HEROES Y TRAIDORES

    En el lenguaje de las señales militares, una bandera izada al revés indica que una posición o fortificación ha sido tomada por el enemigo, o esta sometida a asedio.

                                
                                             Dignity ( Dignidad ) Deacon Blue


       " La verdad acostumbra a ser siempre "políticamente incorrecta" para el poder de turno "

( Timoteo Bofarull )

Estos días a la administración Obama le ha salido un grano en el "trasero", otro más. Edward Snowden, un analista informático empleado en la empresa Booz Allen Hamilton, subcontratatada por la agencia de seguridad nacional N.S.A., ha "desertado" de su puesto en la empresa y solicitado asilo político en Hong Kong. Snowden ha puesto al descubierto de la opinión pública mundial el alcance reál del programa de espionaje PRISM. 

Esta operación de espionaje, inicialmente diseñada para seguir las comunicaciones de presuntos agentes extranjeros infiltrados en EEUU, ha acabado siendo utilizado, según Snowden, de una manera indiscriminada y masiva para espiar y "fisgonear" las comunicaciones de cientos de miles de inofensivos ciudadanos norteamericanos. Los correos electrónicos y las llamadas telefónicas de  pacíficos ciudadanos son escrutadas sistemáticamente sin ningún mandamiento u orden judiciál, con la complicidad de gigantes de las comunicaciones como Microsoft, Apple, o Facebook, entre otras.

La reacción de las empresas implicadas, ha sido la de negar su complicidad en las escuchas, pero de una forma bastante laxa. Y para hacernos una idea, solo tenemos que extrapolar el comportamiento de Google y Facebook en China, donde el gobierno realiza una fuerte represión de las comunicaciones electrónicas con la abierta colaboración de estas dos empresas. Allí, los "apagones" electrónicos son frecuentes al mas mínimo síntoma de descontento popular. 

Días atrás, durante el aniversario de los hechos de la plaza de Tiannamen en junio de 1.989, se repitió la censura informática en China. Sin el acceso del gobierno chino a los servidores de Google, Microsoft y Yahoo esta censura seria imposible. Vamos, que el "pedigree" democrático de estas compañías  es inexistente, porque en el fondo, los negocios, son los negocios.

Que la inteligencia estadounidense use medios electrónicos para realizar espionajes masivos, no es nada nuevo. Aquí, en Europa, llevamos bastantes años sufriendo las injerencias del espionaje norteamericano a través de la red de escucha Echelon, que tiene su base europea en las islas británicas.  Si la información que reúne Echelon fuese usada tan solo con fines defensivos, no tendría nada a decir contra ella.

Pero en 1.994, la compañía aeronáutica Airbús perdió un suculento contrato de suministro de aviones de linea con Arabia Saudita, que casi estaba cerrado. El contrato fue adjudicado finalmente a las empresas McDonnell Douglas y Boeing. 

Porque alguien, desde su despacho en la sede centrál de la CIA en Virginia, decidió enviar la información que se había recogido a través de las escuchas de Echelon sobre las negociaciones entre Airbús y los árabes a las dos compañías norteamericanas. Estas, tuvieron información privilegiada que les permitió corregir sus ofertas a Arabia Saudí, adjudicándose un jugoso negocio.

Este es un claro ejemplo, y no es el único, de uso inmoral e indebido de información confidencial  La compañía Airbús y la Unión Europea, pusieron el grito en el cielo, aunque el mal ya estaba hecho.

Para algunos, Edward Snowden es un traidor, para otros, un héroe. ¿ Que puede impulsar a alguien que tiene un cómodo puesto de trabajo y una abultada nómina a salir corriendo de su país y a poner al descubierto la porquería acumulada bajo la alfombra democrática ?. Es difícil responder a esta pregunta, cada ser humano es un universo propio. Pero en la historia reciente norteamericana hay mas casos de alguien que ha dicho "basta ya", arriesgándose a ver su vida arruinada por un ataque repentino de honradez.

