Semanas atrás, os prometí la primicia del primer capítulo de la novela en la que, ¡¡ por fín !!, me he puesto a trabajar en serio. Es una vieja idea, que con el paso de los meses, ha ido cogiendo cuerpo y consistencia, asentándose en forma de un relato estructurado. De momento, os hago un "avance" de las primeras seis paginas del primer capítulo. Entiendo que colgarlo en toda su extensión, seria poner a prueba vuestra paciencia como lectores. Y lo que me interesa, es vuestra opinión sincera sobre el relato. Ya me comentareis si lo encontráis lo suficientemente interesante como para prestarle atención
CAPITULO 1, EL DESHAUCIO ( I )
Los policías
antidisturbios tomaron posiciones en las calles de acceso al barrio poco antes del amanecer. Preveían una jornada dura. Había llegado
la fecha para realizar el desahucio de las primeras “casas baratas”, como eran conocidas aquellas
viviendas de planta baja de la barriada del Buen Pastor. El patronato Municipal
de la Vivienda, que dependía del Ayuntamiento de Barcelona, había decidido
demoler aquellas edificaciones para construir
un nuevo barrio en el solar que dejasen libre.
La zona, era en su
origen apartada y sin servicios cuando se construyó allá por 1.929, un suburbio para obreros. Con el paso de los años, había
quedado enmarcada en una zona industrial que había sido pujante hasta
principios de los años noventa. A mediados de esta década, el declive de la
actividad industrial en la zona, despertó la atención de los responsables
municipales. El aislamiento del barrio había sido solucionado al abrirse al
tráfico la Ronda Litoral, la arteria de circunvalación sur de Barcelona.
En una ciudad con
falta crónica de suelo urbanizable, la desangelada zona industrial del Buen
Pastor, y las viejas viviendas cercanas, se habían convertido en una zona a
remodelar muy apetitosa para algunos. Había planes para levantar un moderno
centro comercial en los terrenos desalojados de la antigua compañía “Maquinista
Terrestre y Marítima”, que dotarían de servicios y comercios a la zona,
haciéndola atractiva para futuros residentes con buen poder adquisitivo.
Las primeras expropiaciones se habían dictado
contra vecinos, que a pesar de llevar residiendo décadas allí, no podían
demostrar legalmente su derecho a la residencia, a pesar de estar escrupulosamente
al día en el pago de los alquileres al patronato.
En total, eran
cinco las familias afectadas por el primer desahucio. Al no poder justificar la
residencia legal en las viviendas, eran los primeros en la lista.
Los vecinos
estaban divididos entre los partidarios de aceptar la expropiación y ocupar los
pisos que les ofrecían los del patronato, a pagar mediante una hipoteca, y los
reacios a aceptar el trato y marcharse de allí.
Una semana antes,
la última asamblea de los vecinos, en la parroquia del barrio, había sido
bastante alborotada y caótica, a causa de la división.
- ¡¡ Pero no veis a la pobre Mari, llorando a moco tendido y
sin poder hablar siquiera.-Gritó uno de los vecinos
En la primera fila
de sillas, había una mujer que no cesaba de sollozar e hipar. Aquella mujer, vestida humildemente y
que debía rondar la cuarentena, era una de las afectadas por el inminente
desahucio. Un par de vecinas trataban de consolarla inútilmente.
- Bueno, a ver, los del patronato han dicho que le buscarán
un alojamiento provisional.- Dijo el presidente de la asociación de vecinos, al
que algunos tachaban de “vendido” por su actitud favorable hacia el patronato.
- ¡¡ Tu lo has dicho Manolo, provisional !!. A los cuatro
días, ¡¡ a la calle !!. ¿ Y dónde va a ir con su hija pequeña ?, ¡¡ si no tiene
donde caerse muerta !!. Los de los servicios sociales, le quitarán a la nena. Y
su único pecado, es ser hija de madre soltera. La madre de la Mari, nunca se
casó con su padre, y ella no lleva su apellido, no pudieron subrogar el
contrato de alquiler cuando él murió,
pero eso sí, ¡¡ siempre ha pagado el alquiler religiosamente !!. ¡¡ Y esos
miserables del patronato, le quitan su casa escudándose en esa razón. ¡¡ Pero
si ha vivido siempre en esa casa !!, ¡¡ en su casa !!.
