"Jamas seria socio de un club que admita como miembros a gentuza como yo". ( Groucho Marx )
sábado, 4 de febrero de 2017
CORAZONES SUCIOS ( I )
En algunas ocasiones, para entender la actualidad hay que echar la vista atrás y volver al pasado para tratar de obtener las claves del presente, y para poder atisbar algo del futuro.
Vivimos tiempos de "post-verdad" , de medias verdades, de pequeñas y grandes mentiras, e incluso de "realidad alternativa ".
¿ "Realidad alternativa " ?. Es como ha calificado a sus propias mentiras Kellyanne Conway, asesora personal del presidente Trump. La señora Conway justificó hace un par de dias las restricciones de entrada en Estados Unidos a los ciudadanos de ciertos países árabes con una supuesta masacre perpetrada por dos presuntos islamistas radicales en Bowling Green.
Ante las voces que señalaban la falsedad de la información, la señora Conway argumentó en primer lugar que los hechos habían sido silenciados por la administración Obama, y mas tarde, cuando la mentira ya había alcanzado notoriedad, la calificó de "realidad alternativa".
Como dijo Daniel Pike, director del periódico local de Bowling Green en la época de los hechos : "No pudimos cubrir la masacre de Bowling sencillamente porque no ocurrió ".
Lo que realmente ocurrió en Bowling Green es que el FBI detuvo a dos majaderos que fantaseaban con cometer un atentado, un atentado que nunca existió.
Bien, volvamos al pasado.
Tenemos que situarnos en el estado brasileño de Sao Paulo a finales del año 1.945. Allí existía una nutrida colonia de inmigrantes japoneses que trabajaban en las haciendas agrícolas dedicadas al cultivo de café y caña de azúcar.
Aunque Brasil participó en la Segunda Guerra Mundial en el bando de los aliados, el gobierno no internó a sus residentes japoneses en campos de concentración ni les sometió a ningún tipo de vigilancia especial, como si hizo el gobierno norteamericano. En Brasil no existían grandes industrias de guerra, y su participación en los combates fue prácticamente testimonial, pequeñas unidades de infantería y fuerza aérea equipadas por los norteamericanos.
La integración de aquellos inmigrantes nipones en la sociedad brasileña era casi nula. A la diferente mentalidad se le unía las dificultades con el idioma portugués, lo que provocó la creación de guettos para aquellos inmigrantes, donde era posible vivir y trabajar sin hablar prácticamente una sola palabra de portugués. Incluso se editaban algúnos periódicos en lengua japonesa que circulaban profusamente.
Lo que también habían mantenido aquellos inmigrantes japoneses era un profundo sentimiento nacionalista, que les hizo seguir con entusiasmo la propaganda bélica japonesa, propaganda que durante toda la duración del conflicto presentó aquella guerra como una sucesión interminable de victorias militares que les había llevado al dominio de medio mundo.
Pero llegó la derrota del imperio japonés en Agosto del año 1.945. Aquella comunidad aislada desconocía casi totalmente la realidad de los sucedido. Los mas fanatizados de sus miembros negaban la realidad de la rendición de Japón, achacando todas las informaciones del desastre a la contrapropaganda aliada.
La colonia japonesa se fracturó en dos bandos : los que aceptaban la derrota, los "makegumi" o derrotistas, y los "kachigumi" o creyentes en la victoria.
El sector de los creyentes se mostró muy activo, llegando a falsificar conocidos periódicos japoneses donde se relataba la rendición norteamericana, y falsos números de la revista "Life" donde aparentemente los aliados se rendían a Japón a bordo del acorazado Missouri.
Aparecieron emisoras de radio clandestinas en zonas rurales del estado que emitian noticias fantasticas sobre un mundo dominado por Japón. Según ellas, California y la costa oeste habian sido ocupadas por el ejército imperial, que amenazaba con marchar sobre Washingthon y Nueva York como demostración de fuerza. Las noticias hablaban de desembarcos nipones en las costas de centroamérica, y en como el ejército soviético había cruzado los montes Urales en franca retirada ante la superioridad japonesa
El núcleo duro de los creyentes en la victoria formó el germen de una organización terrorista, la "Shindo Renmei", que empezó a perseguir a todo aquél derrotista que se les pusiera por delante. De los insultos y palizas a los recalcitrantes derrotistas, se pasó en pocas semanas al asesinato indiscriminado.
Los "Shindo Renmei" tenían una organización similar a la que tiene la actual Al-Qaeda, un núcleo rector que impartía las consignas, y militantes y simpatizantes que actuaban a su aire inspirados en ellas. Lideraba el grupo Junji Kikawa, una antiguo coronel retirado del ejército imperial
Ante este panorama de violencia, el gobierno brasileño solicitó ayuda al norteamericano, poniéndose en marcha la llamada "Operación Verdad". Una unidad militar recorrió el estado repartiendo miles de periódicos traídos de Japón, y proyectando noticiarios para demostrar que habían vencido los aliados.
