Paseo de Pereda, Santander
"At last ", Etta James
Etta James
El pasado veinte de Enero, falleció en California la cantante norteamericana Etta James. Una voz excepcional de la música moderna, y mas concretamente del Rithm and Blues. Una mujer admirable, con una vida algo difícil. A veces, es mas difícil digerir el éxito que el fracaso, y este fue tristemente su caso. Una carrera musical precoz, que empezó solo con cinco años de edad en los programas de variedades musicales, que por entonces emitían las emisoras de radio norteamericanas. En 1.961, versionó y grabó el tema musical que la haría entrar definitivamente en la fama : "At Last"
Nuestra memoria es un "duende" con identidad y vida propia, independiente de nosotros mismos.
A veces, un olor, una luz o un sonido nos hacen retroceder en el tiempo, hasta un momento y un lugar determinado. Y nuestra memoria vuelca en nuestra mente en décimas de segundo todos los recuerdos evocados por ese estimulo casual.
Estoy en casa, en mi pequeño despacho, ordenando los correos electrónicos de trabajo. Escucho una emisora de radio, donde se emite un programa dedicado a las noticias de actualidad. Para cerrar la información, el locutor informa de la muerte de Etta en un hospital. El técnico de sonido, cierra el espacio informativo "pinchando" "At Last".
Mi mente regresa en segundos a una lejana Santander, perdida en el tiempo, a principios de los años ochenta. Es una noche de principios de otoño. Carmen y yo hemos cenado picoteando algunas tapas en las tabernas del casco antiguo
Nos conocemos desde hace un par de semanas, desde el primer día en que desembarqué en una ciudad desconocida y bella. Coincidimos aquella tarde en un quiosco de prensa. Yo vestía el uniforme azul, con mis galones recién estrenados. La conversación entre los dos comenzó de una manera trivial, y acabamos compartiendo un café en una terraza del paseo.
Desde el primer momento, saltó una pequeña "chispa" entre los dos. Ella era una belleza de veinte y pocos años, recién salida de la facultad de enfermería, y realizando prácticas en el Hospital de Valdecilla.
Había dejado su pueblo en las montañas para estudiar en la universidad, y al acabar el ciclo, había encontrado empleo rápidamente en la capital. Era ya una mujer madura e independiente. Yo era todavía un joven inmaduro vestido de uniforme, un proyecto de hombre por construir aún.
Aquella noche, tras la cena, tomamos un par de copas en un pequeño bar musical que también disponia de una mini-pista de baile.
La hora del cierre nos sorprendió aún bailando pegados el uno al otro.
El "pinchadiscos"decidió echarnos de una forma elegante, hizo sonar "At Last" al grito de : "es la última, cerramos".
Aquella canción, en aquél momento, se aferró a mi alma. Eramos la ultima pareja en la pista de baile, el aroma a jazmines del discreto perfume que llevaba Carmen me invadía. Sentia su calidéz acariciando mi cuerpo. Llevavamos toda la noche bailando, y los dos aún habríamos resistido bailando juntos un par de horas más. Yo había rebasado de largo la hora en que tenia que regresar a mi buque, sabia que al dia siguiente, me "caeria" un castigo por no haber vuelto a bordo a las once de la noche. Pero en aquél momento, no me importaba nada más que seguir a su lado.
Caminamos de la mano por el Paseo de Pereda. Un ligera llovizna había dejado las calles mojadas, limpias. Y el aire suavemente fresco de una noche de otoñal, nos acariciaba.
De madrugada, antes de entrar en el turno de trabajo, ella me dejó en el muelle, al pié de la pasarela del barco. Vi con nostalgia alejarse las luces traseras de su utilitario por el puerto, y yo me enfrenté a la bronca y el castigo que me había ganado. Pero aquella noche, juntos en su piso, no se borraría nunca de mi memoria.
El cabo de la guardia, al subir a bordo y entregarle mi pase, me dijo en voz baja :
- La que te va a "caer", chaval.