La reunión, cada
vez tomaba un carácter más apasionado y violento entre los dos grupos. A la
vista del cariz que tomaban los acontecimientos, el representante del patronato
en la reunión, desapareció de allí discretamente. Los gestos de algunos vecinos
indignados, barruntaban una posible agresión por parte algún exaltado, y
consideraba que recibir una paliza, no le entraba en el sueldo. Caminó
nerviosamente calle adelante, hasta alcanzar el lugar donde estaba aparcado el
coche oficial, con el chofer esperándole al volante. Al día siguiente, tenía
que rendirle cuentas de aquella reunión al concejal del distrito. Lo que tenía
que contarle, no le haría mucha gracia.
La reunión, acabó
tal y como empezó, sin ningún acuerdo entre los vecinos, y como el rosario de
la aurora. Los partidarios y los detractores del plan de remodelación, seguían
enfrentados en dos bloques casi idénticos. Los vecinos contrarios a abandonar
sus casas, empezaron a conjurarse para evitar a toda costa y por cualquier
medio los desahucios en cuanto comenzasen
Jaume Hereter, el
concejal del distrito de Sant Andreu, había hecho una apuesta arriesgada con el
proyecto de remodelación del barrio del Bon Pastor. Tenía treinta y seis años.
Era uno de los miembros más jóvenes entre los concejales del ayuntamiento, y
aspiraba a ser algo más que un concejal de distrito. La remodelación de la
fachada marítima de Poble Nou, a cuenta de las olimpiadas de 1.992, había sido
un éxito. Las industrias afincadas en la zona, se habían visto obligadas a
trasladarse a otro lugar.
También se habían visto afectadas algunas manzanas de viviendas, construidas entre los siglos XIX y XX, cuando el barrio era una zona industrial activa, y los trabajadores cualificados de las fábricas buscaban un lugar cercano en la zona para vivir con sus familias. Cuando en 1.990 empezó la remodelación de la zona que debía acoger a la villa olímpica, el barrio estaba habitado por una población en su mayoría envejecida, que no opuso resistencia a la expropiación de sus viviendas. Aquella gigantesca operación inmobiliaria envuelta en los intereses de los juegos olímpicos, se saldó con éxito, a pesar de la crisis económica post-olímpica que afectó al país. Se habían vendido todas las viviendas construidas, con un suculento margen de beneficio, y la ciudad había ganado un barrio nuevo junto a unas playas recuperadas y rehabilitadas.
Jaume Hereter, había elaborado el plan de remodelación del barrio en paralelo al plan de recalificación de los antiguos terrenos de “La Maquinista Terrestre y Marítima”. La antigua empresa, había desocupado la vieja factoría al ser absorbida por una multinacional francesa, y trasladada fuera de Barcelona. Había un plan para levantar
en el inmenso solar un centro comercial de tres plantas, un complejo de multi-cines,
algún hotel y varios bloques de viviendas. Hasta entonces, aquella zona del
distrito solo estaba ocupada por “La Maquinista”, y una constelación de
pequeñas industrias que trabajaban en varias actividades. Era una zona
descuidada, con calles llenas de baches y apenas asfaltadas. Cuando arrancase
el centro comercial, se convertiría en una zona bien comunicada y codiciada
para continuar la expansión inmobiliaria.
Hereter había
elaborado el plan que afectaba a las “casas baratas” del Bon Pastor, y lo había
presentado al consistorio como un complemento a la remodelación ya planeada de
“La Maquinista”. Incluía el realojo de los vecinos afectados en una promoción
de bloques nuevos de viviendas en un sector del Paseo de Santa Coloma. Se lo había
presentado al alcalde en un memorándum bastante elaborado, y había sugerido que
aquella operación, podía ser la primera fase de un plan bastante más grande en
su conjunto, destinado a eliminar todas las industrias de la zona, que pasaría
a convertirse en un área residencial a semejanza de la villa olímpica. Las
elecciones celebradas en Mayo del año anterior, habían revalidado el mandato
del consistorio, y el alcalde, necesitaba continuar con la campaña de seguir vendiendo la imagen
de una ciudad en constante cambio hacia la Barcelona idílica. El plan de
Hereter, fue remitido a la gerencia de urbanismo, que redactó la oportuna
modificación del Plan General Urbano.
