martes, 28 de febrero de 2012

UN AMANECER MAS ( IV )


                                                     
                          " Journey of the sorcerer ". ( El viaje del hechicero ). The Eagles.

- Un país completamente desconocido par ti. 

- Casi por completo. Solo había estado de permiso en Nueva York durante dos semanas en una ocasión. Aquella vez, decidí pasar allí unos días de descanso en las navidades de 1.943. Fue por puro agotamiento. Necesitaba poner distancia entre la guerra y yo. Acepté la invitación de un compañero de escuadrilla de pasar las navidades allí con su familia. El regresaba definitivamente a casa. Viajamos en un transporte aéreo de los que enlazaban constantemente Inglaterra y la costa este, vía Islandia y Groenlandia. No he pasado tanto frío en toda mi vida como durante los dos viajes, el de ida y el de vuelta. 
Pasé aquellos días en compañía de la familia de Jimmy O´Leary, que me acogieron como a uno mas de la familia, y me enseñaron aquella inmensa ciudad. Aquél fue mi único contacto anterior con la Norteamérica real. Aquellos días fueron maravillosos. Descubrí un mundo intacto, que la guerra no había desfigurado con su destrucción, y donde la gente, paseaba tranquilamente por las calles, sin temor al sonido de las sirenas de alarma. Nada, salvo la propaganda, indicaba que el país estuviese sumido en una terrible guerra en dos frentes separados por medio mundo. También fue mi primer contacto con Irlanda, a pesar de estar al otro lado del atlántico. Los descendientes de los inmigrantes irlandeses allí, mantenían  una admirable cohesión como comunidad, y conservaban sus orígenes y su cultura como un preciado tesoro. Hice allí amistades que aún perduran hoy.

- Cuando regresaste a América tras la guerra con tu familia, ¿ tenias planeado que ibas a hacer allí ?.

- Como casi todo en mi vida, fue una casualidad. Elke tenia un primo, Helmut Von Veltheim, un genio de la física. Un autentico cerebro para la ciencia. Antes, y durante la guerra, había trabajado para la compañía Siemens. Había estado ocupado durante años desarrollando los radares que la luftwaffe usó  en sus cazas nocturnos, integrado en los equipos de investigadores que los habían diseñado. A medida que los norteamericanos avanzaban a través de Alemania, los servicios de información del ejercito "echaban el guante" a todos los técnicos que habían trabajado en el desarrollo de las nuevas armas, en parte para apoderarse de las tecnologías avanzadas de los nazis, y por otra parte, para evitar que cayesen en manos de los soviéticos. La guerra fría, se mascaba ya en el ambiente antes de la rendición alemana, y en ciertos aspectos, la tecnología bélica de los nazis estaba diez años por delante de la nuestra. El programa secreto "paperclip" norteamericano, significaba prácticamente secuestrar a todos los técnicos y diseñadores alemanes que habían desarrollado aquellas técnicas avanzadas, y enviarlos a Estados Unidos, buscando aprovechar sus conocimientos en condición de prisioneros de guerra. El núcleo duro de lo que después fue la NASA, estaba formado todo por los científicos alemanes capturados que habían desarrollado los misiles que sembraron la muerte en Rotterdam y en Londres. 

Lee-Jaime hizo una pausa en el relato. Miraba a través del ventanal de su habitación la inmensa y rojiza luna nueva que estaba a punto de ponerse por el horizonte. Le parecía una metáfora de si mismo. El también se sentía apagado y cerca del ocaso.

- ¡¡ Que ironía !!, la humanidad alcanzó su viejo sueño de alcanzar la luna, gracias a unas armas terribles diseñadas para el exterminio.

- A veces, los grandes avances de la humanidad, han surgido de la sangre de los inocentes.

- Siempre ha sido así, Nuria. Por no hablar, de que los cohetes impulsores que al principio usó la NASA, no eran otra cosa que misiles modificados con una cápsula espacial en su extremo, exactamente igual que sus equivalentes soviéticos. Bien, Helmut no constaba en la listas de norteamericanos y soviéticos de "sabios" mas buscados, pero había contribuido a diseñar radares aerotransportados mas ligeros que los que usábamos norteamericanos e ingleses. Los nuestros, solo se podían instalar en cuatrimotores pesados. Los equipos alemanes, podían acomodarse en bimotores ligeros como el ME-110, o el JU-88. Claramente, nos habían superado en diseño. Poco a poco, en los últimos meses de servicio en Alemania, acaricié la idea de fundar una empresa en Norteamérica para la fabricación de equipos de radio navegación, radares y equipo eléctrico para aviación. Podíamos fusionar los conocimientos de Helmut, con los nuestros y mejorar espectacularmente todo lo que habíamos conocido en equipos electrónicos hasta el momento. Mis contactos con la cúpula de mando de la USAAF nos podían facilitar entrar en contacto con los principales fabricantes de aviones militares. La aviación militar estaba haciendo la transición hacia los motores a reacción, y se necesitaban equipos mas ligeros y potentes. Y ya tenia algo de experiencia en el negocio.

- La fábrica de radios de tu padre en Barcelona, ¿ verdad ?.

- Si, en una escala bastante menor, pero la tenia. Conseguí la documentación que inmigración le exigía a Helmut para establecerse en América, por suerte nunca estuvo afiliado al partido nazi, y nos instalamos en Dallas, Téxas. Mi idea, era estar cerca de una de las factorías de la North American. Era uno de los clientes potenciales, y podíamos aprovechar su parque de aviones excedente de guerra para nuestros experimentos y primeros equipos. Nuestro primer equipo de radar, se probó a bordo de un B-25 sobrante que nos cedieron. Pasé muchas hora volando en aquel avión, ajustando y calibrando el equipo

- E hiciste realidad tu sueño.

- Si, aunque los principios fueron duros. Tenia bastante dinero ahorrado. Durante todos aquellos años, prácticamente no había gastado apenas nada de todas mis pagas acumuladas. Invertí todo lo que tenia en instalarnos a vivir allí y en montar el taller que después fue el núcleo de la empresa. Hasta Elke tuvo que echarme una mano. Vendió las joyas de su familia, lo poco que le quedaba de su pasado, para invertir el dinero en el negocio. Trabajamos duro, especialmente Helmut. Dos años mas tarde, la empresa daba sus primeros beneficios, y teníamos los primeros contratos serios con el departamento de defensa. La empresa "Star Radioelectric", tenia un futuro abierto y prometedor, aún cuando la North American cerró la planta de Dallas.

- ¿Que tal se adaptó Elke a su nueva pátria ?.

- Al principio, perdida en aquella ciudad provinciana y extraña. Organizar nuestra casa y criar a Michael absorbió todo su tiempo al principio. Yo, le ayudaba en todo lo posible, pero el esfuerzo para arrancar la Star, me dejaba poco margen. Llegaba a casa tarde, y me marchaba al amanecer. Tan solo podia compartir con ella los fines de semana.Tiempo después, ya aclimatada a aquél lugar y con Michael en el parvulario, pudo respirar y asentarse definitivamente. Se reencontró con la música. Cuando pude disponer de algo de dinero, le regalé un piano de segunda mano, pero perfectamente afinado. Chopin, su compositor favorito, se convirtió en nuestro acompañante cotidiano en los atardeceres de Texas. Michael caía en los brazos del sueño mecido en los acordes de un "nocturno" algunas noches. Aquella música, también me confortaba a mi. Poco a poco, se introdujo en los ambientes musicales de la ciudad. Al principio, como invitada en algún recital promovido por algún conservatorio o escuela de música. Después, su fama se extendió fuera del estado. Y se convirtió en una concertista profesional. Los teatros de Washington, Filadelfia, Chicago, Nueva York se disputaban sus conciertos en las temporadas. Como solista, o en compañía de orquestas filarmonicas. Fue una mujer con carisma, como se dice ahora. Su distinción, su belleza y su maestría al piano, la convirtieron en una leyenda. Yo vivía en un sueño.

-¿ Fuiste feliz ?.

- No solo fui feliz. Conocí los cielos, y aprendí de verdad a volar en ellos. Salvo el paréntesis de Corea.

- ¿ La guerra de Corea ?.

- Si, el Tio Sam me movilizó. El primer año de la guerra, los chinos nos estaban dando una paliza. Al cabo de un tiempo, recibí la orden de incorporarme otra vez a la USAF. Alguien desenterró mi viejo expediente militar. Los primeros pilotos destacados allí, no tenían experiencia en combate, y pagamos un alto numero de bajas. Necesitaban mandos capaces de enseñar a los "pollos" el arte de la caza. Tuve que ponerme al dia, pero aparte de un motor a reacción, el F-86 Sabre no era muy distinto del P-51 Mustang de mis últimos días de guerra. Me dieron el mando de todo un escuadrón de combate. Adiestré y machaqué en tácticas de caza a mis pilotos, hasta conseguir reducir las perdidas, y devolverles la pelota a los comunistas. Elke pasó mucho miedo aquellos meses. Sus cartas, las conferencias telefónicas que mantenía con ella desde Japón, me transmitían sus temores. Le oculté que yo volaba al mando de mi escuadrón en el frente, aunque de alguna manera, ella lo intuía.  ¡¡ Pobre Elke !!. Ya había perdido a un marido en combate, y ahora, que había recuperado una vida propia en paz, corría el riesgo de perderlo todo otra vez. Solo fueron ocho o nueve meses. Pero nunca olvidaré el día que regresé. Nada mas bajar de la escalerilla del avión, se echó en mis brazos. Lloraba con una mezcla de tristeza y alegría. Era incapaz de articular palabra, pero su mirada me dijo todo. Yo también acabé llorando contagiado por ella. No se cuanto tiempo estuviésemos abrazados en aquella pista. Mucho, porque cuando nos serenamos, estábamos solos los dos allí. El sol se estaba poniendo, subimos al coche y ella condujo al centro de la ciudad. Cenamos, paseamos aquella noche respirando el aire dulce de la primavera. Supongo que ella se sentía orgullosa del brazo de su marido, un oficial de uniforme con el pecho cargado de condecoraciones. Nos achispamos con algunas copas de bourbon. Y aquella noche, hicimos el amor como nunca en nuestra vida matrimonial. Como dos locos enamorados que hacia siglos que no se encontraban. Durante horas. Primero con pasión, después con serenidad. Nos despertaron la luz del mediodía, y Michael, loco de alegría por verme otra vez. Entonces, supe que por fin, después de años de comportarme como un vagabundo, ¡¡ estaba por fin en casa !!, aquel era mi hogar.