Pero entonces, como hoy, los "partidarios de la post-verdad" eran bastante cabezotas e inasequibles al desaliento. El asuntó resultó un fiasco, continuando la situación de violencia y miedo exactamente igual que antes.
Como en todas las situaciones, en este estado de cosas la picaresca también se disparó, y hubo unos cuantos "listillos" que sacaron partido económico de la credulidad de sus paisanos.
Aparecieron agencias inmobiliarias "fantasmas" que vendían terrenos a buen precio en los países supuestamente "conquistados". Miles de incautos se fundieron sus ahorros comprando parcelas en remotas islas del Pacífico. Otros avispados "listillos" se dedicaron a traer a Brasil toneladas de billetes japoneses ya retirados y sin valor, para venderselos a los crédulos que pensaban emigrar a las nuevas colonias.
El paroxismo del engaño llegó cuando circuló el rumor de que una flota japonesa iba a llegar al puerto brasileño de Santos, para repatriar a todo aquél que quisiera retornar a Japón.
Muchos vendieron sus casas y sus pertenencias y se dirigieron allí, donde esperaron durante dias a unos barcos que jamás aparecieron en el horizonte. Acabaron regresando avergonzados a sus localidades de procedencia.
Para detener esta locura, el gobierno brasileño hubo de emplearse a fondo, realizando detenciones masivas que llevaron a la cárcel a unos tres mil sospechosos de militar en la Shindo Renmei, entre ellos el propio Junji Kikawa.
El proverbial mutismo oriental no puso las cosas fáciles a una policía brasileña que apenas disponía de pistas sobre la identidad de los terroristas. Pero las detenciones en masa descabezaron a la organización, que aunque no dejó de operar inmediatamente, si fué bajando la intensidad de sus acciones. Con el paso de los meses, la realidad de la derrota nipona se fue imponiendo lentamente, y los pocos recalcitrantes que continuaban la campaña de terror se fueron quedando solos.
El último atentado mortal de la Shindo ocurrió el 6 de Enero de 1.947. El saldo de la campaña criminal fueron 23 personas asesinadas y 247 heridas. Durante los juicios, un millar de acusados fueron condenados a penas de entre uno y veinte años de prisión, y a 155 se les impuso la pena complementaria de deportación a su salida de presidio.
Sorprendentemente en pocos años se olvidó todo el asunto por ambas partes, por los emigrados japoneses y por el gobierno brasileño. Los políticos necesitaban los votos de la colonia japonesa, por lo que el gobierno pasó página sobre aquellos negros meses. Los condenados fueron saliendo paulatinamente de prisión, y las deportaciones sufrieron sucesivos aplazamientos, y al final, muchas quedaron sin ejecutar.
La memoria colectiva e individual de los inmigrantes japoneses relegó aquellos hechos al olvido. Muchos de sus descendientes actuales ignoran aquellos crímenes, que sus mayores procuraron olvidar rápidamente, acuciados por la vergüenza colectiva.
Los nietos de aquellos inmigrantes han descubierto el sombrío pasado de sus abuelos gracias a algunos trabajos recientes de historiadores brasileños y extranjeros que han realizado tesis y labores de investigación sobre aquella locura colectiva casi olvidada por todos.
"Corazones Sucios" era el apelativo que recibieron por parte de los fanáticos aquellos que reconocieron la verdad de la derrota en el primer momento, y decidieron que no debían lealtad ni obediencia a un régimen fascista derrotado.
El sentido poético de la cultura japonesa se impone hasta en las circunstancias más oscuras y sangrientas.
¿ Que tiene que ver todo esto con nosotros y la situación actual ?.
Encuentro paralelismos, bastantes.
Es una història apasionante y los paralelismos con la actualidad son evidentes. Paralelismos para todos aquellos que viven realidades paralelas y alternativas. El gobierno español y el conjunto del sistema que lidera son un claro ejemplo de ello, no hace falta ir a los EEUU para encontrar gente que se engaña a sí misma, seguramente no pueden escapar de sus propias mentiras.
ResponderEliminarUn abrazo, una historia excelente que desconocía.
En el siguiente articulo desarrollaré los paralelismos que hay entre este olvidado suceso y la actualidad.
EliminarGracias, y un abrazo.
Una vez que un colectivo ha asumido "la verdad" que interesa y que la maquinaria de propaganda, a través de los políticos, las asociaciones, las instituciones y los medios afines, se encarga de alimentar, la razón queda suplantada por las emociones y es muy difícil que en un plazo breve las cosas vuelvan a su cauce. No hay más que ver la que tenemos montada en algunos sitios y no solo aquí, en el centro o en la periferia, que también.
