"Jamas seria socio de un club que admita como miembros a gentuza como yo". ( Groucho Marx )
martes, 29 de junio de 2010
UNA SOCIEDÁD EN EVOLUCIÓN CONSTANTE
A la izquierda, el erotismo fenenino según los integristas Islámicos, a la derecha, el erotismo femenino según Timoteo Bofarúll y un servidór.
Nos ha costado a los dós algo de tiempo en ponernos de acuerdo en elegír la imágen ideál de lo que significa el erotismo femenino entre las que pueblan la réd, pero al finál hemos coincidido que esta espalda femenina entrevista en un marco onirico, nos entusiasma, y además, tiene una belleza sublíme. Y tiene algo en común con la de la izquierda, "miss Kabúl 2010", ninguna de las dós muestra ninguna zona íntima. Nos "pone" bastante a los dós esa belleza etérea en una cierta intimidád plácida, intémporal, propia de desvestirse en la alcóba después de una salida nocturna, y que preludia un rato de pasión serena antes del sueño reparadór. Pero la mirada desafiante de "miss Kabúl" también tiene lo suyo.
Este arranque algo irreverente del blog es una de mís tretas para encarár a veces la deprimente ralidád, hacerlo con algo de sentido del humór.
Estos dias, en algúnos ayuntamientos catalanes, se están votando mociones en los plenos para prohibír el uso del burka y del niqab en los espacios oficiales y públicos. La tendencia se ha extendido yá a algún ayuntamiento en Andalucia, según lo que he escuchado hoy en los noticiarios. Otro brindis más al sól, un parche legislativo con mucha voluntád, eso sí, pero absurdamente inútil en cuanto a los resultados.
Vivo en un municipio y un barrio con una fuerte implantación de inmigrantes de fé musulmana, casi todos de orígen marroquí, y en menór medida, algúnos argélinos, quienes curiosamente, se han occidentalizado más rápidamente que los marroquíes. La indumentaria de las mujeres mayóres, casi en sú totalidád consiste en un chadór o bata cerrada hasta los tobillos, y un hiyab, o pañuelo que envuelve la cabeza dejando el rostro al descubierto. Son en la mayoria, familias que proceden de zonas rurales de Marruecos, donde la formación culturál de las mujeres fuera del hogár es prácticamente inexistente. Han asumido las costumbres y la indumentaria de sú lugár de origen desde la cuna. Tan solo recuerdo habér encontrado en una sola ocasión por la calle una mujér musúlmana ataviada con un "niqab", esa túnica negra que cubre de piés a cabeza y tan solo deja una exigua rendija a la altura de los ojos. Esa visión me heló el corazón, porque aquellos ojos que asomaban detrás de la capucha negra, eran de un colór verde intenso y bellisimos.
Así pués, de momento aquí, la aplicación de estas normativas es practicamente irrelevante en cuanto a la cantidád de mujeres que ván ocultas detrás de una cortina siniestra. Aplicando esta norma, lo único que conseguirán nuestras autoridades es que estas pobres mujeres no salgan a las calles.
Para combatír el radicalismo, hacen falta otras herramientas más efectivas que unas leyes de dificíl aplicación.
En primér lugár, sacár a la lúz pública la réd de mezquitas semiclandestinas que operan en los barrios como el mio. No hay nada peór que una fé mál interpretada e incontrolada y tergiversada. Por definición constitucionál, el Estado Españól es laico y aconfesionál, y hay que hacér partícipes a todas las confesiones religiosas de las mismas ventajas que disfrutan los católicos. Eso significa que los lugáres de culto sean públicos y abiertos a todo el mundo. La razón de esto es muy sencilla : són más fáciles de controlár y es una forma de aireár los nidos de intolerancia. Por lo menos, las autoridades sabrán que asuntos se ventilan en sú interiór. Eliminár los donativos que llegan del extranjero, concretamente de algúnos paises del Golfo Pérsico, realizados por minorias adineradas de orientación Tablíq, furiosamente fundamentalistas y anti-occidentales, que siembran con sú influencia en los musulmanes con difícil integración un odio feróz contra los infieles al Islán, a cambio de que el Imán de turno viva muy bién a costa de sú parroquia.
En segundo lugár, una educación de calidád y cuidadosa con la siguiente generación llegada aquí en la infancia, ó nacida directamente en esta tierra. hacér de la palabra integración un hecho. Sér respetuosos con sú fé, pero darles la formación y lás herramientas necesarias para que los ahora pequeños puedan elegír sú modo de vida en totál libertád.
Y por último, agenciarse una traducción al castellano del Corán y leerlo, porque la mejór manera de desenmascarár las mentiras, es acudír a las fuentes y conocér la verdád. Con el debido respeto, el Corán tan solo indica que la indumentaria de las mujeres debe guardár un cierto recáto, no dice nada de transformarlas en fantasmas vestidos de negro.
Tengo un buén amigo, que hace una veintena de años viajó por negocios a Quóm, la ciudad santa de los chiitas Iraniés, equivalente a la Roma del catolicismo. Me contó que se sorprendió de encontrár allí tiendas especializadas en ropa interiór de señora, con unos modelos que harian sonrojár a una bailarina del Moulin Rouge de París. Según parece, las señoras de los ayatolás en la intimidád del hogár, son bastante "guerreras". Vicios privados, y públicas virtudes. Por cierto, mi amigo es un fabricante de lenceria feménina de Sabadell especializado en piezas de lujo. Timoteo anda loco pidiendole un catálogo de este año.
Este "post" lo dedico a vosotras, mis lectoras. Porque nunca nadie os haga ocultár vuestra belleza, ni siquiera por amór, porque eso, no tiene nada que vér con el amór reál.
Timoteo y yo preferimos imaginaros como la chica de la espalda sensuál, y no como "miss Kabúl".
Soy una atea convencida y defensora de la idea de que la religión, cualquiera de ellas, es una fuente de problemas ilimitada.
ResponderEliminarEl triste consuelo de vivir pensado que al morir tendrás otra vida mejor no me parece compensación suficiente.
Un bico
Comparto casi del todo tú opinión Túxina. Creo en un Diós, pero no creo en los hombres, en ningúno de sús supuestos "intermediarios", seán cristianos, muusúlmanes ó hebreos. En nombre de Diós y de las religiónes se han cometido atrocidades sin cuento, y aún se siguen cometiendo. Hago mia la idea de Johnn Lénonn, "Imagina que no hay religiones, tan solo gente conviviendo en páz bajo un cielo azúl". Pero mientras llegue ese momento, tenemos que tratár a los creyentes con respeto, pero vigilando que no inpóngan sús creencias a nadie que no las comparta plénamente. No hay otra vida, tan solo tenemos esta para vivirla y disfrutárla con plenitúd.
ResponderEliminarOtro beso a tí.
"Quare lumen Dei post materia, non gentes".
ResponderEliminarBasium
Et carpe diem, Lucrecia.
ResponderEliminarOsculo félix
Amicus fidelis, protectio fortis: qui autem invenit illum, invenit thesaurum.
ResponderEliminarbibendum !
a veces esa evolucion no alcana
ResponderEliminary estamos como estamos
saludo!!
AAAAAAmeeeeeen.
ResponderEliminarLucrecia, feminae fulgit estimatio.
ResponderEliminarCarlos, in secula, seculorum.
Manuela, habrá que hacér lo posible para integrár a una gente con una cultura que choca radicálmente con nuestro modo de vida, porque si no, vamos a creár las condiciones para involucionár a las viejs guerras de religión.
ResponderEliminarSaludos.
Excelente artículo!
ResponderEliminarLa educación de las nuevas generaciones es fundamental.