"Jamas seria socio de un club que admita como miembros a gentuza como yo". ( Groucho Marx )
domingo, 11 de abril de 2010
EL REGRESO DE SILVER KANE
"Silver Kane" es un nombre que me transporta a los años de mi infancia en una pequeña calle de lo que ahora el ayuntamiento de Barcelona se ha empeñado el llamár "El Ravál" y que por entonces sús habitantes denominabamos "El Barrio Chino".
Recuerdos en forma de imagenes. El carpintero de mi calle, sentado a la puerta de sú tallér leyendo una novela de bolsillo las tardes de verano cuando escaseaba el trabajo. Álguien sentado en la puerta de la pequeña taberna frente a mi escalera ojeando un pequeño librito de bolsillo. Las mañanas de domingo en los puestos de libros en el mercado de Sant Antoni, viendo mostradores abarrotados de esas humildes novelas de bolsillo con un cartél : "Compro, Cambio y Vendo".
Durante los años sesenta del pasado siglo, los trés autores españoles que más ventas acumulaban de largo eran : Corín Tellado y sus novelas de corte romantico y rosa, y Marciál Lafuente Estefania y Silver kane en el apartado de novelas del salvaje oeste. Por entonces era lo que autenticamente se podia denominár cultura populár, escritas sin ninguna pretensión literaria y con el único objetivo de entretenér un rato a sús lectores brindandoles una evasión de la realidád cutre que por entonces conformaba la vida de este país.
Hace unos pocos años descubrí que trás el seudonimo de Silver Kane se escondia el escritór barcelonés Francisco González Ledesma, abogado y periodista de amplia trayectoria profesionál.
Especializado en literatura negra, es el creadór de la saga de novelas del comisario Ricardo Mendéz, alguna de las cuales ha sido llevada al cine.
González Ledesma fichó a primeros de los sesenta como guionista de historietas y autór de novelas de bolsillo con la editoriál Bruguera, con unas condiciones de contrato absolutamente leoninas para la empresa. La publicación de la serie de novelas del Oeste fijaba una entrega semanál para la serie de Silver Kane, y el pobre Ledesma se las veia y deseaba para entregár el originál a tiempo compaginando su actividád literaria con otros trabajos, llegando en algúna ocasión a acabár la entrega semanál a la lúz de las estrellas debido a un inoportuno apagón electrico, Bruguera no entendia de retrasos por ninguna causa técnica.
Se publicaron algo más de trescientas entregas semanales.
Recuerdo como en aquella época, los escritores "serios" denostaban estas series de novelas. Estoy de acuerdo en que quizás no tuviesen un cierto valór literario, pero si que contribuyeron a formár muchos lectores que con el tiempo pasaron a consumír obras de mayór fuste culturál.
Y ahora, pasados los años, he escuchado a algúno de los autores que entonces se cebaban criticando aquellas novelas de bolsillo, decír que en el fondo lo que les molestaba era el éxito de ventas de aquellas obritas.
Francisco González Ledesma ha decidido regresár a los origenes y ha publicado estos dias una obra que es una secuela de la serie de Silver Kane : "La Dama y el Recuerdo", ambientada en las llanuras de Kansas en la época de la llegada del ferrocarríl, con pequeños pueblos donde conviven ganaderos, rancheros, tahúres de Saloon indios y el inefable shériff que trata de mantenér un cierto ordén dentro del caós. Hay un pequeño guiño a sús antiguos lectores : Silver kane cobra vida en la pérsona de un periodista y editór de un humilde periodico en un pueblo perdido de Kansas
Pienso regalarme esta novela para Sant Jordi, como homenaje a González Ledesma,. saliendo de mí tónica habituál de leer ensayos historicos, y le deseo un éxito de ventas ese dia.
En este post das entrada a un tema muy interesante: cultura de masas vs cultura "de verdad" o de élite.
ResponderEliminar¿Por qué lo que le gusta a la mayoría no se considera bueno?
Bandero, gracias. Me has dado la idea para la siguiente entrada que colgaré en unos dias. Un razonamiento para un debate sobre la calidad literaria, sobre lo comerciál y lo sublime en las letras. El tema dá para mucho.
ResponderEliminarRodericus, a mi la foto de la entrada me ha recordado al inefable vaquero de ficción Lucky Luke , con su eterno pitillo, su caballo Jolie Jumper y el perro tonto pero entrañable Rantamplan. Y como nó. los eternamente malos hermanos Dalton.
ResponderEliminar¡Que buenos recuerdos me ha traído tu entrada!
Carlos la semejanza la he buscado, de verdad.
ResponderEliminarhay dias que me siento como Lucky Luke, como un pobre vaquero lejos del hogár.
Un honor conocerle, Mr. Rodericus :)
ResponderEliminarSiberia, el honór es mio. Tú página es poesia visuál, alimento par el alma. Gracias,
ResponderEliminarPues no tenía ni idea de que existía ese autor, creo que se de alguien a quien sus novelas podrían gustarle. Interesante entrada. A ver si este comentario consigue entrar. Saludos
ResponderEliminarPues cierto, bonito blog Espérame en Siberia.
ResponderEliminarBegoña, me alegro de tenerte por aquí. Estas novelas que cito, se publicaban en los años sesenta y setenta en la editoriál Bruguera. Eran ediciones de bolsillo sin muchas pretensiones y a un coste barato. Eran como el genero del "Spaguetti Western" cinematografico, pero en versión literaria.
ResponderEliminarEn el próximo "post" profundizaré un poco más en el tema.
Que bien, rodericus lo mismo digo, mi blog estaba muy vacío y eso que care santos lo añadió a su lista de blog seguidos, porque lo que es entrar en él de modo directo no hay forma, se debe a que hay más con ese título. Si puedes pásate por su blog, su entrada sobre blog es de lo más interesante.
ResponderEliminarTe confieso que hace como quince años me leí todas las novelas de Zane Grey, y me encantaron. Incluso me quedó un cierto deseo de ser piel roja desde entonces.