Y efectivamente, me sancionaron con una semana de arresto por ausentarme sin permiso.
Valió la pena soportar una semana de castigo, a cambio de una noche de amor y magia. Después del paréntesis, seguimos viéndonos en las tardes otoñales. Mas adelante llegaría el atentado terrorista, los meses de reparaciónes en el arsenál de El Ferrol, durante los cuales, aproveché los fines de semana libres, y utilizando la linea del ferrocarril de FEVE, viajaba hasta Santander a seguir viviendo nuestro sueño.
Tras aquello, meses de separación y distancia. Cartas en el correo cuya frecuencia se espaciaba mas en el tiempo, y al final el vacío de la ausencia y la falta de noticias.
De regreso a Barcelona, me empeñé en identificar aquella canción maravillosa y desconocida que había acompañado mis sueños. Ignoraba casi el título, y a la interprete, pero conseguí localizar la grabación después de investigar en una tienda de discos de confianza. La escuchaba con frecuencia cuando me sentía solo, y fue mi iniciación al "soul" y al "blues".
El otro día, al volverla a oír, volví a ser aquel joven ingenuo y animoso, al que nada asustaba. Volví a pasear de noche de tu mano por el Paseo de Pereda, lleno de charcos, sin importarme si existía un mañana.
No se si te reconocería si nos cruzásemos alguna vez por la calle, y si tu me reconocerías a mí. Aunque el tiempo que conocimos juntos se va desvaneciendo, el mundo que vivimos se desintegra lentamente. Pero aquella dulce noche, sigue viva. Y lo estará para siempre.
Aún conservo las fotografías de aquellos días. Aún conservo aquél viejo disco.
At last, my love has come along ( Por fin, mi amor ha llegado
my lonely days are over, mis dias solitarios se han terminado,
and life is like a song..... y la vida es como una canción.........)
" Tonight is for ever" ( Esta noche es para siempre ) Liza Minnelli
Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces.
ResponderEliminarbesos
El otro día después de leer una entrada de blog, comenté: Las palabras más importantes de todas no se saben escribir, pero han de ser escritas lo mismo.
ResponderEliminarEs lo que se me ocurrió al leer tu entrada de blog. Isabel Allende dice que en contra de lo que la gente se cree, para escribir un libro no hace falta inventar casi nada, porque todo está ahí. Es lo que se me ocurrió ayer leyendo "Si tu me dices ven lo dejo todo...pero dime ven", de Albert Espinosa. En solo unas horas leí 85 páginas que están vivas, y sé que hasta sus 200 permanecerán vivas, para mí es eso un escritor. Alguien que no necesita ornamentos y artificios para contar una historia. Cada vez me hartan más los escritores que llenan sus libros de descripciones de paredes, mobiliarios, personajes prescindibles, de ruidos de calle, y detalles que alargan la historia de forma artificial. Esa es la escritura de quienes no tienen historia que contar, solo escenario con que desquiciarnos sin descanso.
A veces escribir es cerrar pasados, solo a veces, otras veces es abrirlos y ponerlos a vagar como fantasmas que caminan a nuestro lado. Pero en cualquier caso es sumarlos a nosotros y seguir caminando.
Que tus pasos futuros te lleven por inolvidables escenarios.
Que bonito recuerdo!!!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Lucrecia a veces los recuerdos te hacen vivir la vida dos veces, esos recuerdos que te transportan en el tiempo a las viviencias más felices de años pasados.
Me encanta la forma en que lo has explicado, es como si estuviera viendo una película y el fondo la voz de de Etta James ver lo bonito de un recuerdo bello que ha hecho mella en la vida.
Muy bonito!!!!
Besos y feliz semana Josep (yo con una gripe que no se me va .. y llevo ya casi un mes)
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ResponderEliminarBonita historia; el cantito fantástico, no lo conocía. Me obliga a pensar en una chica con tacones de aguja y collar de perlas.
ResponderEliminarSaludos amigo. Carmen