sábado, 9 de marzo de 2013

LA ERA DEL PARAGUAS DESARBOLADO


                       
Fueron tres días casi consecutivos de temporal de levante, típico de los inviernos mediterráneos. La lluvia persistente vino acompañada de vientos, el de gregal y el levante. La ciudad se llenó de paraguas que a duras penas mantenían a cubierto de la lluvia a sus portadores, y como de costumbre, el tráfico se complicó bastante en carreteras y autopistas.

Durante un par de días, por los rincones de las calles proliferaron los paraguas rotos, con sus varillas dobladas y desnudas alzándose hacia un cielo plomizo cargado de aguas, como mudos luchadores que perdieron su partida contra los elementos, y con sus cubiertas flameando al incansable viento.

Tristes paraguas de mercadillo, realizados por manos anónimas en lejanas tierras, y que llegaron para morir aquí.

Dejando aparte la poesía y la épica, durante esos días de galerna mediterránea, mi barrio ha visto invadidas las aceras de endebles paraguas rotos abandonados. Como el civismo es un bien algo escaso por aquí, aparecían en cualquier lugar, en cualquier rincón adonde les arrastraba el viento, con el consiguiente riesgo para los peatones.

Me comenta Timoteo, que los "manteros" que se apostan en las bocas del ferrocarril metropolitano, han hecho su agosto estos días de temporal vendiendo paraguas "made in china" a cinco o seis Euros la pieza. Una vez pasado el temporal, han retornado a su habitual mercancía de películas pirateadas en DVD, y de bolsos de marca falsificados. Los "manteros" han desarrollado una buena habilidad comercial, y aprovechan incluso la mala meteorología. 

Años atrás, era habitual que algún viejo paraguas apolillado sucumbiese los días de galerna, y acabase su vida útil en alguna papelera. Pero en estos últimos tiempos, los días de temporal dejan tras de sí un reguero inagotable de tristes esqueletos de varillas metálicas abandonados en cualquier lugar. 

Es la consecuencia de consumir artículos "low cost", en una tierra donde los días encadenados de lluvia constante son extraños. Sus usuarios, volverán a "picar" en el próximo temporal, en el próximo invierno, y volverán a comprar por cuatro chavos un endeble paraguas que no soportará dos días seguidos de galerna.

Ahora que pienso, creo que he cambiado mas veces de coche, que de paraguas. El último, debe tener unos diez o doce años. Es un paraguas recio, para inviernos cantábricos, y con su buen metro veinte de diámetro, con una gruesa vela acrílica de color negro, y con fuertes varillas de acero lacado, un modelo de lineas británicas. A los coches, los "fundo" por kilometraje acumulado, y a los paraguas no los suelo olvidar en cualquier lugar.

Esta proliferación de paraguas endebles y esmirriados, empezó por aquí en los años ochenta del pasado siglo, a través de Andorra, ese país minúsculo en los Pirineos. Se hizo habitual el traerse de regreso en las excursiones a aquél lugar uno de esos paraguas baratos, a cien pesetas de coste unitario en aquella época. Nos soportaban tampoco un temporal que fuese mas allá de cuatro gotas primaverales, y el dicho "como un paraguas andorrano" se convirtió en aquella época en un sinónimo de mala calidad. Aquellos paraguas, como estos de hoy, estaban fabricados en China empleando aceros de baja calidad, telas de urdimbre floja y mal acabada, y empuñaduras de plástico mal moldeado

La diferencia, es que ahora nos los envían directamente en contenedores al puerto de Barcelona, sin pasar por Andorra. El barrio natal de Timoteo, el Buen Pastor, un barrio antaño industrial, ha visto sus viejas naves fabriles invadidas por una marea de comerciantes chinos, que importan artículos de bajo coste de su terruño.

 Alguno de estos negocios exhiben curiosos nombres en castellano, como "La Familia Unida" o "El Honrado Chiang". Son los nidos de los paraguas que nos soportan una sola tormenta. Agazapados dentro de una caja de cartón, agrupados en manadas de un centenar, esperan a un usuario que los despliegue bajo la lluvia, y que los abandone desarbolados en un rincón, maldiciendo el temporal.

Veo un cierto paralelismo entre estos triste paraguas de secano, y nuestra sociedad y nuestro tiempo.

Amigos para usar y tirar. Amores con fecha de caducidad. Honestidades a la espera de un precio adecuado. Ideologías simples de consumo rápido, y de fácil digestión. Un mundo a precio de saldo, con monumentos de cartón. A la espera de un temporal de levante.



- Tienes razón, "nene", menuda invasión oriental hay en mi viejo barrio.
- ¿ Te llevas bien con ellos, Timoteo ?.
- No son mala gente, si dejamos de lado el delito fiscal, el juego ilegal, y el tráfico de mano de obra clandestina.
- Jooodeeerrr
- Eso mismo dicen los de las tiendas de paraguas y bolsos que han tenido que cerrar estos años, "nene".




17 comentarios:

  1. Excelente escrito!! Asi es, ahora todo es "low cost" y desechable. A veces tiene sus ventajas,

    un abraxo!

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    1. En algunos aspectos, si Marilyn. Pero el problema es que a este paso, nosotros también seremos desechables.

      Un abrazo.

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  2. El que compra el paraguas cuando llueve, valiendo seis le cobran nueve.

    bacio

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    1. Lucrecia, muy buen refrán. Llevas unos días escribiendo de una forma acertada, tu ultimo "post" me ha robado el corazón.

