Como casi todos los años, las vacaciones han pasado en un suspiro. El hecho de viajar, aunque sea a una distancia corta, supone contemplar lugares y gentes desconocidas para nosotros, que se mueven, respiran y hablan de una forma diferente a la nuestra. Los paisajes nuevos, agrandan nuestros horizontes. Las gentes extrañas, nos enriquecen con sus diferencias con respecto a nosotros, que en el fondo, son menos de las que creemos.
El tener tiempo para contemplar lo nuevo que nos rodea, y mirarlo con una visión sosegada, da para unas cuantas reflexiones. Y si se tiene una cámara fotográfica a mano, uno se puede llevar unas notas de viaje ilustradas de vuelta a casa, que dan para algunas reflexiones.
Ahí van unos cuantos ejemplos
Estacionado en la playa de Berria, ( Santoña ). ¿ Maniobras de la infanteria de marina ?. No.
¿ Nos ha invadido el ejercito alemán bajo ordenes de la señora Merkel para meternos en cintura definitivamente ?. Tampoco. Es el coche de unos fanáticos del "Surf" bilbainos, debidamente "tuneado" con una pintura "discreta" y unas barras anti-vuelco realizadas con tuberías de hierro de fontanería. Un coche, con el que nunca pasarás desapercibido.
"Autobus a flote"
Un viejo pesquero reconvertido en "autobus urbano". Me explico, hay una linea de pequeños botes que enlazan Somo y Pedreña, en la orilla oriental de la bahía de Santander, con la capital. Con frecuencia de paso de unos diez minutos. Una forma cómoda y limpia de llegar al centro de la ciudad. Ya me gustaría a mí, utilizar un transporte público como este todos los días para llegar a mi puesto de trabajo. Aunque haga mala mar.
" Como a un santo dos pistolas "
Argoños es un pequeño pueblo situado al N.O. de Santoña, cruzado por la carretera CA-147, paralela al ramal de Camino de Santiago que recorre toda la cornisa Cantabrica. Una poblacion de origen rural, cuya forma de vida hace unas décadas dependía de la ganadería y la agricultura, y que en los últimos años ha crecido gracias a las "segundas residencias" y al turismo que visita la zona.
Hace algunos años, se levantó un hotel de nueva planta para cubrir la demanda veraniega. Es el que se puede ver en el margen derecho de la fotografía. Un autentico delirio arquitectónico realizado en acero y cristal, al mas puro estilo del medio oeste norteamericano, pero ubicado frente a una casona, ejemplo del bello estilo arquitectónico desarrollado durante los dos últimos siglos en la zona, cuya fotografía adjunto debajo.
Uno no está en contra del progreso bien entendido, pero semejante contraste urbanístico hace daño a los ojos. La autoridad en urbanismo del ayuntamiento, tendria que haberle buscado otra ubicación al futuro hotel, o bien hacer modificar el proyecto para que se adecuase a las construcciones del entorno.
Hay algún concejal de urbanismo, que tendria que estar puesto a buen recaudo en una prisión, pata evitar mas desmanes como este.
" Una buena idea"
Paseando por las avenidas del centro de Santander, reparo en este modelo de semáforo instalado en los cruces de la zona. Cuando está en verde para los peatones, en la pantalla roja aparece un cronometro que indica el tiempo restante para poder cruzar.
Echo en falta algo así en las avenidas de Barcelona. Cruzar la Avenida de la Diagonal, o la Gran Via, en hora punta es casi una prueba de atletismo el evitar ser atropellado si el cambio de color te sorprende a mitad de la calzada. Es un detallazo que el ayuntamiento de Santander haya instalado este modelo de semáforos, muy útil para personas con movilidad reducida o problemas físicos, y todo un símbolo de civismo. Ignoro si funciona en otras ciudades de nuestro país.
Curioso reportaje de vacaciones el que nos regalas a la vuelta.
ResponderEliminarEsas casonas antiguas tan frecuentes también en Asturias me encantan. A una simple mirada parecen llenas de una historia que apetece contar. Creo que cada casa de esas nos hace inventar una historia en segundos. Que están repletas de magia.
Sigo opinando que cada vez escribes mejor. Acentos incluso :)
Me ha gustado leerte
Gracias Begoña.
ResponderEliminarSoy un viajero peculiar, aparte de los paisajes y los monumentos de la zona, me gusta fijarme en detalles como los que muestro. Y no me pierdo tampoco los mercados de los lugares que visito, son la mejor muestra de la cultura y el nivel de vida del lugár.