  

                                                
                                                     ( continuara )

viernes, 24 de febrero de 2012

UN AMANECER MAS ( III )





                   "Don´t let the moment pass" ( No dejes pasar este momento ) Alan parsons                 




- La venganza, siempre es un plato muy amargo.
- Eso lo supe mucho después Nuria. Pero en aquellos días, yo culpaba a los alemanes de todos mis males. Luché con furia sobre Francia, aunque no sirvió de gran cosa. Después, sobre Inglaterra, seguí con mi frenesí casi suicida durante lo que después se llamó la batalla de Inglaterra.


La mirada de Jaime se había endurecido. Aún, en la penumbra de la habitación, Nuria podía distinguir una terrible expresión de odio en el rostro de él. Nunca la había visto antes.


- Estuve a punto de envilecerme del todo, Nuria. De convertirme en un malvado. Derribé a uno de aquellos pilotos de su Messerschmitt, y cuando descendía en paracaídas, indefenso, colgado del cielo, le seguí haciendo espirales a su alrededor. Estuve a punto de dispararle a aquél pobre desgraciado. Me contuve en el ultimo momento, y no olvidaré nunca la mirada de terror de aquel hombre viéndose a punto de ser asesinado a sangre fría.


- Pero no lo hiciste.
- No, pero aún siento el tacto del disparador en mi pulgar rígido, y me da vergüenza haber estado tan cerca de cometer algo así. Aquél pobre diablo, estaba ya indefenso, y cuando llegase a tierra, la Guardia Territorial se encargaría de arrestarlo y encerrarlo.


- ¿ Te derribaron alguna vez ?.
- Dos, pero sobre Inglaterra, y sin consecuencias salvo un tobillo torcido al caer. Retornaba al campo en un taxi, y volvía a despegar con un avión de reserva.


- Fueron días duros, aquellos.
- Si, pero poco a poco, nos impusimos a sus ataques. Seguí en la R.A.F hasta al primavera de 1.942. Cuando se constituyó la Octava Fuerza Aérea norteamericana, me transfirieron a ella. 
Allí estuve destinado hasta el fin de la guerra, realizando misiones de caza o de escolta de bombarderos. Me mantuve allí voluntariamente, no tenia ningún lugar al que regresar, a diferencia de mis compañeros. Sobreviví por algún milagro. Y no me atrevia a mantener una amistad estrecha con ninguno de ellos. Vi desaparecer a cientos de ellos durante aquellos días. De regreso de las misiones, siempre teníamos algún hueco no deseado en las mesas de la cena. Vivíamos al día, porque ignorábamos donde estaríamos al día siguiente, y si aún seguiríamos con vida.


Jaime hizo una pausa y acarició las manos de Nuria.


- Cada nuevo amanecer, allí en la campiña inglesa, era para mi un regalo inapreciable. Poco a poco, nos fuimos imponiendo gracias al tesón y a nuestra superioridad en numero. Vencimos, erradicamos al mal y al monstruo, pero a costa de convertirnos en unos asesinos. ¡¡ Unos asesinos condecorados, y vencedores !!, pero asesinos al fin y al cabo.
- ¿ Porqué dices eso ?.
- Cuando todo acabó, y pude volar con serenidad sobre Alemania, fui consciente de todo el daño innecesario que habíamos hecho. Hamburgo, Berlín, Dresde, Munich, Colonia, Hannover. La lista es interminable. Arrasamos casi todas las ciudades de país. Devolvimos con creces la destrucción de Londres, de Coventry, de Rotterdam, de Varsovia. ¿ Y sabes algo ?. En el fondo, no sirvió de gran cosa. Cuando llegó el final, los del servicio de información de la Octava, no daban crédito a los informes. La producción industrial alemana, no solo no se vio afectada en los dos últimos años de la guerra, ¡¡ sino que aumentó !!. Solo se colapsó por la falta de materias primas pocas semanas antes del final.


El soltó un profundo suspiro, y detuvo su narración. Miraba hacia el frente sin ver. Notó como Nuria se sentaba en la cama a su lado y pasaba un brazo sobre sus hombros.


- No podías saber lo que realmente ocurría, amor mio.
- No, pero contribuí a todo aquello. Asesinamos a civiles indefensos. Mujeres, niños. Eramos tan refinadamente sádicos, que lanzábamos bombas con espoleta retardada, diseñadas para matar a los bomberos y a los servicios de emergencia horas, o días después del bombardeo. Aún siento asco, y aún puedo oler el humo de los incendios.


- ¿ Y cuando llegó el fin de la guerra ?.
- No tenia a donde regresar, Nuria. Continué voluntariamente allí, en Alemania. El ejercito de ocupación, necesitaba pilotos. Las estructuras del país, estaban reventadas. Y se necesitaba transportar personas, documentos y suministros por todas partes. Y allí conocí a Elke.


- Elke, ¿ tu esposa ?.
- Si, fue en Nuremberg, durante la instrucción de los juicios por crímenes de guerra. Yo era uno de los pilotos de enlace que trasladaban a testigos, jueces militares, abogados y a todo aquél que era necesario allí en alguna de las sesiones.
- Háblame de ella.
- Nos conocimos de una extraña manera. Era una tarde lluviosa, y el tiempo no permitía volar en todo el país. Pasé la tarde en la ciudad, y cuando regresaba conduciendo un Jeep al lugar donde me alojaba, ¡¡ casi la atropello !!.
- ¡¡ Una forma muy romántica de conocer a tu futura esposa !!.
- ¡¡ Fue así !!, de verdad. Cruzó la calle de repente frente a mi coche empujando el carrito donde ella llevaba a Michael, que por entonces tenia diez meses de edad. Puede esquivarlos en el ultimo momento, y acabé embistiendo una de las pocas farolas que quedaba en pié en aquella calle. Por suerte, no sucedió nada. Me apeé del coche para ver si los dos estaban bien, ´¡¡ y ella me echó una bronca espantosa !!.
- Siempre te han gustado las mujeres con carácter.
- Si, eso he de reconocerlo. Lo que me sorprendió, y me impresionó, es que hablaba un inglés correcto y sin acento. Al principio, no creí que fuese alemana. Pero lo era. Elke Von Veltheim. Nacida en la Prusia Oriental, e hija única de un pequeño noble terrateniente, una junkers. Llovía a raudales, y a pesar de la catarata de insultos que me dedicó, conseguí calmarla. Estaba nerviosa y crispada. Me ofrecí a llevarla hasta su casa con el coche, que por suerte, seguía funcionando perfectamente a pesar del golpe contra la farola. Tan solo se había abollado algo el parachoques. Puse el carrito sobre  los asientos traseros, y la acomodé a ella y al bebe a mi lado. Me guió hacia las afueras de la ciudad, en dirección contraria a donde me dirigía. Al final,  llegamos a una inmensa casa de campo, un palacio situada en el centro de una gran parcela de terreno que contenía un bosque, y un jardín algo decadente y descuidado. Aquella mansión, algo destartalada, era una metáfora de la Alemania de post-guerra. Me invitó a cenar, en recompensa por la cortesía de haberla llevado hasta allí a resguardo.
- ¿ Su casa ?.
- No, Nuria. Elke habia llegado hasta Nuremberg huyendo del avance de los rusos en los últimos meses de la guerra. Prusia Oriental había desaparecido tras el telón de acero, y casi todos los alemanes originarios de la región habían huido hacia el oeste, buscando las zonas ocupadas por las tropas occidentales. Hasta la capital, Königsberg. perdió su nombre, y pasó a llamarse Kaliningrado. Los soviéticos, barrieron de allí todo lo que hubiera sido alemán, y se anexionaron el territorio. No le quedaba familia, su marido, un oficial de la whermacht, había muerto en los últimos días de la guerra, defendiendo Berlín. Lo haba perdido todo, salvo al pequeño Michael.
- ¿ Era entonces una refugiada ?.
- Si, una refugiada sumida en la miseria, pero una mujer con una formación exquisita. Hija de buena familia, magnifica pianista y poliglota. Dominaba el inglés y el francés como si fuesen sus lenguas nativas. Estaba allí como "gobernanta" de aquella mansión, que en aquellos momentos era usada por los servicios jurídicos del ejercito norteamericano para alojar a una parte del personal que participaba en los juicios abiertos a los nazis. Se encargaba de que aquél hotel improvisado, funcionase adecuadamente. Estaba al mando del personal de servicio.
- ¿ Como empezó lo vuestro ?.
- No lo sé muy bien. Aquella noche, cené con ella en las inmensas cocinas de aquél caserón. Después de cenar, estuve jugueteando con el pequeño Michael. Aqué crio me inspiraba una ternura tremenda, era un bebé precioso. Noté entonces su mirada sobre mí. Era una mujer bella, a pesar de ir mal vestida, desprendía aspecto de distinción. Habría estado guapísima aunque llevase encima tan solo un saco. Creo que mis atenciones con el pequeño despertaron en ella un viejo mecanismo, un instinto que la naturaleza os ha dado a las mujeres, el reconocerme como un buen padre para Michael, creo que fue eso lo que la sedujo al principio.


