"Jamas seria socio de un club que admita como miembros a gentuza como yo". ( Groucho Marx )
viernes, 16 de marzo de 2012
CARTA ABIERTA A BEGOÑA
Buenos días Begoña. Ha sido una sorpresa el abrir la ultima entrada en tu "blog" y encontrarme tu carta de despedida a la "blogosfera".
Entiendo que el estar aquí y publicar periódicamente, responde a una necesidad personal de expresión. Que nuestras necesidades y estados de ánimo, varían con el tiempo. Que a veces, cuesta el encontrar el tiempo necesario para dedicarlo a rellenar este pequeño rincón con nuestras obras y artículos. Máxime cuando se es mujer, y una familia entera depende de ti. Solo le puedes dedicar el tiempo que te sobre en el día a día de la tarea de tener un hogar que aloje cómodamente a toda la familia, sin que ninguno de ellos se sienta desatendido, tanto en lo material, como en lo espiritual.
Nos encontramos ya hace un tiempo, en una página amiga dedicada a la literatura, y escrita por un joven autor. Allí, entre nosotros nació una desinteresada amistad.
Procedemos de mundos diferentes. Borgoña vive en una zona rural, enclavada en la naturaleza verde de Asturias. Yo vivo, y mi mundo es, la periferia de Babilonia, digo de Barcelona. Un lugár dominado por el hormigón y las prisas, la anti-tesis del hogar de Begoña.
A pesar de proceder de mundos tan diferentes, nos une el amor a las letras, y la inquietud de decir algo, de hacer notar nuestra voz y nuestros pensamientos en un mundo poblado por el ruido. La inquietud de tener algo a decir y querer expresarlo, antes de que las ruedas del tiempo, esa enorme trituradora, nos atrapen y nos aplasten, convirtiéndonos otra vez en el polvo de donde procedemos.
Respeto tu decisión, amiga mía. Sobre los peligros de la red, bueno, no me siento mas inseguro aquí que en mitad de la calle. En ambos lugares, lo que debe primar es el sentido común, aunque un servidor, siempre ha sido algo temerario. Soy de los que no dudan en pasar por un callejón estrecho y sin iluminar de madrugada.
Quizás porque nací y me crié en un lugár parecido, y porque sus pobladores, lejos de impresionarme, me parecen una pandilla de desgraciados algo ingenuos, comparados con los que me tropecé en mi infancia y juventud. Es de las pocas ventajas que da el haber nacido en el "lado oscuro" y haber salido de allí sin quedar atrapado. Eso, imprime carácter.
Disgustos en la red, ya me he llevado alguno. Como algún "virus" bastante incomodo que no me permitía abrir los archivos, ¡¡ y a pesar de tener uno de los mejores anti-virus del mercado !!. Solo pude remediarlo "formateando" totalmente el ordenador. Por suerte, había hecho periódicamente una copia de seguridad que me permitió recuperar los archivos y la configuración. El asunto, tan solo quedó en alguna molestia y perdida de tiempo.
También tengo algún vecino "gorron", que con un programa pirata entraba en mi red domestica, conectándose por la cara sin pagar la conexión. Cambiando las contraseñas, no conseguía evitar la intrusión. Tan solo, desconectando el modem. Y recientemente, cambiándolo por otro con más capacidad, y con un sistema de encriptado mas seguro. Desde entonces, se acabó el "abono gratuito". Escaneando las redes locales que capto, me he dado cuenta de que ha aparecido alguna nueva. No le ha quedado mas remedio que "rascarse el bolsillo".
De que alguien suplante nuestra personalidad, nadie estamos libres. Un "hacker" profesional, siempre reventará cualquier código. Pero no creo que se tome la molestia de suplantarme sin ningún beneficio, a no ser que sea un asunto personal.
Con respecto a las "redes sociales", exactamente lo mismo, hay que comportarse con sentido común, y no "colgar" demasiados datos personales. Y de una manera que restrinja el acceso a amigos de confianza y familiares, gente con la que podamos compartir nuestras penas y nuestras alegrías. No se me ocurriría nunca poner a "parir" a mi jefe, sabiendo que tiene acceso a mi cuenta, ni de cogerme un día libre alegando una desgracia familiar, y colocar una foto mía tomada en una alegre fiesta aquella misma tarde.
Tenemos que comportarnos en la "red", como lo que es, una inmensa plaza pública que nuestra vista física no puede abarcar. No se nos ocurriría aparecer desnudos en la plaza de nuestro pueblo, o de nuestro barrio, y pretender que no traiga consecuencias en la opinión que tienen nuestros vecinos de nosotros.
Pongo un par de ejemplos que estos días han levantado alguna polémica.
Un ciudadano francés, residente en un pequeño pueblo, ha denunciado a "Google Maps" por publicar una foto suya en "Street Wiev", orinando en el jardín de su casa, y mostrando sus atributos viriles. La casualidad hizo que el coche de Google pasara por allí fotografiando su casa mientras el paisano desahogaba su vejiga en el jardín. Cuando un señor saca a la luz su "pajarito" en un lugár público, como puede ser el jardín de su casa abierto a la visión desde la calle, ¿ no corre el riesgo de hacer pública su intimidad, independientemente de quién pase por allí ?. A pesar de que Google difumina los rostros de las personas que fotografía con su sistema Street Wiev, parece ser que al caballero en cuestión lo ha reconocido el vecindario de su pueblo, y los comentarios acerca del tamaño de su "apéndice" urinario han corrido como la pólvora por la región. Ignoro si por "exceso", o por "defecto".