A mi también me apasionan esas viejas casonas del norte. Destilan pasado, y si sus paredes nos hablasen, podríamos conocer historias maravillosas.
Un abrazo
Interesante el post "post-vacacional" de hoy Rodéricus. Simpático el vehículo de los surferos.
ResponderEliminarHola Carlos, un placer tenerte de vuelta por aquí. Supongo que es cuestión de gustos. Yo, no me atrevería a conducir algo así, pero hay que aclarar que la matricula, era de Bilbao, y ya sabes como son los de allí.
ResponderEliminarUn abrazo
Rebienvenido a la rutina, Rodericus, gracias por traer algunos recuerdos de tus vacaciones. :)
ResponderEliminarLa foto del pesquero reconvertido en autobús flotante me ha recordado un poco a los vaporettos italianos. Eso sí, el pesquero mola más. ;)
Besos.
Gracias Olvido.
ResponderEliminarLa verdad, es que es algo parecido a los vaporettos de Venecia. Pero son algo mas cómodos, la cubierta es completamente corrida, y si hace buen tiempo puedes ir al aire libre en proa o popa. El paisaje de la bahía, es espectacular.
Un beso
Rodericus...Ains...que tendrá el norte??
ResponderEliminarLas casas de piedra son mi predilección, si vieses las cabañas que arreglaba mi padre y las covertía en nuevas casas en la Vega de Pas...Siempre fue mi sueño. Que él me hiciese una casa de piedra, con porche acristalado y chimenea. Con sus contraventanas de roble talladas a mano...
Me tuve que conformar con una mesa tallada con el escudo de mi apellido y el de mi chico, y miles de recuerdos más. Aunque en mis sueños le haya visto construyéndome esa casa.
Algún día quizá te enseñe fotos...
Lo del semáforo también lo hay aquí en Torre.
Me alegra que disfrutases de estas vacaciones cerquita en mi tierra.
Yo disfrute por Barcelona también!
Un abrazo gigante amigo!
En mi caso, supongo que la genética. Rastreando los origenes de la familia, los encontré en la comarca de La Trasmiera, Las Siete Villas.
ResponderEliminarMe encantan esas viejas casonas, con sus balcones acristalados, y la pátina del tiempo en sus paredes.
Bueno, quizás tu padre no tuvo tiempo para levantar esa casona de piedra, pero al menos sabes que una parte de su espíritu está en las que levantó cerca de tí.
Mandame alguna foto a la cuenta de correo.
Y si, he disfrutado estos días a la orilla de mi mar favorito, el que acarició mis sueños con su murmullo, el que me rugió sus amenazas, como un viejo cascarrabias en la tempestades. El que me meció mientras nadaba en sus aguas calmadas, y el que me enseñó a no confiarme demasiado, a tenerle respeto, que no miedo.
Me alegro de que hayas disfrutado de Barcelona, ¿ pasasteis por El Molino ?.
Un abrazo.
Tengo que escanear las fotos y a un momento libre te las paso. No se me olvida!!
ResponderEliminarNo pasé por el molino de Barcelona. Pero si lo hice por el Mouline Rouge de Paris. Disfruté de un espectáculo ;-))
En Barcelona estuve en el barrio de Grácia donde vive nuestro amigo, en un bar llamado "La Vietnamita", y después estuve en una fiesta en la sala SIDECAR (plaza real), y lo mejor de todo fue una cena con estrellas en el Observatori Fabra, en el Tibidabo. Ver toda Barcelona desde allí arriba, cenar, y poder ver las estrellas con charla astrónoma incluída. Junto a mi chico y tres amigos muy especiales para mí.
Fue una pasada.
También estuve una mañana entera perdida por la Calle Tallers comprándome ropa. (Por fin!)
Lo del Molino será una razón poderosa para volver a la que dicen que es mi ciudad adoptiva. xD Vamos que ya no me hizo falta beber agua de Canaletes.
Un abrazo!!
te lo agradeceré, Rebeka.
ResponderEliminarEl barrio de Gracia, es un lugar encantador que ha sabido conservar su personalidad, y con el que tengo lazos del pasado en sus calles. Mis dos librerías favoritas, están allí.
Lo de la cena en el observatorio, es una buena idea, os han aconsejado muy bien, desde el "Fabra", la panorámica es impresionante, máxime de noche.
Y la calle Tallers, es una de las calles de mi infancia. Solía ir bastante por allí hace unos años, a comprar grabaciones en las tiendas de música. Ahora, acompaño a mi sobrina de ve en cuando, también cuando a ella le dá por "saquear" las tiendas de ropa.
Avisame cunado volvais por aquí.
Un beso.