Jaime hizo una pausa en el relato. Nuria le veía sonreír, una luz especial se desprendía de sus ojos recordando el inicio de su romance.


- Eramos como dos náufragos aferrados a un madero, que habían sobrevivido a un terrible naufragio. Y caímos el uno en los brazos del otro para espantar nuestros miedos, y buscando amor, ternura y calidez en medio de las ruinas. Un mes antes de que acabasen los juicios, en julio de 1.946, nos casamos. Fue bastante complicado. Las leyes militares de la ocupación, prohibían los matrimonios mixtos entre americanos y nativas alemanas. Pero mis años de servicio me habían dado los contactos y las influencias para solucionarlo. En 1.947, me licencié del servicio activo, y viajamos los tres juntos hasta los Estados Unidos. Me sentía extraño, llevaba diez años metido en guerras de una manera u otra. No había conocido otro hogar que los barracones militares. E iba a dirigirme a una patria que desconocía.

miércoles, 22 de febrero de 2012

UN AMANECER MAS ( II )



- Pasé cuantos días en aquél hospital, recuperándome del golpe que recibí al estrellar el "Mosca". Los médicos y la enfermeras, creyeron la versión de los gendarmes, para ellos yo era un norteamericano idealista que se había enrolado en la fuerza aérea republicana. Aquellos días de serenidad, rumié sobre mi situación personal. Mi padre, había muerto en los meses iniciales de la guerra. Mi hermano Juan, que estudiaba para sacerdote en el seminario de Barcelona, había conseguido escapar a las matanzas de religiosos, y pasar a la zona rebelde. Una vez allí, se enroló en un Tercio de Requetés. En aquellos momentos, ignoraba si estaba vivo o muerto. Nuestra pequeña industria familiar de fabricación de aparatos de radio, había sido incautada por un sindicato, y tu, tu estabas muerta. ¡¡ No me quedaba nada !!. Hasta los mandos habían sospechado de mi por ser el hermano de un rebelde faccioso. ¡¡ Y estaba con el bando de los derrotados !!. Ya no tenia nada a perder, ni ninguna razón para volver a España . Decidí continuar con el error, y hacerme pasar por Lee. Cuando apareció el cónsul americano en Marsella, la cosa fue mas fácil de lo que yo creía. Era un francés, que ejercía el cargo de cónsul honorario. Conseguí justificar mi fuerte acento español cuando hablaba ingles, diciéndole que mi madre era de origen hispano, y que yo habia crecido en el sur, en Nuevo México. Aquél hombre, estaba acostumbrado a sacar de dificultades a los marineros americanos que recalaban en Marsella, así que legalizó mi entrada en Francia, me facilitó algo de dinero y un pasaje a Inglaterra. Yo era tan solo para el un desgraciado yanqui en apuros.

Jaime-Lee hizo una pausa en su relato, buscando en el fondo de su memoria aquellos días lejanos. Algo dormido durante mucho tiempo en el fondo de su alma, había despertado aquella noche Estrechó con fuerza las manos de Nuria entre las suyas, y empezó a tararear una canción casi olvidada :

                                                 Quiiso Diooos, en su pooodeeer,
                                                 fundiiir cuatro rayitos de sooool
                                                 y haceeer con ellos una mujeeer....

No pudo continuár, su voz se quebró, y una lagrima resbaló por su mejilla.

-¡¡ Jaime !!, esa es la ultima canción que bailamos juntos aquella noche. " Suspiros de España "
- Siiiii, y durante mucho tiempo, recordé aquellos momentos nuestros, como los últimos felices que había tenido. Durante muchos años, le habría vendido mi alma al diablo con tal de recuperarte de entre los muertos, de haber tenido nuestra propia vida juntos, aunque hubiese sido en un país arrasado y cautivo por aquellos desgraciados que ganaron la guerra, que en el fondo, no eran muy diferentes de los que la perdieron. La misma miseria humana bajo diferentes banderas.

Un torrente de lagrimas, mezcla de pena y de rabia inundaron los ojos de él. Nuria le acercó sus labios, y besó aquellas lágrimas. Después, dulcemente, con la ternura que solo puede tener una mujer enamorada, secó aquellas lagrimas con las mangas de su vestido.

- No pudo ser, amor mio. Pero de una manera u otra, siempre estuve a tu lado. Y ahora, me tienes otra vez contigo.
- Debo parecerte un viejo idiota, ¿no?.- Dijo el sorbiendo las ultimas lágrimas.
- Ya no eres ningún viejo, y tu nunca has sido ningún idiota. ¿ Como te las arreglaste en Inglaterra ?.
- Uff. Llegué allí sin un céntimo en el bolsillo, pero dispuesto a quedarme y a abrirme camino como fuese posible. Trabajé unas semanas de lavaplatos, de camarero, sirviendo fish and chips. Llegué a odiar el pescado frito a los pocos días. Dormía donde podía, y en los ratos libres, busqué trabajo como piloto por los aeródromos cercanos a Londres. Conseguí una plaza como instructor de vuelo. Por suerte, también había conservado el carnet con las horas de vuelo de Lee. No fue difícil tampoco demostrar mis capacidades. Unas cuantos despegues y tomas, y un cuarto de hora de acrobacias a baja altura con un viejo biplano "Bristol Bulldog" excedente de guerra, convencieron a los dueños de la academia de que yo podía ser un buen profesor de vuelo. 

Jaime-Lee sonreía, y una mirada traviesa asomó a su rostro, recordando la cara de pasmo de los que le contemplaron aquél día volando en invertido a tres metros sobre la pista.

- Conseguí la plaza, y además, mucho trabajo. La aviación deportiva se estaba popularizando en aquellos momentos en Inglaterra. Había una buena cantidad de viejos aviones anticuados desechados por la R.A.F, pero en buen estado que servían para dar clases con doble mando, y la burguesía británica se estaba aficionando a la aviación. Había una buena cantera de clientes. Hasta que la guerra estalló el uno de Septiembre.

- ¿ Y que sucedió entonces ?.
- Me quedé repentinamente sin trabajo. Las autoridades racionaron el combustible, y la clientela, sencillamente se esfumó. Intenté enrolarme en la R.A.F, pero el "acta de neutralidad" norteamericana impedía que ningún ciudadano norteamericano se enrolase en la fuerzas armadas inglesas, bajo pena de multa, y posible perdida de la ciudadanía. Pero, como en todo, siempre había una "puerta trasera". Existía la posibilidad de viajar hasta Canadá, y enrolarme en la R.C.A.F, la reales fuerzas aéreas canadienses, para ser transferido mas tarde a la R.A.F.. Fue lo que hice, con la ayuda del ministerio de defensa, muy interesados en cubrir la plantilla vacante de pilotos, que las academias de vuelo, al ritmo de la enseñanza, no podían cubrir rápidamente. Una vez en Canadá, otro cuarto de hora de acrobacias en un avión de entrenamiento, me abrieron las puertas de la escuela de caza. Fue un puro trámite el volver a Inglaterra a los pocos meses vestido de uniforme y de una forma legal. Pasé el invierno de aquel año, familiarizándome con el manejo del "Hawker Hurricane", cuando el tiempo lo permitía. Al año siguiente, cuando en Mayo los alemanes acabaron con la tranquilidad del frente del oeste e invadieron Holanda y Bélgica, yo y el resto de mi escuadrón, fuimos enviados a Francia. Volvía a estar metido en el infierno, pero esta vez, por voluntad propia y con ánimo de revancha.


                                                        ( continuara )

lunes, 20 de febrero de 2012

UN AMANECER MAS ( I )


Lee Anderson despertó de madrugada en su habitación del hospital universitario Saint Vicent de Dublín. Se sentía extremadamente débil. Escuchaba un leve siseo. Levantó una mano hacia su rostro y palpó la mascarilla de oxigeno que cubría su cara. Debía llevar tiempo inconsciente. Recordaba haber ingresado allí. Recordaba los primeros días con innumerables reconocimientos médicos, pruebas y análisis, pero no recordaba que en ningún momento le hubiesen colocado aquella mascara de oxígeno. Noto una ligera molestia en su pene al moverse en el lecho. Palpó debajo de las sabanas y el camisón hospitalario. Tocó un tubo plástico que se introducia dentro de su miembro. Le habían colocado una sonda urinaria . El anciano se asustó momentáneamente.


- Debo de estar bastante jodido. Pero a tu edad, ¿ que demonios quieres, Lee.- Se dijo a si mismo.


Miró hacia el frente. A los pies de su cama, al otro lado de la habitación, Consuelo, su hija, dormía apaciblemente en un sillón. Contemplaba la belleza serena que transmitía el rostro de su hija,  perdida en sus sueños. Consuelo, nunca una persona había llevado un nombre tan adecuado. Realmente, ella había sido el consuelo de él y de Ilse, su esposa. Apareció en sus vidas justo después de la trágica desaparición de Michael, su llorado hijo mayor, en la tragedia del USS Liberty. Los dos se aferraron a la vida  a través de aquella pequeña morena y de ojos azules con escasos meses de vida, que las circunstancias trágicas del destino, habían puesto en sus brazos.