Una mujér japonesa igualmente ha denunciado a "Google Maps" por publicar una foto de su balcón, ¡¡ con su ropa interior secándose al sol !!. Yo creo, que si uno cuelga la ropa interior a secar en el balcón, la somete a la vista pública, independientemente, de si alguien la contempla en directo, o a través de una fotografía. No entiendo la indignación de esta señora, a no ser que la ropa interior sean los accesorios para una sesión de sexo sadomasoquista. Y lo mismo que el caso anterior, si está expuesta a la visión desde la calle, ya es algo del dominio público. ( Saburo, ¡¡ has visto que bragas gasta la señora del primero segunda !! ).
Volviendo a lo que nos ocupa, Begoña, te deseo lo mejor, y que tu sueño de ver en letra impresa tus sueños e inquietudes, se cumpla.
Yo seguiré por aquí. No se por cuanto tiempo, solo que será mientras sienta que yo tenga algún cosa interesante a deciros, y no os aburra.
Siempre tendrás aquí a un amigo.
Hasta siempre, Begoña.
Muy bueno lo del coche de google, captando a todos los vecinos tal cual son, se muestren o no se muestren :)
ResponderEliminarQuizá te sorprenda mi decisión, pero yo sabía que mi blog tenía fecha de caducidad, aunque no la supiera exacta. Y espero poder mantenerla, en verdad es algo que absolutamente nadie de mi entorno conocía, ellos me ven en vivo y en directo y todo lo que pude decir en el blog, están cansados de escucharlo en vivo y en directo; aunque literariamente el resultado es mejor. Entre letras me muevo sin distancias y sin ponerme fronteras, es el mundo al que pertenezco y cuando quienes me rodean me oyen decirlo me miran como si hubiese chiflado, cuando jamás estuve tan cuerda.
En verdad no descarto seguir actualizando un día de pronto, pero quizá si lo hago necesito que quienes me rodean conozcan ese lugar, y de algún modo lo aprueben: del dichoso verbo aprobar de los días de cole.
Me ha encantado tu carta abierta. Y desde mi blog que quedará abierto, aunque no se actualice; y desde tu blog, por el que me seguiré pasando y comentando, nos seguiremos sorprendiendo por los avatares de la actualidad.
Pero en serio necesito mucho silencio para escribir algo que tengo que escribir, concentrando todas mis fuerzas en ello.
No es un hasta siempre, Rodericus, es un suma y sigue; a veces soy voluble lo mismo que el viento. Y muy silenciosa, faceta que desde mi blog despistaba un poco ;)
Feliz día
Feliz fin de semana.
ResponderEliminarUn saludo.
Después de reflexionar sobre esta entrada, y sobre otra de otro blog. Espero que ese punto y final marque el final de una etapa y el principio de otra. Porque llegar hasta la India con mis palabras es más de lo que podría soñar.
ResponderEliminarSaludos
Una carta muy sincera y real para Begoña, que aunque no la conozco, entiendo su decisión, más de una vez he intentado hacer lo mismo, y de hecho por falta de tiempo, de ánimos, de ideas... hasta he dejado de publicar tan amenudo como antes.
ResponderEliminarY es que la vida nos envuelve unas veces, nos da en los morros otras, nos descubre la parte más insegura de nosotros y las decisiones son las únicas que nos colocan en el sitio cuando lo pensamos. "Aprobar" Begoña es algo que solo deberíamos hacer nosotros mismos pero comprendo que el hecho de no vivir solos hace que nos guiemos por las opiniones de los que nos rodean (no es mi caso) pero lo entiendo.
Tan solo un apunte, la distancia que nos tomamos de lo que nos agobia en este caso la obligación de escribir en un blog, es buena tomarlo como un punto y seguido como dice Begoña, o un suma y sigue.. el dejarlo totalmente cerrar un blog llega a doler porque forma parte de nuestros pensamientos compartidos.
Animo Begoña desde aqui con permiso de Rodericus.
Y a tí querido amigo eres un sol !!! Tienes un corazón grandioso !!
Sinceramente digno de admiración.
Feliz fin de semana.
Un petonás molt gran.
Gracias por esta carta, porque según veo, la ha ayudado a reflexionar y no abandonarnos.
ResponderEliminarNo creo que se haga una idea, de lo que sus palabras nos hacen bien. Tanto las que expone en su blog, como las que escribe en sus comentarios. Siempre hace reflexionar.
Al menos a mí, me cambia por dentro. Nunca me deja indiferente.
Así que gracias Rodericus ;-)
Abrazos,
Rebeca.
Que hermosa carta abierta a tu amiga Begoña. Me ha encantado leerte, por que tienes toda la razno. Animo a Begoña y para ti, un fuerte abrazo mientras espero tu proxima entrada.
ResponderEliminar