ResponderEliminarUna entrada estupenda.
Un abrazo, Rodericus.
La mentira en política es un virus que tiene un desarrollo exponencial si los votantes no lo atajan en su momento. Menuda semanita llevamos por aquí.
EliminarUn abrazo.
Una historia de la que no se habla apenas, y que está por ello olvidada.
ResponderEliminarSudamérica está repleta de estas historias. Otra real fue la guerra del Chaco, entre Bolivia y Paraguay, en 1932-35, (por un inminente petroleo que al final no se encontró) y de la que tengo un trabajo exaustivo, y en donde participaron todas las potencias europeas para probar sus armas, y por supuesto los americanos.
Por cierto, quien financiaba a los dos países beligerantes eran por un lado Jonn D. Rockefeller, dueño de la Standart Oil of New Jersey (hoy Exxon), a Bolivia y la Royal Dutch (hoy Shell), cuyo dueño era (y siguen siendo máximos accionistas), los Rothschild, estos a Paraguay.
Un dato curioso, al acabar la guerra se calcula murió el 50% de la población paraguaya, y el 80% de TODOS sus hombres. Sólo sobrevivieron 14.000 varones adultos.
Hay historias recientes que no interesan ser contadas.
Salut
Otra guerra olvidada la de El Chaco. Quizás porque el resultado no fué le esperado ( ni gota de petroleo ) y por la descarada intervención de magnates y gobiernos extranjeros en el fiasco.
EliminarY otra que llega al surrealismo fue la llamada "guerra del fútbol" entre El Salvador y Honduras en 1.969.
Los armarios de la historia de algunos países están llenos de "muertos".
Un abrazo Miquel.
¡Que barbaridad!...no tenía ni idea y mira que soy de las que ha estado en Persépolis.
ResponderEliminarCreo que me quedé en la proclamación de la república brasileña pese a que el pueblo adoraba a Pedro II.
Pero espero que los paralelismos, obvios, no se puedan alargar tanto en el tiempo.
Los humanos somos muy capaces de repetir los mismos errores eternamente, y lo que sucedió hace setenta, cien, quinientos años es perfectamente actual. Solo cambian los protagonistas y la tecnología.
EliminarPor otra parte, todos los que participaron en estos hecho procuraron olvidarlos y disimular rápidamente, victimas, verdugos y gobierno. Brasil es un enorme país, casi un continente, con unas riquezas naturales enormes, pero con unos dirigentes pésimos en toda su historia.
Gracias, y un abrazo.
Si que es cuero que vivimos en medias verdades.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Maria.
EliminarUn besazo.
Que es eso de cuero??? Ainsss este móvil mio me tiene fritita jajaja quise decir que si es cierto.
EliminarUn besazo, guapísimo y mil disculpas!!!!!
Es sencillo engañar a aquellos que están deseando ser engañados, los que prefieren creer en agradables fantasías que enfrentarse a una realidad adversa. Y una vez han aceptado esa visión distorsionada, es difícil e incluso peligroso intentar sacarlos de ella.
ResponderEliminarSaludos, Rodericus.
Si, a algunos les es mas sencillo continuar embarcados en la mentira que en reconocer la realidad, por desagradable que sea.
EliminarUn abrazo
No quiero adelantarme pero has puesto la maquinaria de mi cabeza a funcionar...por cierto me ha encantado esta historia que como tantas otras desconocía totalmente.
ResponderEliminarGracias, besos
Je, je.
EliminarMe alegro de haberte amenizado un ratito del fin de semana. La verdad es que es un episodio casi desconocido.
Un besazo.
Si dentro de un siglo, pongamos por caso, alguno de nosotros viviera y no hubiera perdido la memoria ni los registros escritos, comprobaría cómo la sociedad de hoy es un amasijo de mentiras y "medias verdades" recreadas. Lo peor es que las decisiones políticas se alimentan de las mentiras para crear una realidad conveniente.
ResponderEliminarEs un bucle diabólico del que es muy difícil salir, y ya sabemos que la disidencia y el pensamiento crítico es perseguido con saña. Tú has escrito un buen ejemplo. ¿Qué podemos hacer? No lo sé, pero por mi parte intento indagar lo que puede haber de verdadero en las noticias que leo, y aún así, me protejo con un cierto escepticismo saludable.
Un abrazo
Nunca debemos de prescindir del espíritu crítico cuando leamos o analizemos unas noticias, ni en las mejores épocas de libertad de expresión.
EliminarY cuando los gobiernos comunicac, aplicar la prueba del nueve a todo lo que digan, aunque a veces dice mas lo que callan.
Echo en falta mas movilización de gente de la calle ante los abusos a los que nos someten.
Un abrazo.