No llevaba puesto el reloj de pulsera, y no tenia ninguna manera de averiguar que hora era. Pero debía de ser cerca de la madrugada, a juzgar por la oscuridad del cielo en el exterior de la ventana de la habitación. Aquella noche, el cielo estaba despejado. No sabia en que fecha vivía exactamente, pero había ingresado en el hospital a primeros de Junio. Se estaba perdiendo encerrado allí la mejor estación del año en Irlanda.


Mientras pensaba en todo aquello, notó que le costaba algo menos moverse, tenia la impresión de estar recuperando algo sus escasas fuerzas. Notaba la garganta reseca, quizás un efecto del oxígeno medicinal. Se volvió hacia la mesilla, buscando si allí había un vaso con agua. Se sorprendió al ver una mano femenina que le extendía uno. Otra mano, desplazaba la mascarilla de su cara. Levantó la vista, buscando a una enfermera que quizás hubiese adivinado sus intenciones, y en la que posiblemente no había reparado al despertarse. Pero se encontró con una mujer joven, vestida con un elegante vestido de calle. La muchacha le habló con una voz suave y en tono bajo, pero perfectamente clara.


- Buenas noches, Jaime.


El anciano sonrió, y sus ojos se iluminaron al escucharla decir su nombre autentico, aquél que no escuchaba a nadie nombrar desde hacia varias decadas .


- Buenas noches Nuria. Estas preciosa, exactamente igual que la ultima vez que nos vimos aquella noche, cuando nos despedimos a la puerta de tu casa, en Barcelona.
- Era la manera de lograr que me reconocieses, el mismo peinado, el mismo vestido que aquella ultima noche de tu permiso en Barcelona.
- Nuria, tengo leucemia, pero no el mal de Alzheimer, gracias a Dios. Te habría reconocido de cualquier manera. Mis recuerdos, siguen siendo lúcidos y cristalinos. Recuerdo muy  bien aquella última noche juntos. Me aferré al recuerdo de ella durante mucho tiempo.
- Lo sé muy bien, Jaime. Se por todo lo que pasaste después de aquél desgraciado día.
- Los malditos italianos, la fuerza aérea de Mussolini y sus bombarderos. Y  los desgraciados de la Maestranza de Artillería. ¿ Pero a quién se le ocurre enviar un camión cargado de trilita a atravesar la ciudad existiendo el riesgo de un bombardeo ?.
- No puedes cambiar el pasado con tus reniegos Jaime, no puedes hacer nada. En aquél momento, yo estaba muy cerca de la explosión. No sentí nada, ni siquiera el estruendo.
- Tu perdiste la vida allí aquél día, y yo, perdí también la vida de otra manera, perdí mi futuro. Aquél día, empezó a cambiar todo para mí. Siempre he pensado en lo que habría sido de mí si no hubiese sucedido aquello, si no hubieses muerto.
- Nunca lo sabremos. Pero mírate ahora. Tienes ochenta años, y has tenido una vida plena y larga.


Ella le miraba con una leve sonrisa. Sus ojos de color esmeralda, parecían sonreír también.


- Una vida que no me correspondía a mí. La vida de otro, la vida de un muerto al que cubre el fango de un fondo marino en España.
- ¿ Porqué lo hiciste Jaime, porqué te metiste en la piel de otro hombre ?.


Jaime-Lee hizo una pausa en la conversación. Buscaba retroceder hasta aquellos últimos idas de la guerra civil española, buscaba reinterpretar otra vez sus sentimientos, y la vorágine de los acontecimientos. La miró otra vez detenidamente. Casi creía oler aquel perfume suave de jazmines que ella había usado aquella noche en que se despidieron para siempre.


- El autentico Lee Dewayne Anderson, ese era su nombre completo, llegó a España como piloto mercenario en la escuadrilla "Malraux". Cuando esta fue disuelta, ingresó en las fuerzas aéreas de la República, como un piloto más y sin el sueldo privilegiado de los mercenarios. Le gustaba dárselas de duro, pero era un buen tipo. Teníamos una edad parecida. El había aprendido a volar muy joven. Uno de sus tíos, había sido piloto de caza durante la primera guerra mundial, y a su regreso a América, fue uno de los pioneros en el transporte de correo por vía aérea. Enseñó a  Lee a pilotar aviones con catorce años. No dominaba demasiado bien el castellano, y yo era uno de los pocos que hablaba inglés de una manera razonable en la tercera escuadrilla. Nos estábamos retirando hacia la frontera de Francia empujados por el avance de los franquistas. Fue derribado y cayó mar adentro, tras las lineas enemigas unos días antes de nuestra retirada definitiva a Francia. Aunque no era mi función, guardé su documentación para hacerla llegar al consulado norteamericano mas cercano.


Jaime-Lee hizo una pausa. Notó la mano de Nuria, cálida, sujetando la suya.


- Para ser un fantasma, tienes un tacto muy cálido.
- No seas idiota.- Dijo ella soltando una risita.- No se que concepto tienes de los espíritus, pero podemos ser lo que tu quieras ver o notar. ¿ Estarías mas a gusto tocando una mano gélida con las tuyas ?.
- No Nuria, mucho mejor así, para manos frías y con tacto asqueroso, ya están las mías.- El contacto con ella, parecía transmitirle vitalidad.


Miró sus manos envolviendo la de ella. Se sorprendió. No eran las manos de un viejo octogenario. Ahora aparentaban ser la de un hombre bastante mas joven. Palpó su propio rostro, las arrugas habían desparecido y volvía a tener una piel tersa. Notó que se podía mover con facilidad, y se incorporó en la cama.


- ¿ Que demonios me has hecho ?.
- Vuelves a ser aquél joven guapo y vigoroso del que me enamoré. Es mi regalo, Jaime, en estos últimos momentos tuyos. Quiero que el escaso tiempo que te queda, vuelvas a sentirte bién.
- ¿ Se ha acabado todo para mí, ahora y aquí ?.


Ella le miró muy seria.


- Casi se ha terminado, Jaime. Por eso, estoy aquí.
- Bien, llevo toda mi vida esperando este momento, je.- Bromeó.


Se sentó en la cama. Notaba el frío suelo bajos sus píes. Alargó una mano hacia la válvula del oxigeno, y la cerro. El siseo desapareció. Sacó de sus venas la aguja del suero intravenoso, y cerró el grifo de la bolsa. Por ultimo, y con sumo cuidado, extrajo de su pene la sonda urinaria, notando el doloroso roce del tubo al salir de su interior.


- Esto está mejor, ya no necesito nada de todo esto, ¿ verdad ?. Me sentía como un animal de laboratorio, y quiero que me veas de una manera un poco digna, a pesar de este horroroso camisón.
- Estas muy guapo.- Dijo ella volviendo a soltar otra risilla.
- Gracias. ¿ Quieres saber porqué me convertí en Lee Anderson ?. Sencillamente porque no me quedaba nada que perder, y por miedo, Nuria, mucho miedo. Aquél ultimo día en España, despegamos de la pista de Vilajuiga para repeler un ataque al amanecer de los alemanes de la Legión Cóndor. Cuando aterricé después de los combates, recibimos la orden de volar a Francia con los I-16 Moscas supervivientes.  Habían arrasado el aeródromo.Ya no quedaba nada de utilidad en el campo. Despegué y crucé la frontera. El súbito ataque, nos había impedido llenar de combustible los depósitos, y andaba corto de gasolina. No conseguí encontrar un aeródromo, y decidí aterrizar en una carretera. En el ultimo momento, decidí estrellar el "Mosca" contra un muro cercano. Se decía que los franceses posiblemente devolverían los aparatos internados a los franquistas, y eso no me hacia ninguna gracia.
- Y casi te matas por destruir aquél avión.
- ¿ Lo sabes ?. Ahora que pienso, cuando salí del aparato destrozado, me pareció verte al otro lado de aquella carretera, mirándome.
- Y estuve allí un instante. Estuviste muy cerca de reunirte conmigo. Tenia que advertirte de que todavía no había llegado tu momento.
- Me desperté en un pequeño hospital. Los gendarmes que me recogieron y me llevaron hasta allí,  registraron el bolsillo equivocado. Me confundieron con Lee. Avisaron al cónsul americano en Marsella de que había un piloto norteamericano internado tras un accidente. Lee y yo guardábamos un cierto parecido físico, y la mala calidad de la fotografía de su pasaporte, hizo el resto. 




                                                            ( continuara )



jueves, 16 de febrero de 2012

EL INVENTO



                                  
                        "Silent Running" ( Carrera silenciosa ). Mike & The Mechanics



Rad debía tener en aquella dieciocho, o diecinueve años. Un joven para nuestros parámetros actuales, pero era ya un adulto maduro para el tiempo y el lugar donde había nacido. Hacia tres ciclos que se había emparejado con Sela, quien a sus dieciocho años era la orgullosa madre de una pareja de niños. 


Los pequeños, aún no tenían nombre. Tendrían que esperar aún unos años, para que el Hombre de los Espíritus, el hechicero del grupo, les adjudicase un nombre en una solemne ceremonia que se ejecutaba en el claro del bosque, ante todos los miembros de la tribu.


La vida de la Tribu del Manantial, como los denominaban los grupos vecinos, no era fácil. Para su supervivencia, dependían de la caza en los bosques cercanos, de los escasos peces que les brindaba el río a una cierta distancia aguas abajo, a costa de invadir el territorio de otra tribu rival, y de la cosecha de frutos y plantas silvestres. El clima frío en aquél lugar, mimbaba bastante la cosecha de vegetales. La escasez de luz y de sol, hacia que aquellas tierras fuesen casi yermas. Tan solo los bosques, con sus arboles adaptados a aquel frío y a aquella luz escasa, fomentaban la vida en aquél lugar 


La carne de las piezas cazadas, se dividía escrupulosamente entre los miembros del grupo, dando solo preferencia a los cazadores en la elección de la carne. A todos les convenía que fuese así, ya que la tribu dependía de la buena forma física de los cazadores, para que siguiesen aportando las tan necesarias proteínas y grasas a la dieta del grupo. 