En 1.971 Daniel Ellsberg, un analista de la compañía Rand Corporation, también contratista de defensa, decidió filtrar a la revista TIME los documentos que después se conocieron como los "papeles del Pentágono", o "todas las mentiras oficiales sobre la guerra de Vietnam". 

En esos documentos, el pentágono reconocía la imposibilidad absoluta de ganar la guerra de Vietnam, y en ellos se reflejaba también, que la guerra se prolongaba debido a los intereses económicos de la industria bélica norteamericana. Otra vez, los negocios son los negocios.

La reacción de la administración Níxon fue detener la publicación de los documentos por vía judiciál. Al final, el Tribunal Supremo autorizó a TIME a publicar los "papeles del Pentágono".

Richard Níxon calificó a Daniel Ellsberg como "el gran hijo de puta". No deja de ser irónico que el presidente que calificó de esta manera tan poco elegante a Ellsberg tuviese que dimitir después de su cargo por culpa de turbios manejos de espionaje ( caso Watergate ) cinco minutos antes de que el Congreso lo echase a patadas de su cargo. 

De Ellsberg hay que decir que estuvo en Vietnam  y pudo contemplar el horror con sus propios ojos. Con su gesto, no pudo evitar miles de muertes, ni los masivos bombardeos del norte. Pero abrió los ojos de la opinión pública norteamericana, y ayudó a cerrar una guerra vergonzosa. Pagando un caro precio personal, claro.

Contra Edward Snowden, la maquinaria del descrédito y del insulto ya se ha puesto en marcha, prácticamente desde el primer minuto de su "deserción", y están apareciendo en los medios de comunicación norteamericanos "trapos sucios" personales. Reales o inventados, pero orientados a menoscabar su imagen.

Al mismo tiempo, estos días se está descorriendo un poco el velo de secretismo que siempre ha rodeado a la N.S.A. Algunas fuentes cifran en algo mas de cuatrocientas mil personas las que trabajan en todo el país para esta agencia, entre personal en plantilla y empresas subcontratadas. 

Lo malo, es que cuando los negocios privados se unen a las causas patrióticas, los resultados suelen ser aberrantes, tanto para la seguridad, como para los contribuyentes que pagan sus impuestos.

Dentro de nuestra seguridad patria, algún ministro ha declarado que debemos estar tranquilos, que el Centro Nacional de Inteligencia "no espía a nuestros conciudadanos arbitrariamente". 

Timoteo lleva un par de días con un ataque de risa tonta a cuenta de estas declaraciones.

Hay veces que nuestros políticos tendrían que renunciar a la continua "verborragia", y quedarse callados un ratito. 

Los precedentes de nuestros servicios de información, al menos desde la instauración de la democracia, no son demasiado ejemplares que digamos. Hasta el año 2.002, en que se procedió a refundirlos en un solo departamento, existían por lo menos cinco servicios de información militar, y uno civil, el correspondiente a la Policía Nacional, cada uno ejerciendo por su cuenta, y sin apenas compartir información con los restantes.

Y eso de que no espían arbitrariamente, que se lo digan a la familia del señor Jordi Pujól. 

No entro a valorar si las acusaciones de corrupción hechas contra el clan Pujol son ciertas o no, porque para eso están los tribunales de justicia, y si alguno de ellos se ha enriquecido ilícitamente, que pague sus culpas.

Pero lo que ha quedado en evidencia, es que desde el momento que el gobierno catalán ha sugerido pedir una hipotética independencia, se han desempolvado antiguos dossieres con vieja, muy vieja información sobre las actividades económicas privadas de destacados miembros del partido Convergencia y Unión.  

¿ Casualidad ?. No lo creo.

Cuando los servicios de información fisgonean cualquier asunto que no sea estrictamente de seguridad nacional, debemos ir pensando en izar la bandera del revés. Porque entonces no está muy claro quién es, y donde está el "enemigo". Porque igual ya lo tenemos dentro de casa, y no es quién creemos.

Nos hacen falta unos cuantos "traidores", y unos cuantos periodistas autenticamente profesionales y valientes. Con el tiempo, serán los héroes.