ciento cinco años de edad, con la amargura de haber sobrevivido a toda su generación, a su esposa, a su criada de toda la vida, a sus perros y hasta a su único hijo. Y me dio autenticas lecciones de vida con sus conversaciones en las tardes tranquilas.


Cada vez que paso por aquella esquina, pego la naríz a los escaparates del viejo colmado. Allí, se puede encontrar genuino cangrejo "Chatka" ruso, caviár iraní "Beluga", magnificas conservas de marisco procedentes de los cinco continentes, y un surtido de embutidos ibéricos de la mejor calidad. En el apartado de bebidas alcohólicas, merece atención la sección de whiskys escoceses de malta, los vinos, el champagne y el cava.


Pero desde un tiempo a esta parte, he ido observando que en los escaparates, comparten lugar con los vinos de rioja y el champagne francés, unas aguas minerales bastante exóticas, y a unos precios disparatados, como podréis comprobar en el enlace que os he dejado arriba.


La palma, se la lleva el agua Bling H2O, a unos setenta y cuatro Euros la botella. El envase, la botella, está decorado con cristales de Swarovski.


Hay aguas de procedencias diversas, aguas recogidas en el Himalaya, aguas procedentes de Nueva Zelanda, aguas exoticas de cualquier procedencia.


Entiendo que un buen vino, de cosecha reducida y buen paladar, cueste un dinero. Hay detrás todo un proceso de producción de uva, gastos de recogida en la vendimia, elaboración por unos buenos técnicos enólogos. Envejecimiento en barricas durante un tiempo, y finalmente, embotellado, transporte y distribución.


Pero no entiendo que una simple botella de agua, cueste mas que un whiskey reserva escocés, por muy lujosa que sea la botella. No deja de ser agua, exactamente IGUAL que la que fluye por el grifo de mi cocina. 


Otra cosa es la calidad del agua distribuida por la red domestica. En mi caso, es la agua de la cuenca del Llobregát, llega muy cargada de cal, y con una buena ración de cloro para hacerla potable. 


Nos obliga a comprar agua mineral envasada para el uso de boca, a un coste de treinta céntimos por litro. Muy lejos de lo setenta euros de la "élite de las aguas".


No deja de sorprenderme lo idiotas que pueden ser los amantes de la "exclusividad". Porque el agua, no deja de ser eso, AGUA.




- Cada dia que amanece, el numero de tontos crece.
- Completamente de acuedo contigo, Timoteo.
- Y cuando el grajo vuela bajo, hace un frio del carajo.
- ¡¡ Que "refranero" estas hoy, Timoteo !!.  Estos dias, aquí, los grajos ya ni siquiera vuelan, ¡¡ van en taxi a todas partes !!.  ¡¡ Estoy harto de tanto friooooo !!.
- ¡¡ Setenta Euros por una botella de agua, por Diós, que barbaridad !!.
- ¡¡ Y encima, sin denominación de origen !!.



1 comentario:

  1. Si es que hay demasiada tontería donde hay demasidado dinero que no costó trabajo ganar, me temo.

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