Por su parte, cada uno de los miembros se procuraba alimento adicional con pequeñas presas como roedores y reptiles, y cualquier fruto, baya o raíz vegetal que no fuese venenoso, tuviese el sabor que tuviese.


Rad era un hombre observador e inteligente, destacaba con su habilidad en la caza, anticipándose casi siempre al comportamiento de las presas, conociendo los relieves del terreno de caza, y aprovechándolos para arrinconarlas y capturarlas con el mínimo de esfuerzo posible.


Empezaba a ser respetado entre el grupo de hombres del clan, y podría ser un buen candidato en la madurez para ocupar el lugar del Anciano Vigilante, el líder de la tribu, el día en que este muriese.


Lo que le inspiró, sucedió una tarde de tormenta. El fuego del cielo cayó sobre la colina que había tras la mezcla de cabaña de piedra y hierba y cueva que compartía con Sela y los pequeños. El golpe del rayo hizo rodar una roca de forma casi esférica desde la cima de la elevación hasta el prado que había a sus pies, a unos centenares de metros. Cuando la tormenta se alejó de allí, Rad se acercó con curiosidad a la roca. Comprobó que la podía hacer rodar algo más sin demasiado esfuerzo, pero que en cambio, no podía levantarla del suelo solo con la fuerza de sus brazos. Siguió empujando la roca hasta el final de la llanura, y vio como ganaba sola velocidad descendiendo por otra pendiente, rumbo al lecho del río.


Recordó el esfuerzo que el grupo de caza había realizado días atrás, transportando el cuerpo de un pesado buey salvaje que habían abatido. El animal casi pesaba lo que tres hombres, y no les había quedado mas remedio que descuartizar el animal muerto para poder transportarlo, echando a perder una parte del cuerpo de aquella bestia, y la valiosa piel.


Durante días pensó en la forma en que aquella piedra rodaba, y en como controlar aquél movimiento. Redondeó un laja de la pizarra natural que abundaba en la zona, y la hizo rodar cuesta abajo. Observó satisfecho como imitaba el movimiento de aquella roca. 


Algún tiempo mas tarde, entre salida y salida de caza, descubrió la manera de aprovechar el efecto que había descubierto. Perforó con paciencia el centro de dos lajas de pizarra redondeadas, y las enlazó con un trozo de rama recta. Podía controlar algo mejor el movimiento de las piedras, y si apoyaba un peso sobre la rama, podía desplazarlo con menos esfuerzo que si lo levantase del suelo. Satisfecho por el resultado de su experimento, estuvo trabajando en el unos días mas, observado silenciosamente por Sela. 


Colocó sobre el el eje una pequeña plataforma hecha con otras ramas sujetas entre ellas con fibras de hierba. Vio que podía desplazar una piedra sin apenas esfuerzo sobre su invento, empujándola.


- Con esto que he realizado Sela, podremos mover todo aquello que pese sin levantarlo ni arrastrarlo.- Le comentó orgulloso y ufano a su compañera.
- Podremos traer las piezas de caza demasiado pesadas sin descuartizarlas, y una vez aquí, aprovecharlas bien. De las tripas de aquél buey, podríamos haber sacado unas magnificas cuerdas para los arcos. Pero tuvimos que abandonarlas a los lobos, allí lejos.
- ¿ Y como vas a llamar a estas piedras ?.
- Hummm, creo que lunas llenas, porque tienen la forma de la luna brillante.


Sela soltó una carcajada alegre, el nombre que proponía Rad le parecía gracioso. Aquellas cosas de piedra no brillaban como la luna llena


- Rad, tienes que enseñarle esto al Anciano Vigilante. El es un hombre sabio. Se alegrará de conocer lo que has hecho, y le dará un nombre mas adecuado. Anda, coge esas piedras y las maderas, y ve a hablar con él en su cueva.


La cueva del Anciano Vigilante estaba algo apartada de las cabañas del resto de la tribu. Era un hombre respetado por su sabiduría y experiencia, y también temido. Tenia el conocimiento de sanar las enfermedades con plantas que recogía entre lo mas profundo del bosque, y que nadie mas conocía. Hasta el Hombre de los Espíritus, el hechicero-cazador que se comunicaba con los ancestros para implorarles una buena caza, le temía.


Rad llamó nerviosamente al Anciano Vigilante desde la entrada de la cueva. Sentía algo de temor, pero también estaba orgulloso de su descubrimiento


 El viejo emergió a la luz desde la profundidad de su cueva, con su melena y barbas entrecanas, envuelto en una capa de pieles de lobo.  Observó al joven con aquellas piedras y maderos entre los brazos


- Buenos días Rad, ¿ que necesitas de mí ?.
- Anciano, vengo a enseñarte algo que he realizado, y que puede ayudarnos mucho en nuestros esfuerzos para acarrear la caza y otros objetos hasta el lugar donde los necesitemos.


El Anciano echó un vistazo al objeto que Rad transportaba en sus brazos. Sintió un ligero escalofrío recorrer su cuerpo envuelto en pieles. Reconocía aquél artefacto que el joven transportaba. 


- Pasa a la cueva Rad, tengo fuego encendido y estaremos mas cómodos sentados junto a él.


Se sentaron junto al fuego, sobre unas pieles. En un hueco de la pared, una pequeña lampara de grasa alumbraba con una luz débil.


Rad empezó a explicarle al Anciano como había desarrollado su invención, y las ventajas que podía aportarles. A medida que hablaba el joven, iba perdiendo el miedo reverencial que le inspiraba el anciano, y ganaba en entusiasmo. Se sentía muy orgulloso de su idea.


- Está muy bien Rad. Nos será de mucha utilidad. ¿ Le has hablado a alguien más de esto ?.
- No, solo lo conoce Sela, no he hablado de esto con nadie más. De hecho, ella me ha aconsejado que hable contigo y te muestre mi trabajo.
- Muy bien hecho. Tengo que felicitarte Rad, eres muy inteligente.


Rad se quedó pensativo, no conocia la palabra "inteligente" ni si significado.


- ¿ Que quiere decir inteligente, Anciano ?.
- Simplemente, listo.
- ¡¡ Ah !!.
- Mira Rad, para premiarte, voy a darte un poco del licor de hierbas que elaboro. Te hará sentirte mejor y un poco mas caliente. Después, seguiremos hablando de tu invento.


El anciano se levantó y hurgó entre cachivaches en el fondo de la cueva, regresó con una calabaza y cuenco, donde vertió algo de su contenido.
El joven bebió de aquél liquido. Le provocaba una extraña y excitante sensación al descender por su garganta hacia el estomago. Una dulce calidez invadió su cuerpo mientras seguía hablando animadamente con el Anciano. Este lo observaba casi sin hablar, con una expresión seria en su rostro.


Al cabo de unos minutos, Rad notó un cierto mareo. Una sensación que no habia conocido nunca.


- Anciano, que.. ¡¡ que me sucede !!.
- Te estas muriendo Rad, yo te he envenenado. solo te quedan unos momentos de vida.
-  Pero, ¿ porqué me haces esto ?. Yo no he hecho ningún mal.- Dijo Rad con una voz balbuceante, mientras notaba sus fuerzas abandonarle. Intentó ponerse en pié, y no lo consiguió. Continuó sentado, mirando al Anciano con una mirada interrogante.
- Te lo contaré Rad, para que sepas el porqué antes de reunirte con los antepasados, antes de que llegues a la tierra del sueño. Eso que has construido, ya existió hace mucho tiempo atrás, y su poder casi extermina a los hombres.
Se llama rueda. Hace mucho tiempo, unas treinta generaciones atrás, los hombres las utilizaban en todas las facetas de su vida.


El anciano hizo una pausa. Rad apenas mantenía los ojos abiertos.


- Eran el símbolo de lo que ellos llamaban progreso, aunque eso es algo que tu no conoces. Sobre ruedas se movían los vehículos de aquella civilización. Transportaban gente, mercancías y toda clase de cosas que no imaginarias nunca. Pero también, sobre ellas se movieron las armas que sembraron la destrucción. Sobre ellas se trasladaban las poderosas armas atómicas, que unos gigantescos pájaros metálicos que también las usaban, lanzaron con furia destructora. Otros artefactos, que parecían una estrella fugaz, y a los que llamaban misiles, completaron la destrucción
Una destrucción que casi extermina a la raza humana. Tardamos mucho tiempo en dejar de enfermar y morir por culpa de su veneno. Nos llevó tiempo volver a ser capaces de vivir de la naturaleza, sin ninguna de las ventajas y comodidades de aquella antigua civilización. Casi desaparecemos. Ahora podemos hacerlo, en un mundo frío y casi estéril, por algo que llamaron "el invierno nuclear".


El viejo hizo una pausa en su monologo. Comprobó que Rad aún respiraba débilmente, a pesar de mantener los ojos cerrados.


- Aquella corta guerra nos empujó a un estado de indefensión y de caos en cuestión de horas. No había apenas supervivientes, y los pocos que había estaban condenados a morir en pocos años. Se abandonaron las ciudades, donde la violencia y el hambre, también se cobraron su precio de sangre. Lentamente olvidamos quienes fuimos un día, reducidos casi a la condición de animales. Se perdieron casi todos los conocimientos que elevaron a la raza humana hasta limites que no imaginarias nunca. Y los pocos que aún conservamos algunos de ellos, nos juramentamos para que la raza humana no vuelva nunca más a la locura suicida que casi nos extermina.