      Un besazo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Begoña dijo:
    Has creado una entrada apasionante, que mientras la leía me semejaba a un relato corto. Es cierto, esta parece la sociedad del usar y tirar, un sálvese quien pueda. Pero más temprano que tarde nos daremos cuenta de que todo lo que se deja abandonado en un rincón tiene un precio que habremos de pagar y no en metálico.
    Esperemos no terminar como quienes extienden su mercancía en un top manta. Quién sabe la de historias nefastas que han dejado atrás para enfrentarse a nuestras prisas cada día.
    Una entrada hermosa, sin duda.

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  5. Gracias Begoña. En el fondo, nuestras vidas son un relato que vamos tejiendo todos los días.

    Por un lado, me educaron para ser cuidadoso con todo aquello que nos es útil, de tal manera que tuviese una vida útil lo mas larga posible. Era una forma de economizar, de no gastar dos veces en lo mismo innecesariamente. Y a la hora de comprar, buscar una calidad equilibrada aunque tuviese que "estirar" algo más el bolsillo.

    Por otra parte, con el tiempo he desarrollado una cierta conciencia ecologista. No podemos inundar el mundo con nuestros desechos. Si toda la población mundial viviese como un europeo, necesitaríamos los recursos de CINCO planetas como este.

    Por último, veo con preocupación como el concepto "usar y tirar", se está aplicando también a las personas. Esperemos que se le pueda dar la vuelta a esta filosofía.

    Un abrazo

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  6. Hola amigo, hoy he creido notar un toque de romanticismo, pero no de ese que habla de amores, sino del decadente de viejos recuerdos de tiempos diferentes.
    Es cierto lo de los paraguas, nosotros aquí tenemos a Godofredo, un hombre que lleva una vida entre artículos de pesca, impermeables y botas de agua. Los paraguas.. no son tan habituales como debiera, pero es por el nordeste que los gira todos. Así que mientras los chinos no inventen paraguas con más arco, seguiremos visitando las tiendas de toda la vida para comprarlos. Como bien dices, en una época de usar y tirar... tal vez estas tiendas sean de las pocas cosas que permanecen
    Besos

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  7. Tu intuición de lectora no te falla, es una cierta nostalgia por una época en que se fabricaban las cosas para durar.

    Dudo que la calidad sea el objetivo de los fabricantes chinos, mas bien es fabricar con costes ridículos que recortan en la calidad de los materiales empleados.

    Adoro esas tiendas de toda la vida que mencionas.

    Un beso.

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  8. Hola amigo, ya ves, toda la vida mirando al cielo pensando que la invadirían los extraterrestres y mira tú, estaban más cerca los invasores, los chinos, que con su usar y tirar en tiempos de crisis están haciendo su agosto, por no decir su medio de vida.
    A mí que nadie me molesta… ya empezaron a molestarme, porque no ha hecho falta la lluvia para que aparezca a miles como si de setas se tratase, pero a mi estas “setas” me parecen venenosas.
    Pero bueno, espero que se marchen, claro que eso no pasara si seguimos comprándoles lo que sea, ellos están aquí porque a la mayoría en estos tiempos les viene bien, sin darnos cuenta, que ese pequeño precio, hace que cierren nuestros comercios de siempre, y como decían antes… tienes más trampas que una película de chinos, yo mejor, vuelvo a las pelis de los míos, de Almodóvar por ejemplo, que es manchego como yo.
    Una entrada estupenda amigo. Un abrazo.

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  9. Gracias Lola. Me temo que han llegado para quedarse. El problema es que tenemos unas autoridades demasiado liberales en cuanto a las importaciones que vienen de allí. Nunca se han preocupado de analizar si nuestras empresas, comercios y fábricas podían competir en igualdad de condiciones con la producción de un país que no da el mismo trato a sus trabajadores que nosotros, la Unión Europea.

    Es imposible competir laboralmente con alguien que trabaja solo a cambio de unos céntimos de Euro al día.

    Solo nos queda una salida, el valor añadido que da la calidad y la tecnología. Por precio, no podremos competir nunca con ellos, a no ser que les impongan unos aranceles tremendos a la importación desde allí.

    Un beso.

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  10. Hola. No me parece malqueloschinos vendan muchos paraguas, cachan las, sartenes.... Lo que quieran, cada uno se busca la vida como puede. Me preocupa más el

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  11. Uyyyy!! Se me ha ido el dedo. Te decía que me preocupa más el último párrafo, la escala de valores sin valores
    Un besito

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    1. ¡¡ Ay !!, yo también tengo la tarde tonta con el teclado.

      A mi me parece bien que vendan lo que quieran, y que se ganen la vida. Pero me gustaría que lo hiciesen legalmente, y con las mismas reglas de juego que los demás. Y si así hay quién prefiere comprarles un paraguas, perfecto.

      Es lo que me preocupa, Carmen. La filosofía del "todo a cíen " se está extendiendo a otros ámbitos de nuestra vida, y ya parece que todo es prescindible y de " usar y tirar ". Incluidos nosotros mismos.

      Un besazo

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    2. Ufff! Parece que estás desolado.....

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    3. No del todo, supongo que es astenia invernal. A la que salga un poco el sol y suba algo la temperatura, estaré pletórico.

      Un beso.

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  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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