La palabra "recortes" ha adquirido unas connotaciones negativas y casi dramáticas en estos últimos años en España.
Desde que comenzó la crisis económica allá por el año 2.008, la palabreja ha sido sinónimo de eliminación de inversiones en asuntos sociales por parte de los diferentes gobiernos que ha habido.
También ha significado la pérdida de casi todos los derechos laborales de la clase trabajadora. Con la excusa de facilitar la contratación de los desempleados por parte de las empresas, casi todas la leyes que protegían a la clase obrera, han sido dinamitados, de tal manera que se calcula que un veinticuatro por ciento de los asalariados catalanes está en la indigencia, a pesar de tener un puesto de trabajo. Sencillamente el salario no alcanza para cubrir los gastos minimos de manutención personal.
Esto lo tenemos que agradecer encarecidamente a unos gobiernos que se declaran "liberales", aunque sus miembros no han trabajado en toda su vida en una empresa privada.
De una manera u otra, siempre han sido funcionarios de carrera, cuando no directamente unos parásitos que han vivido de la política desde su ingreso en la sección juvenil del partido.
¡¡ Menudos liberales !!.
También recortes en libertades ciudadanas, hay que recordar la llamada "Ley-Mordaza" del Partido Popular. Por el mero hecho de mirar mal a un policía anti-disturbios en una manifestación, se puede acabar en el calabozo de algúna comisaría.
Pero también las empresas nos "ofrecen" recortes en los productos que nos venden.
Con los calores que nos atenazan desde hace dias, suelo adquirir una botella de agua mineral por las mañanas, para combatir la deshidratación durante la mañana.
Mi sorpresa fué al adquirir una botella de una conocida marca : de un dia para otro apareció un nuevo diseño de la botella. El precio, el mismo de costumbre.
Inicialmente no noté nada raro, ensimismado como estaba con los asuntos pendientes del dia. Pero mi mas absoluta sorpresa fué cuando coloqué la botella sobre mi mesa de despacho, junto con la del dia anterior.
La antigua, contenía un litro y medio, la "moderna" solo un litro y cuarto. Vuelvo a insistir, el precio que me cobró el tendero, era exáctamente el mismo. Y con una sexta parte menos de contenido.
En la foto que encabeza el "post" se pueden apreciar las dos etiquetas con el contenido, a la izquierda la antigua, y a la derecha la nueva.
Ya se que esta treta no es nada nueva. Ocurrió cuando se desreguló la venta de pan. De golpe y de repente, las barras de cuarto de kilo ( 250 gramos ), pasaron a tener 220 gramos de peso. Y el precio, siguió siendo el mismo en aquellos momentos.
Otra cosa es la situación de la venta de pan en estos últimos años, casi ha desaparecido la panadería artesana, y se consume pan industrial de dudosa calidad y mas que dudosa composición. Con una guerra de precios que da mucho que pensar si no nos estarán dando gato por liebre.
Por mi parte, al asunto de la "increíble botella de agua menguante" pienso darle la solución mas razonable : dejar de comprar esta marca.
Contra la picaresca comercial, es la única solución posible que tenemos los consumidores para defendernos.
Cuando le baje la facturación a la empresa, entonces sabrá porqué.
Si aplicásemos esta misma lógica a los sub-empleos con salarios de hambre, desaparecerían, y unos cuantos sinvergüenzas no se enriquecerían con la miseria y la necesidad de sus empleados.