 El Anciano, tocó la yugular en el cuello del joven. Ya no latía, pero el siguió hablando como si Rad aún le escuchase.


- Es por eso por lo que has muerto Rad. Ese es el peligro que supone el conocimiento, que puede ser usado para hacer el mal. Otros, antes que tú, también descubrieron el uso de las ruedas. Pero mis antecesores y yo, hemos estado siempre velando para eliminarlas, y a quienes las descubrieron. No se puede volver a repetir aquella locura nunca más, ¡¡ nunca más !!.


 El Anciano destrozó el invento de Rad. Rompió aquellas laminas de pizarra redodeadas y quemó las maderas en la hoguera de su cueva. Nadie debía verlas.


Hizo sacar de ella el cadáver de Rad, y explicó a los miembros de la tribu, que mientras conversaban, Rad había sido victima de una enfermedad repentina, y se había desplomado sin sentido sin que él, pudiese hacer nada por salvarlo. Algo que no era frecuente, pero que a veces sucedía tristemente.


Al día siguiente, incineraron su cadáver sobre una pila de leños, con toda la tribu reunida alrededor de la pira funeraria. Sela lloraba desconsoladamente abrazando a sus pequeños. El Anciano Vigilante, también derramó algunas lagrimas sinceras, pero por un motivo diferente. Pedía a los antepasados no tener que matar a ningún joven inocente más.


Aunque sabia que habría otros más. Habría mas muertes tristes, pero necesarias.


Pero por encima de todo, no debían volver nunca mas al tiempo de las pesadillas.
Había tenido la esperanza de que Rad podía llegar a ser su sucesor. Era un muchacho tremendamente inteligente. Podría haberlo instruido en la vieja sabiduría. En conocer las plantas que pueden sanar o matar. Incluso en las que podían hacer ambas cosas, dependiendo de la dosis empleada. En ser el guardián de los antiguos secretos. En vigilar que nadie los descubriese, y llegado el caso, eliminar discretamente al que lo hiciese, y velar porque lentamente, la tribu siguiese creciendo.


Ahora, tendría que buscar otro candidato. Notaba que su tiempo, estaba llegando a su fin.


Miró hacia el cielo. Aquel día, la cubierta de nubes casi perenne, aparecia mas tenue. la luz del invisible sol, brillaba con algo mas fuerza que el día anterior. Dentro de poco, empezaría aquél periodo el año en que casi se podían distinguir la luna y el sol a través de aquellas nubes eternas


Hacia unas cuantas semanas, que no caía la nieve, y la temperatura subía casi imperceptiblemente. Recogerían los frutos silvestres en el bosque, y los miembros del clan no pasarían demasiada hambre hasta que regresasen los fríos mas rigurosos.


Dentro de poco tiempo, se pondría de camino hacia el sur, como todos los años. Para unirse a la reunión anual de los Ancianos Vigilantes de todas las tribus conocidas, los detentadores de los viejos y prohibidos conocimientos. Los guardianes de la verdad, del pasado y del futuro.







lunes, 13 de febrero de 2012

LA ULTIMA PARTIDA



                                      
                                  "Fire on high" ( Fuego arriba ), Electric Light Orchestra




- Te veo con mala cara nene
- Es que no he dormido demasiado bien, Timoteo. He tenido una pesadilla bastante realista, y además, horrible.
- Ahora que me fijo, es verdad que también haces cara de dormido. Anda, compártela conmigo y cuéntame, quizás de esa manera, exorcices ese mal sueño.
- No se si explicártela, porque pensarás que estoy como una cabra.
- No lo estas mas que yo, nene, no te preocupes, no voy a perderte el respeto.
- ¡¡ Está bien, pesado !!, pero ve a la cocina a buscar un par de cervezas, porque la historia es algo larga, y aún ahora, cuando la recuerdo, me produce un poco de angustia.


Timoteo me obedece, y vuelve al cabo de un minuto con un par de latas de cerveza, mientras trato de estructurar de una forma racional lo que voy a relatarle. Me cuesta hacerlo, es una mezcla de imágenes, sensaciones y sentimientos. Abre las dos latas, con un siseo de gas que escapa, y empuja una de ellas a través de la mesa hacia mi mano derecha.
- Soy todo oídos.- Dice con una sonrisa maliciosa y una mirada algo burlona.




Me despierto sentado frente a una mesa con un tapete de color verde. La mesa está iluminada con una luz tenue que procede de una lampara situada a escasa distancia de ella. No se muy bien como he llegado hasta aquí. Lo ultimo que recuerdo, es estar en mi cama, rodeado de oscuridad y tratando de conciliar el sueño, un sueño que cada día me es mas difícil conciliar.


Distingo a alguien sentado frente a mí, un hombre Solo le veo de cuello para abajo, su rostro está en sombras. Viste con corrección, una camisa de color azul claro, una corbata a franjas diagonales de colores discretos, y una chaqueta de color gris medio con reflejos metálicos. Todo ello, con limpieza, pero hay en todo una cierta sensación de desaliño que me resulta difícil de explicar. El resto de la habitación, está en una penumbra que mis ojos no consiguen atravesar.
Un leve aroma de colonia masculina, junto con olor de tabaco, impregna el aire de un lugar aparentemente cerrado. A pesar de ser invierno, no noto frío, todo lo contrario. hay en el lugar una cierta calidez pegajosa.


- Tranquilo, no te asustes, estas en buena compañía, y con gente de confianza.- La voz del extraño me sobresalta. Y creo reconocer en ella algo familiar que no consigo identificar
- ¿ Que hago aquí, y donde estoy ?.
- Donde estamos, es lo de menos. Pero no te preocupes, estas a un paso de tu casa. Aquí hemos venido a jugar unas manos de póquer. Se te daba bien antes, "desplumaste" a unos cuantos incautos en tú época de marino.
- Eso fue hace mucho tiempo, hace décadas que no cojo un naipe. Y además no llevo dinero encima.-  Busco una excusa para salir de aquél lugar, hay en esa habitación algo inquietante para mí.
- Por eso, no debes de preocuparte, ya te he dicho que estas entre gente de confianza. Aquí, tu tienes crédito. Y tu siempre has sido un caballero.


Al tiempo que acaba de hablarme el desconocido, aparecen junto a mi brazo derecho un par de pilas de fichas de juego, de un color azul pálido, y que desprenden una leve luz. Mi oponente, también dispone de unas fichas a su lado, pero estas son de un color rojo sanguíneo. También emiten una leve y extraña claridad.


- Está bien, mi desconocido amigo. Hagamos unas manos de "draw poquer", porque con algo mas complicado, no me atrevo.
- Bien, vamos empezar.


A mi derecha, hay alguien mas sentado a la mesa, de quien nos distingo nada mas que unos brazos enfundados en una camisa blanca de manga larga. Aquellas manos, desprecintan una baraja nueva, y después de barajar, reparte las primeras cartas.


Mi oponente, resulta ser un buen jugador. Después de cuatro o cinco manos, voy perdiendo y apenas me restan la mitad de las fichas con las que he comenzado.


En la última mano, las tres primeras cartas que me entran, son dos damas y un solitario nueve de picas. Abro la ronda de apuestas con un par de fichas para recibir las dos cartas restantes. Mi desconocido oponente iguala la apuesta, y añade una ficha más. Veo su apuesta, mirando de reojo las escasas fichas que me quedan. 


El desconocido "croupiér" me sirve las dos cartas restantes. Una tercera dama, y un nueve de diamantes completan mis cinco cartas. Tengo un "full" de damas y nueves. Aunque es una buena mano, me temo que quizás me quede corto en relación a la jugada que tenga aquél hombre misterioso. Su voz me saca de la abstracción con la que miro mis cartas


- Bien, vayamos al descarte, si lo necesitas. Yo ya estoy servido, y apuesto mi "resto" contra el tuyo.- Cierra la frase con una leve risilla maliciosa.


Ha subido la apuesta intencionadamente, y aunque podría dejarme fuera sin poder cubrirla, ha aceptado jugarse su capital contra el mio. Apuesta fuerte.


Dudo mirando mis cartas. Ha conseguido meterme el miedo en el cuerpo. Lentamente, separo los dos nueves del resto de cartas, y los arrojo boca abajo en el centro de la mesa.


- Quiero dos cartas.- Me sorprendo al notar firmeza en mi voz, al tiempo que coloco las tres damas boca arriba frente a mí, desafiante.
- Pero deme las cartas por la parte de abajo del mazo.- El "croupier" se detiene unos instantes. Adivino que ha dirigido su oculta mirada a mi oponente, y este aparentemente este ha asentido para que atienda mi orden.


Lentamente, me extiendo los dos naipes, que quedan boca abajo junto a las tres damas ante mí. Mi adversario, descubre sus cartas sobre la mesa


- ¡¡ Escalera !!, veamos las tuyas, esto es el final de la mano.


No veo su rostro, pero imagino una sonrisa confiada. Yo no iba desencaminado, mi "full" no tenia nada que hacer contra su mano. Solo me queda la esperanza de que mi descarte desesperado funcione. 


Nerviosamente, levanto la primera de las cartas, el as de picas, que coloco con un suspiro junto a las damas. Solo queda la última carta. La levanto despacio, viendo aparecer el símbolo de una cuarta dama en la esquina. Finalmente descubro la carta sobre la mesa con otro suspiro de alivio.
La dama de corazones, me ha salvado del descalabro absoluto.


- Póquer de damas caballero, su "escalera" se queda corta. He ganado. Y ahora que esto se ha acabado, me gustaría saber contra quién he estado jugando.