La modificación,
fue expuesta durante un periodo de treinta días, para recoger las alegaciones
de los afectados. Todas las que se presentaron, fueron desestimadas.
Timoteo Bofarull
sería uno de los afectados por el desahucio. Su madre, Christine Hauteclocque,
había adquirido un piso de segunda mano en la parte baja de la barriada de
Gracia hacia unos meses. Ella era la titular del contrato de alquiler, desde el
fallecimiento de la abuela paterna de Timoteo, quince años atrás. El hecho de
poseer una vivienda en propiedad, invalidaba su derecho a percibir ninguna
compensación por la expropiación de la pequeña casa.
La idea de volver
a vivir con su madre, no le hacía ninguna gracia a Timoteo. Desde que ella se
había trasladado al piso de Gracia, gozaba de total libertad de movimientos y
de intimidad en la vieja casa del Bon Pastor. Allí estaba el mundo donde él
había crecido. En aquellas calles familiares era donde se desenvolvía bien. Desde
que había agotado la prestación por desempleo, se dedicaba a pequeños
trapicheos ilegales traficando con hachís en pequeñas cantidades.
Su madre ignoraba
completamente que se dedicaba al menudeo de droga. Él le había dicho que hacia
trabajos de mecánica sin declarar, economía sumergida. Había sido un buen
mecánico, y Christine se había acostumbrado a verlo reparando coches de amigos y
conocidos por aquellas calles.
Y desde que tuvo
aquella primera visión hacia un par de meses, no se atrevía a vivir acompañado
por nadie, ni siquiera por su madre. Aquella presencia que parecía estar
siempre a su lado, seria inexplicable para nadie más. El arrastraba una cierta
fama de “sonado” desde su licenciamiento de La Legión al salir del hospital
militar, si alguien se enteraba de su “problema” psicológico, estaba perdido. Habría perdido toda su credibilidad.
Quince días atrás, volvía un mediodía a su casa de la calle de
Serós después de dejar aparcado el coche en la calle Ciudad de Asunción,
después de hacer un “reparto” a un buen cliente. Cada día, era un poco más
complicado aparcar en el barrio.
Vio un corrillo de
vecinos a la entrada del barrio. Desde alguna distancia, notó como gesticulaban
y escuchó los gritos de unas conversaciones crispadas. Intuyó que algo no iba bien.
- ¿ Que os pasa,
Garcia, que es todo este jaleo ?.- Le preguntó Timoteo al más veterano del
corrillo, un hombre menudo y canoso, antiguo contable jubilado, y respetado entre los vecinos.
- “Timo”, han llegado esta mañana cinco
avisos de desahucio. Para cinco viviendas, entre ellas, la de la Mari. Dentro
de quince días, o se han marchado los afectados voluntariamente, o ejecutarán
el desalojo por la fuerza.
- ¿Alguna era para
mí madre?.
( continuará )
Tiene buena pinta. Carmen
ResponderEliminarMe ha gustado lo que he leído Josep. Me has dejado con la intriga de si hay orden de sehaucio o no para la madre de Timoteo.
ResponderEliminarLos deshaucios están muy en vigor ahora por culpa de la crisis, y creo que hablar de ellos es una manera de saber cómo se sienten los afectados y de despertar conciencias.
Con ganas de seguir leyendo.
Un abrazo.
Rebeca.
P.D: Ya está colgado tu relato. Menos mal que no cocinaron a mon petit xD Pobrecillo!!!;-)
Me ha gustado mucho como empiezas, la seguiré, no te quepa duda.
ResponderEliminarbesos
Sin lugar a dudas seguire leyendo me ha enganchado!
ResponderEliminarMas que una novela, muy bueno.....esa frágil franja que separa nuestra dignidad a la estorsión del poder, la foto de encabezamiento buena nunca mejor una colt gobernament 1911 A1 *el inicio de una batalla mas* CHAPO.
ResponderEliminarHola, soy uno de los afectados del desalojo de 2007 en Buen Pastor! me ha hecho mucha ilusión leer que estas escribiendo una novela sobre estos hechos, voy a imprimir el primer capitulo para leerlo! también estamos preparando un libro sobre esta historia, sería bonito citarte... si quieres ponerte en contacto conmigo, escribeme a stafe(a)inventati.org. Gracias!!!
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