Unos instantes de silencio absoluto, preceden al movimiento que realiza aquél hombre al otro lado de la mesa. Levanta lentamente la lampara hasta iluminar su cara.


- ¡¡ Has estado jugando esta noche contra ti mismo, sin saberlo, idiota !!.


Y si, aquél rostro es el mio. Pero no acabo de reconocerme en él. Ahora entiendo porqué su atuendo me resultaba familiar, e incluso su voz. Guardo ese mismo traje en mi armario, es una de mis mejores camisas, y la corbata, es mi favorita. Su voz, es la mía. Pero no, no puedo ser yo. Es mi cara, si. Pero hay una expresión feroz en ese rostro. Una expresión de odio insano, atroz. Unos sentimientos, que nunca he tenido.


- No, yo no soy como tú, ¡¡ no me reconozco en ti !!.
- ¡¡ Y tanto que sí !!. Yo soy lo que tú llevas en tu interior, aunque no te guste. Nunca sabrás de verdad lo que has ganado esta noche, ni lo que habrías podido perder aquí.


Mi "otro" yo me mira desde el otro lado de la mesa con una mirada que mezcla a partes iguales odio y desprecio. Empieza a reír con una risa forzada, que me asusta.


Me despierto de madrugada, empapado de sudor, y aún con la sensación de estar peleando conmigo mismo.






- Curioso sueño, nene.
- Para mi, no es ni curioso, ni agradable Timoteo.
- Pero en el fondo, tiene un significado, ese animal vive en tu interior, y esta noche, le has vencido.
- ¿ Que quieres decir con eso, Timoteo ?.
- Que por esta vez, has ganado la partida, y la vida, nene. Tienes una segunda oportunidad. Ahora tienes la ocasión  de deshacerte definitivamente de ese animal. Se tu mismo otra vez, y destierra a ese cerdo egoísta fuera de ti. Tienes otra oportunidad, no la malgastes, porqué quizás, no haya otra, y un día acabes convertido en esa piltrafa humana. Por cierto, buena idea la de cambiar el servicio a la parte de abajo de la baraja, te estaban "guindando" la mano.
- ¿ Quieres decir, Timoteo ?.
- ¡¡ Y tanto !!. Tu mismo, en el fondo, eres algo "pardillo", nene.
- ¡¡ Busca una baraja y verás como te "desplumo", profeta de "pacotilla" !!.
- No te enfades, nene, que solo era una broma.

domingo, 12 de febrero de 2012

EL JUEZ GARZON, LA AUDIENCIA NACIONAL, EL TRIBUNAL SUPREMO, Y OTRAS HIERBAS

                       Lo que muchos pensamos de la justicia española  ( Autor : Dávila )




                                
                  "The Long and Winding Road" ( El largo y solitario camino ). The Beatles.






Si hay una "asignatura pendiente" en España desde el final del franquismo, esa es la justicia y el sistema judicial.


Los tribunales patrios viven unos días tensos y frenéticos. No porque lleven un ritmo elevado en la resolución de pleitos, no. La "velocidad de crucero" de nuestro sistema judicial sigue siendo tan lenta de costumbre. El frenesí se debe a la coincidencia en pocas semanas de unos pocos pleitos que han sacudido y dividido a la opinión pública.


El primero ha sido el "caso Camps". Francisco Camps, ex-presidente de la Comunidad Autonoma Valenciana, y Ricardo Costa, ex-secretario general del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, han sido absueltos por un jurado popular del delito de cohecho impropio, termino juridico que traducido al castellano raso quiere decir que estaban acusados de haber sido sobornados para favorecer desde sus despachos la contratación de una determinada empresa de servicios : Orange Market, dedicada al montaje de eventos oficiales.


El proceso, es una "separata" de otro caso de corrupción mas amplio que aún esta en fase de instrucción : el caso "Gürtel", que afecta también al Partido Popular a nivel nacionál, y que de momento, y a falta de la instrucción definitiva, se ha llevado por delante al senador y tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, que fué obligado a dimitir por su presunta implicación en la trama de comisiones ilegales y dinero negro generado por la trama empresarial de Francisco Correa.


Las sesiones de la vista, han estado amenizadas por la escucha de las grabaciones que la policía judicial había realizado de las conversaciones telefónicas entre Alvaro Pérez, también conocido como "el bigotes", y Francisco Camps y Ricardo Costa.


Para cualquiera con un mínimo de honradez y de sentido del ridículo, el escuchar las grabaciones aportadas como prueba por la fiscalia, es sencillamente vomitivo. En ellas queda clara el compadreo tabernario entre los dos acusados, y Alvaro Pérez, con un lenguaje soez y barriobajero. Oido todo esto, queda claro que lo de menos son los trajes con los que supuestamente sobornó "el bigotes" al Muy Honorable Francisco Camps


En una de ellas, el señor Ricardo Costa llega a encargarle a Pérez un kilo de caviar para la cena familiar de navidad. No deja de ser sorprendente que alguien como Costa, a quien se supone una cierta inteligencia para ocupar los cargos que ha desempeñado, y un sueldo suficientemente abultado para poder permitirse esos caprichos, sea incapaz de saber a donde dirigirse en Valencia para adquirir un par de latas de caviar iraní, pagandolas de su bolsillo. 


Desde aquí puedo darle un par de direcciones, y eso que yo vivo en Barcelona.


Pues bien, la sorpresa ( o quizás no tanto ), ha sido la absolución por parte de un jurado popular de los dos encausados, a pesar de las pruebas incriminatorias y de toda la basura que ha salido a la luz durante todo el proceso.


También sale mal parada del juicio la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, quién recibió de la trama del "bigotes" un bolso de la prestigiosa marca Louis Buitton como regalo navideño. La señora Barberá declaró que veía este regalo como "algo muy normal". Me fascina el concepto que tiene la señora Barberá del valor de los regalos navideños. Un bolso valorado en algo mas de DOS MIL Euros.


Para acabar de dejarme mas perplejo todavía, la universidad de Elche ha doctorado "cum laude" en derecho al Muy Honorable Francisco Camps, con una tesis que aboga por una reforma electoral, que sencillamente es imposible, porque es anti-constitucional


Aunque le explicación a este acto teatral es bastante simple, al presidente del tribunal que ha concedido el doctorado, lo designó a dedo el Muy Honorable Francisco Camps. No ha sido otra cosa que un intercambio mutuo de favores.


En todo el asunto, ha quedado en evidencia la miseria moral del señor Camps, del señor Costa, del jurado popular que los ha absuelto con un veredicto manuscrito cargado de faltas de ortografía y de sintaxis. De la miseria moral del rector de una universidad que concede un doctorado "cum laude" a una tesis jurídica inaplicable con la legislación actual, y que desprende un cierto "tufillo" a caciquismo electoral.  


El otro "frente" abierto estos dias en los tribunales, es la serie de juicios a los que se está sometiendo al juez Baltasar Garzón, a estas horas, ex-juez, tras la sentencia de habilitación durante once años dictada por el Tribunal Supremo tras el caso de las escuchas realizadas a los acusados en el caso Gürtel y a sus abogados.


Baltasar Garzón, aparte de este juicio ya cerrado, aún tiene pendiente de sentencia dos causas mas, una por presunta prevaricación al abrir la causa por los crímenes cometidos bajo el franquismo durante la guerra civil y la represión posterior al triunfo de los rebeldes, y otra causa por la financiación de los cursos que impartió en Estados Unidos durante su excedencia de la Audiencia Nacional.


Para conocer la talla de un hombre, hay que conocer la talla de sus enemigos. Baltasar Garzón, es un juez que no deja indiferente a nadie, es objeto de elogios e insultos a partes iguales. Durante su carrera judicial, podríamos decir que ha pisado bastantes "callos" en los ambientes jurídicos. Hay que reconocerle una absoluta independencia, que es una de las cualidades idóneas en alguien que ocupa una magistratura. Aunque también he de reconocer su gusto por la notoriedad, a veces con un punto de teatralidad. Y que también, en alguna ocasión, como juez instructor, ha realizado alguna "chapuza" sonada.


La sentencia del Tribunal Supremo que lo inhabilita, leída cuidadosamente, nos puede dar una pista de lo que realmente se estaba juzgando en este asunto. Se le acusa de "prevaricación", de dictar unas medidas de escucha ilegales a los procesados a sabiendas. En todo el proceso, se ha pasado por alto que estas medidas de escucha, se tomaron con el acuerdo de la policial judicial que investigaba el caso, de la fiscalia y de dos jueces mas implicados en todo el proceso. 


¿ Porqué no se ha procesado a todos ellos ?.


Por otra parte, la legislación que reglamenta este tipo de escuchas, es bastante ambigua, y en varios procesos judiciales, como el juicio por el asesinato de Marta del Castillo, se ha utilizado para intentar esclarecer el asunto, sin que nadie, ni la defensa, ni ningún otro órgano legal haya recurrido su uso. Seria de agradecer, que se hiciese una reforma en las leyes que dejasen claro en que  ocasiones y bajo que conceptos se pueden grabar las conversaciones entre presos preventivos y sus abogados, para evitar la ocultación o la manipulación y destrucción de pruebas que puedan afectar al sumario en curso.


Después nos queda el asunto sobre los crimenes del franquismo. Aquí, la acusación populár la ejerce el "Sindicato Manos Limpias". Para catalogar a esta "asociación", solo hay que pinchar el enlace que he colocado. La frase :
        
                   " Lucharemos siempre por la defensa del orden constitucionál de nuestro
                      país frente a los movimientos separatistas que pretenden disgregarlo"


nos puede dar una pista de la idelogia subyacente en este grupo, que no se muy bien si calificar como neo-franquistas, o como los clásicos "fachas" de toda la vida, que siempre han necesitado a los "enemigos de España" para justificar su propia existencia y sus turbios manejos.


El problema de fondo, es que casi treinta y siete años después del final de Franco, seguimos teniendo a 100.000 muertos sepultados en fosas comunes. 


Si de una vez queremos cerrar las heridas de la "guerra incivil", tenemos que empezar a desenterrar a los muertos, rehabilitar su memoria y darles una sepultura honrosa, donde los suyos puedan depositar unas flores sobre una la`pida con sus nombres, donde se pueda rezar una oración por su descanso eterno.


Y reconocer los odiosos crímenes cometidos por los dos bandos en la retaguardia. Reconocer que fueron en su mayoría, asesinados por motivos que muy poco tenían que ver con la lucha de ideologías. Sencillamente se les asesinó por rencillas personales, envidias y ambiciones inconfesables, como el expolio y el robo.


Sobre los crímenes de la guerra y la post-guerra, se dictó la amnistía de crímenes políticos de 1.977. Pero para algunos de ellos, se puede recurrir a la legislación internacional. Masacres como las cometidas por los rebeldes en Badajóz, pueden englobarse bajo el epigrafe de "genocidio" y de "crímenes contra la humanidad". Se les puede aplicar la jurisprudencia sentada en los "juicios de Nuremberg", y en ese caso, no hay prescripción que valga, siempre que se pueda sentar en el banquillo a alguno de los responsables que aún estén con vida.


No solo soy partidario de revisar los crímenes franquistas, también lo soy de revisar la persecución y el exterminio realizados bajo las autoridades de la República contra los partidarios de la derecha y contra los religiosos.


Si realmente queremos pasar la página de tanta muerte y crueldad innecesaria, seria deseable que los descendientes de los autores, reconociesen que aquel viejo adorable que los mecía en sus rodillas y al que llamaban abuelito, fue en algún momento de su vida, un asesino sanguinario que asesinó o hizo asesinar a sus vecinos.


Baltasar Garzón es a su manera, la penúltima victima de la guerra civil. No lo han eliminado físicamente, pero si profesionalmente, con menos crueldad, pero con la misma eficacia que un fusilamiento a medianoche en una perdida carretera.


Para llegar a la verdadera justicia en España, aún nos queda mucho camino por recorrer.

miércoles, 8 de febrero de 2012

HIELO MILENARIO E IDIOTAS CONTEMPORÁNEOS

              Glaciar Jorge Montt, en el parque nacional Bernardo O´Higgins, sur de Chile


                              
                                  " Agua de Beber", Sergio Mendes & Brasil 66








Días atrás, las fuerzas de seguridad chilenas detuvieron a unos curiosos traficantes en el parque nacional Bernardo O´Higgins. No traficaban con drogas, ni con metales preciosos. Ni siquiera, con dinero de dudoso origen. El "botín" consistía en 5.200 kilogramos de hielo recogido en el glaciar Jorge Montt, un espacio natural protegido por las leyes del país contra toda intrusión "depredadora".


La noticia en sí, puede ser sorprendente, ¿ contrabando de hielo ?. Pues sí, parece ser que se ha puesto de moda en los locales selectos de copas de Santiago de Chile el servir los combinados y el whisky enfriados con hielo milenario. Parece ser que los extraños traficantes de hielo robado, pensaban sacarle a su frío botín un rendimiento de alrededor de 14.000 dolares. Los presuntos delincuentes, han alegado en su descargo que el hielo procede de los bloques desprendidos del glaciar que flotan por la bahía. Pero la fiscalía encargada del caso, piensa procesarles de todas maneras.


Todo el asunto, da para pensar, y reírse bastante. ¿ Hielo milenario ?, ¿ agua milenaria ?. Parece ser que los "sibaritas" chilenos, los clientes de estos bares de copas, han olvidado la lección  que cualquier estudiante de enseñanza primaria tiene bien aprendida : el ciclo eterno del agua.


Toda el agua que contiene nuestro planeta, procede del origen del mismo en la noche de los tiempos. Es un elemento que circula por el planeta en "circuito cerrado". 


La que ahora fluye por nuestros grifos domésticos, es la misma en la que nacieron los primeros seres vivos de nuestro planeta, las amebas. La misma en la que nadaron los grandes dinosaurios. La misma que vieron caer del cielo en forma de lluvia los primeros homo sapiens. La misma que bebieron las legiones de Roma para refrescarse tras una batalla cruenta. La misma que cruzaron las naves de Cristobal Colón buscando las costas de América.


El agua, es la eternidad, y es la misma en todas partes. Dos átomos de hidrógeno y uno de oxigeno, con diferente carga de minerales disueltos, eso sí, y con posible contaminación bacteriana, también. 


Pero toda nuestra agua, tiene millones de años, y su origen está en el mismo nacimiento del sistema solar.


Hay en el centro de mi ciudad, Barcelona, una tienda de alimentación, el "Colmado Quilez" un local dedicado a la alimentación con algo mas de cincuenta años de antigüedad. Está en la esquina de la Rambla de Catalunya con la calle Aragón. Siempre ha sido un templo para los sibaritas "gourmets". 


Hace bastante tiempo, cuando encontré mi primer empleo como aprendiz, allá por el cuaternario, el propietario de la empresa para la que trabajaba, solía enviarme a esa tienda a comprarle la mermelada para el desayuno, de una marca ahora ampliamente distribuida y de calidad, pero que por entonces escaseaba. Cumplía el encargo con gusto. No me molestaba en absoluto pasear por la Rambla de Catalunya hasta aquél local, era y es un lugar agradable.


Mi jefe de entonces, era todo un caballero. Un tipo de la alta burguesía barcelonesa,  químico titulado, con una vieja fortuna familiar y que sabia cuidarse y vivir bastante bien. De trato afable y educado con sus empleados. Un autentico caballero de la vieja escuela e irrepetible. 


Con un pasado algo turbio. Durante los primeros días de la guerra incivil, tuvo que poner pies en polvorosa. El sector mas lúmpen y sanguinario de la C.N.T andaba secuestrando y asesinando a la clase alta de la ciudad, para "incautar" su patrimonio. Estaba en sus listas, y se exilió en la Alemania nazi. Allí acabó trabajando para la empresa química IG Farben.


Algo tuvo que ver con la destilación de la gasolina sintética ( de escasa calidad ) a partir del carbón, que ayudo a mover las divisiones Panzer y a mantener en el aire a la Luftwaffe en el último año de la segunda guerra mundial.


Cuando los bombardeos aliados estaban reduciendo a Alemania a una ruina humeante, decidió volver a su ciudad natal, y gestionar el patrimonio familiar recuperado tras el fin de la guerra.


Falleció con ciento cinco años de edad, con la amargura de haber sobrevivido a toda su generación, a su esposa, a su criada de toda la vida, a sus perros y hasta a su único hijo. Y me dio autenticas lecciones de vida con sus conversaciones en las tardes tranquilas.


Cada vez que paso por aquella esquina, pego la naríz a los escaparates del viejo colmado. Allí, se puede encontrar genuino cangrejo "Chatka" ruso, caviár iraní "Beluga", magnificas conservas de marisco procedentes de los cinco continentes, y un surtido de embutidos ibéricos de la mejor calidad. En el apartado de bebidas alcohólicas, merece atención la sección de whiskys escoceses de malta, los vinos, el champagne y el cava.


Pero desde un tiempo a esta parte, he ido observando que en los escaparates, comparten lugar con los vinos de rioja y el champagne francés, unas aguas minerales bastante exóticas, y a unos precios disparatados, como podréis comprobar en el enlace que os he dejado arriba.


La palma, se la lleva el agua Bling H2O, a unos setenta y cuatro Euros la botella. El envase, la botella, está decorado con cristales de Swarovski.


Hay aguas de procedencias diversas, aguas recogidas en el Himalaya, aguas procedentes de Nueva Zelanda, aguas exoticas de cualquier procedencia.


Entiendo que un buen vino, de cosecha reducida y buen paladar, cueste un dinero. Hay detrás todo un proceso de producción de uva, gastos de recogida en la vendimia, elaboración por unos buenos técnicos enólogos. Envejecimiento en barricas durante un tiempo, y finalmente, embotellado, transporte y distribución.


Pero no entiendo que una simple botella de agua, cueste mas que un whiskey reserva escocés, por muy lujosa que sea la botella. No deja de ser agua, exactamente IGUAL que la que fluye por el grifo de mi cocina. 


Otra cosa es la calidad del agua distribuida por la red domestica. En mi caso, es la agua de la cuenca del Llobregát, llega muy cargada de cal, y con una buena ración de cloro para hacerla potable. 


Nos obliga a comprar agua mineral envasada para el uso de boca, a un coste de treinta céntimos por litro. Muy lejos de lo setenta euros de la "élite de las aguas".


No deja de sorprenderme lo idiotas que pueden ser los amantes de la "exclusividad". Porque el agua, no deja de ser eso, AGUA.




- Cada dia que amanece, el numero de tontos crece.
- Completamente de acuedo contigo, Timoteo.
- Y cuando el grajo vuela bajo, hace un frio del carajo.
- ¡¡ Que "refranero" estas hoy, Timoteo !!.  Estos dias, aquí, los grajos ya ni siquiera vuelan, ¡¡ van en taxi a todas partes !!.  ¡¡ Estoy harto de tanto friooooo !!.
- ¡¡ Setenta Euros por una botella de agua, por Diós, que barbaridad !!.
- ¡¡ Y encima, sin denominación de origen !!.